Tribuna del Periodismo
Editor Luis Godofredo Pichardo/Servicio Panamericano de Noticias (PNS).
Parece que el momento es oportuno para que se revise la
conducta del comunicador social en la República. No es razonable ni aceptable
ver con resignadamente el comportamiento
de decenas de colegas que se dedican a la cacería económica en las instancias
del poder político, vendiendo sus servicios profesionales al mejor postor.
Las bocinas del oficialismo. Este engendro de periodismo debe erradicarse de una vez
y por todas en la República Dominicana. Esta modalidad de cambiar la conducta
profesional por unos míseros pesos está llevando rápidamente la arrabalización a
la digna profesión de comunicador social.
La periodista Altagracia Salazar, aseguró recientemente que el 80% de los periodistas dominicanos trabajaban en el gobierno. Y el 205 EN EL PLURIEMPLEO |
No puede haber periodismo
independiente, y veraz si el hambre
cabalga delante del comunicador social. A veces se nos olvida el compromiso
familiar de cada periodista.
Hay que buscar recursos para
comer, pagar la renta, educar a los hijos, vestir a la pareja y costear todos
los gastos del hogar, la salud y la diversión. Con un salario pírrico que ronda entre diez y quince mil pesos, no
puede mantenerse una familia, la canasta familiar recortada ronda cerca de los
23.000 pesos actualmente en la República Dominicana.
¿Se justifica la crítica de
las denominadas botellas dentro del periodismo dominicano?
Siempre que se trate de
farsantes del periodismo, que venden su trabajo al Estado y al gobierno de
turno, comprometiendo su credibilidad y transformando la mentira en verdad y la
verdad en mentira, es una conducta deleznable y anti-ética que no se
corresponde con la conducta de un buen comunicador social, pero si el
periodista se comporta como lo que en realidad es, un obrero social, al
servicio de los que no tienen voz ni voto, entonces se justifica el pluriempleo.
Salarios estratosféricos. Una de las principales objeciones que hacemos a las “botellas
del oficialismo”, es la disparidad salarial. Hay periodistas (promotores
políticos) que reciben un salario de 100, 200, 250, mil pesos mensuales por
alabar, distorsionar, justificar la corrupción administrativa, promocionar la
reelección, o justificar el latrocinio público. A este engendro periodístico
popularmente se les conoce como las bocinas del gobierno.
Pero también hay periodistas
asalariados del Estado que apenas ganan un salario que le permite sobrevivir, a
ese grupo se denomina, el de (los compañeritos) y forman un ejército que en
cada campaña electoral tienen mayor
responsabilidad promocional, sin que en
el fondo se les tome en cuenta.
Responsabilidad gremial. Analizando el escenario del periodismo nacional es
oscuro y con poco futuro para los nuevos talentos que surjan dentro del
periodismo reporteril.
Los gremios periodísticos
dominicanos incluyendo al Colegio Dominicano de Periodista (CDP) deben emplearse
a fondo para cambiar esa política que patrocina el Estado y las formaciones
políticas en la República Dominicana. A veces me pregunto: cómo es posible, que mientras se le paga a un
rufián enganchado al periodismo un cuarto de millón de pesos ( cinco mil dólares
al mes) a los otros en la misma tarea promocional y desacreditando su profesión
apenas, si se les pagan 200 o 300
dólares mensuales. (PNS).
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