La
difícil tarea de escribir correctamente para los medios de comunicación En Las Memorias de Don Godo(15)
Por Luis
Godofredo Pichardo/ Editor de PNS Noticias Blogspot/ & Revistas Nuevo
Mundo/ & Ventana Católica
Esta es una muestra de los medios de comunicación de hoy |
Cuatrociento años después de que Cervantes
escribiera su obra enciclopédica acerca del idioma español, hoy presenta sus
mismas características y dificultades de
aprendizaje y perfeccionamiento, y
personalidades de la literatura universal como lo fueron Gabriel García Márquez,
como lo es Mario
Vargas Llosa, como lo fue también,
Eugenio María de Hostos, José Martí, y las pléyades de escritores, lingüistas,
y críticos de la literatura castellana que sostuvieron y sostienen, que quien
domina un 70 u 80% de la lengua castellana correctamente es un privilegiado de
nuestras raíces lingüísticas, y más que eso, agrego yo, un pedagogo preparado para enseñar
nuestra lengua y nuestro idioma.
Muchos periodistas y escritores se comportan como los canillitas |
Escribir con corrección no es una tarea fácil
para la gente común y corriente, pero al señor todo el mundo se les perdonan
los gazapos, a quienes no se les perdonan, ni se les pueden perdonar es a los
educadores y a los creadores de opinión pública.
La ciencia del periodismo se comporta como las demás y por eso hay que buscar perfeccionarla |
Como soy periodista de profesión y vocación,
conozco a perfección lo que representa la presencia de gazapos en un texto
redactado para ser publicado a nivel digital o para ser impreso, creo, sin temor
inequívoco que el periodista hispanoamericano o iberoamericano, es o debe ser el escritor que más faltas
ortográficas, gramaticales o de puntuación comete en sus textos redactados.
Conociendo las exigencias de nuestro idioma,
es pasable o perdonable, cuando se comete una vez, dos, tres y hasta cien veces
cien, como dijo Jesucristo en materia de perdonar el pecado a los pecadores
impenitentes.
El ejercicio del periodismo debe ser un compromiso social con los lectores |
Leer un periódico de los nuestros con
detenimiento se convierte en una porquería, y espiritualmente frustratorio.
Recuerdo la corrección que le hiciera el colega Humberto Olivieras, a una obra literaria de un colega, jefe de redacción de
un vespertino dominicano, que al final de la lectura del libro de marra, le
produjo un desencanto y una frustración que le tumbó el pulso para seguir escribiendo “Sus correcciones gramaticales”. A propósito
es excelente el trabajo del colega
Olivieras, debe seguir cultivando el género y
ayudando de paso, a los periódicos y a
los periodistas, a ser más cuidadosos y a estudiar más a fondo nuestro idioma.
La pedantería en el periodismo trae
consecuencias nefastas.
En una ocasión compartía con un grupo de colegas en la ciudad de Nueva York, en
mi labor de reportero, trabajaba junto a grupo de periodistas del
continente latinoamericano, entre los que figuraban cubanos, boricuas,
dominicanos, argentinos, chilenos y de otras nacionalidades. Era un conjunto de
redactores muy compacto, pero como ocurre siempre, no puede faltar el pelo
dentro del sancocho.
En la redacción había un colega, que se
creía el mejor periodista del planeta, y era un ex redactor de un matutino
dominicano, había sido militar, pero era un campesino hecho y derecho, y el ego
lo ahogaba. Decía que el resto de los periodistas no sabía escribir ni leer,
una tarde, comencé a releer el periódico, donde trabajábamos, y en una columna que el compañero escribía, yo descubrí
algunos gazapos y lo reproduje al día siguiente en una columna mía y titulé un
párrafo: “ Los gazapos del sargento”, el colega en cuestión que fue sargento de las fuerzas armadas dominicnas , tuvo una reacción bestial, me desafió, me dijo, que él y yo
teníamos que matarnos, y yo le respondí que si el corría más que yo, era un pleito casao.
Me preguntó,
iracundo, mira mierdita…porqué tú me dice eso, le dije, porque te voy a
invitar a correr y si tu me agarra, ganaste, el pleito, tuvo que reírse a
carcajadas.@
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