Haciendo periodismo en Union City
Ultima Hora: En las Memorias de Don Godo (16)
Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor de PNS Noticias Blogspot. & Revistas Nuevo Mundo/ & Ventana
Católica
Luego del cierre del tabloide El Tiempo, en
la calle 84 y avenida Broadway en Nueva York, nos trasladamos a un local en
Union City, Nueva Jersey; pero esta vez
con nuevo nombre y nueva administración,
El nuevo tabloide llevaba el nombre de Ultima
Hora, y tenía un formato algo diferente al que poseía el diario El Tiempo. Este
proyecto periodístico estaba encabezado por el periodista Mario Ciria Jr. Y su
esposa Yolanda. Al inicio pintaba muy bien y todo parecía que iba a ser
exitoso.
La figura de Sánchez Reyes parodia con la que vemos aquí, era un tipo rígido |
El equipo de redacción varió un poco, en relación al que poseía El Tiempo. Razones
de peso… y de dólares. Mientras que en
El Tiempo, invirtió Adán Sánchez Reyes
un dinero considerable, en Ultima Hora,
estaban en juego, los recursos limitados
de Ciria Jr y su mujer, que al parecer, no eran suficientes para echar hacia delante
un proyecto periodístico cotidiano.
Pero retomo de nuevo la causa determinante, en el fracaso administrativo de El Tiempo y
sus inversores improvisados. Sánchez Reyes, adquirió los derechos de publicación del
antiguo tabloide matutino por una suma simbólica, supongo, porque nadie que sepa, lo que significa sacar a la luz pública diariamente un periódico y su costo de producción, si no cuenta con un sólido capital, no se embarcaría en un proyecto fallido.
Un diario necesita tiempo para su despegue,
pero la inversión cotidiana y permanente no la aguanta nadie, a menos que sea
un magnate empresarial o un filántropo desinteresado y multimillonario.
Adán Sánchez Reyes no tenía ninguna de las
dos cosas, por el contrario era un tipo mentecato. Puso su dinero en algo que
no conocía y lo perdió. Igual le aconteció a otro inversor improvisado, pero
éste con menos capital, sin referente social o económico y con una pinta de
muerto de hambre que asustaba.
El tipo se llamaba William de Jesús, era un
boricua bonachón y un émulo de personaje de circo barato. Tenía unos chelitos
ahorrados, y como Sánchez Reyes, estaba
vendiendo lo que quedaba de El Tiempo a precio de “vaca muerta”, como quien
dice, para no perderlo todo, prefiriendo
recuperar algo, se lo traspasó al
señor de Jesús y éste fracasó estrepitosamente.
En la administración de Wiliam de Jesús, aquello se convirtió en un desastre, una especie de gallinero, pues él quería ser el director, administrador,
redactor, fotógrafo y mensajero, y aparecer en todas las ediciones como el
único protagonista del diario. En una ocasión apareció fotografiado en 41
posiciones diferentes, y reclamaba que
él era el dueño y que no importaba que saliera en todas las páginas.
William de Jesús era una figura como la que aparece en la caricatura |
Era un
hombre de tamaño pequeño, pero como era muy bocón, su voz estremecía y se
escuchaba a larga distancia.
Peleaba con todo el personal y amenazaba con
sacar de la nómina a todo el que a él no le cayera bien. Y tenía razón, veía
cada día, como sus ahorros se iban
mermando, un diario consume dinero a
granel, como el pobre De Jesús, no sabía
nada de periodismo ni de periodistas, se metió en “camisas de once varas”, como
se dice en el Cibao y al igual que el Sr. Sánchez Reyes perdió sus ahorros.
De Jesús, dejó la factoría donde trabajaba y en donde se ganaba
la vida junto a su mujer, y fundó una organización denominada Corazones
Necesitados, que se identificaba como un
club de enamorados, su labor principal era buscar
parejas a los solteros, y cobraba una buena suma en dinero por sus hallazgos
por encargo.
El Tiempo fracasó de nuevo, De Jesús lo
perdió todo, y años más tarde, lo
adquirió el Sr Cayón, para fines de nueva publicación, este elemento era un
comerciante mediano que lo convirtió en
un semanario y lo publicaba cada vez que podía o se presentaba un
acontecimiento comunal de importancia en el área de New York o New Jersey.
El diario Ultima Hora, que comenzó a editarse en
Union City, tuvo una historia similar, la falta de recursos, y la poca
colocación de publicidad le hizo colapsar, pero no sin antes escribir su propia
historia, se imprimió por varios meses como diario de la mañana, luego se
convirtió en Semanario y se mantuvo con un sólo dueño por largo tiempo, realizando un periodismo dinámico, moderno y
comunitario, tuvimos la oportunidad de trabajar en ambos proyectos periodísticos y en cada administración nos trataron con
mucho respeto y alta consideración.@
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