Mi estadía
en la redacción del diario El Sol en
Santo Domingo (26)
Por Luis
Godofredo Pichardo/ Editor de PNS Noticias/Revistas digitales Nuevo Mundo/
& Ventana Católica. Blogspot
Yo había servido al matutino como corresponsal en Nueva York,
por varios años, cuando decidí instalarme de nuevo en mi país recibí el apoyo
incondicional de los periodistas y ejecutivos de El Sol, especialmente de su director Juan
Bolívar Díaz, Quiterio Cedeño, que era subdirector, de Elsa Expósito y del
resto de la plana que sacaba cada día a la luz pública el diario tabloide
matutino.
Al centro Juan Bolívar Díaz, quien cumplió 48 años de carrera periodística |
Llegué en un momento clave, previo a una
campaña electoral, y el movimiento dentro de la redacción era inusitado.
Encontré buena vibra con todo el personal, sobre todo con Gladys, César,
Vinicio, con Bienvenido. Con el Dr. Cedeño que era el administrador, y me llevaba bien
hasta con los guardianes que cuidaban las instalaciones del diario.
El colega Manuel Quiterio Cedeño, quien cumplió 28 años frente a su empresa CICOM |
El periódico El Sol ha sido unos de los
diarios más impactantes de la República
Dominicana y en tiempos de elecciones llegó a imprimir
ediciones que oscilaron entre los 80 y cien mil ejemplares. Y que conste, la venta era masiva y el entusiasmo también.
Es bueno destacar que el matutino capitaleño
siempre contó con un excelente equipo
humano periodístico, además de que sus maquinarias eran modernas y a
todo color, nada que envidiarles a otro matutino de la región latinoamericana.
Confieso mi agradecimiento a los colegas Juan
Bolívar, a Quiterio Cedeño, a Elsa Expósito y al resto del personal de la
redacción, por el empeño que tomaron en que me pudieras adaptar y por el
exquisito trato que me dispensaron.
Es una lástima que proyecto económico como la
empresa que editaba el periódico El Sol, naufraguen por intereses mezquinos, si
mal no recuerdo un conflicto de herencia familiar, marcó la desaparición del
dinámico y moderno periódico capitalino.
Hablo de la época en que el periodismo
impreso era el protagonista de la noticia, porque hoy, con la era de la
informática en pleno apogeo y el periodismo digital abriéndose pasos agigantados
en el mundo, no he posible hablar de
periódicos impresos, rentables o
sustentables.
Por el contrario, creo que estamos asistiendo a los últimos
coleteos del periodismo impreso, que los periodistas veteranos como es mi caso,
deberíamos guardar en nuestra memoria y
recuerdos.
Hasta pensar en el periodismo artesanal que
se hacía en los últimos siglos, es una
odisea mental. Los que conocimos el plomo, el estaño, la fundición del linotipo
y otras herramientas anticuadas, sabemos por experiencia propia que ejercer el
oficio de periodista o comunicador social, en el pasado reciente no era nada
fácil.
Pero como el ser humano es inteligente por
naturaleza, rápido nos hemos acostumbrados
a las nuevas herramientas y al nuevo estilo periodístico digital que
marca una distancia enorme del periodismo tradicional, que se elaboraba con
herramientas artesanales.@
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