Ventana Católica
Redacción de PNS
Noticias.Com
Retos actuales que la
Iglesia católica tiene que enfrentar
El retiro por envejecimiento
en el alto clero. Es una tragedia para la feligresía
verse obligado a escuchar a sacerdotes ancianos que no tienen voz, porque el
trayecto del tiempo la malogró. Este fenómeno ocurre mayormente entre la clase
del clero más elevada, Cardenales, Arzobispos y Obispos auxiliares.
La audiencia no escucha con
claridad el mensaje santificante de la eucaristía. Y ese mensaje de fe y
esperanza debe ser la primera prioridad de la Iglesia católica universal frente
a sus seguidores.
En el primer tercio del siglo XXI los católicos necesitamos recibir un mensaje
claro, contundente y convincente. Hay demasiadas denominaciones religiosas, las
cuales todas o casi todas dicen buscar y alabar a Dios, pero el pensamiento de
la Iglesia católica es diametralmente opuesto al de la Iglesia luterana, por
solo mencionar una de las decenas que se disputan las gracias y las bendiciones
de Dios y las que quisieran ser las primeras en el reino de los cielos.
No pretendemos que expulsen
a los sacerdotes ancianos, pero sí que se les ofrezca un retiro digno. En la
Iglesia católica, como en un ejército, existe una disciplina férrea, el que no la
observe queda fuera de los hábitos o es duramente sancionado.
Los casos de la media voz se producen en las personas hablantes cuando entran en el
período de la sectitud, y no es por culpa de la lengua, del idioma o por falta
de voluntad del hablante, para pronunciar un sermón con claridad y que se
aprovechable, es responsabilidad del tiempo y el envejecimiento.
Este fenómeno en la Iglesia
de los hablantes de la media voz se registra más frecuente en los altos cargos eclesiásticos,
porque quienes lo desempeñan son personas mayores, pero abundan también, entre los sacerdotes oficiantes con edad
avanzada. Conocemos casos de sacerdotes que el habla no le trasciende ni
siquiera con un micrófono cerca, al tiempo, que tampoco se interesan porque la feligresía
que forma la audiencia de la Iglesia escuche con claridad.
El Clero debe repartir la
riqueza. No es un secreto, que la Iglesia católica posee una fortuna
incalculable, en dinero constante, en bienes raíces inmobiliarios, en metales preciosos y en inversiones del
mercado de valores.
Pero si el Vaticano quiere
conservar su fortuna intacta es su derecho, pero si esa es su postura, debe cambiar el discurso sobre la pobreza.
Riquezas locales del Clero
universal. Por decreto del Vaticano
sería imposible convencer a los Cardenales, Obispos, Arzobispos y jefes de
congregaciones, para que distribuyan parte de sus fortunas, las que adquieren o
han adquirido con las contribuciones de los fieles caritativos, y de parte de
las donaciones estatales en cada diócesis.
No puede decirse que hay
latrocinio público, en la adquisición de
esas riquezas, pero sí que son inducidas, porque en la grey religiosa de todas las
denominaciones hay pedigüeños que son verdaderas fieras en la captación de las
finanzas ajenas.
Nota: Esta Columna de la
Redacción no busca dañar imágenes, pero sí desenmascarar a los hipócritas que imploran
a Dios y difunden su Evangelio, y no hacen lo que enseña Jesucristo en su
doctrina. (PNS).
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