Listin
USA & La Información
en Nueva York/ En
las memorias de Don Godo
(23)
Por Luis Godofredo
Pichardo/Editor de PNS Noticias/Revista Nuevo Mundo/Revista Ventana Católica/ Blogspot
El proyecto del Listín USA se lo planteé a la
editora Listín Diario, en un viaje que realicé desde Nueva York a Santo
Domingo, específicamente al Sr. Matos,
quien era su administrador en esa época, lo vio realizable y rentable, me
aseguró que iban a trabajar en su planificación.
Esta es la portada del Listín en RD, la que se publicana en Nueva York, era tabloide y se añadía: Listín-USA |
Mi iniciativa se desinfló y durante un
tiempo, mientras yo era el corresponsal del diario en Nueva York no se volvió
hablar del proyecto.
Posteriormente en un viaje que realizó Rafael Bonnelly a Nueva York hizo el
anuncio, me sorprendió, que la empresa
no me participara que se iba a concretizar el proyecto, pero con la experiencia
que tenía y los sinsabores que había pasado en mi quehacer periodístico, ni
siquiera hice comentarios. Nunca les referí a los responsables del diario nada
sobre el asunto, tampoco lo hice con Bonnelly, quien era el encargado de la
edición neoyorquina.
Me ocurrió igual con los que sacaron a la luz
el periódico El Sol. Dos años antes yo había estado en Santiago y me reuní con
un grupo pequeño de empresarios y algunos periodistas, hablamos de sacar a la
luz un diario para Santiago, barajamos varios nombres y finalmente
escogimos el de El Sol, pero el asunto
se enfrió, porque uno los que iba a
invertir de la familia Corominas, se echó hacia atrás.
El Listín USA comenzó sus ediciones
neoyorquinas en unas oficinas que fueron rentadas en la calle 23 entre las
avenidas Tercera y Lexington, en el bajo Maniatan.
Todo pintaba color de rosa, se armó un buen
equipo de redactores, reporteros y ejecutivos y el proyecto arrancó. Se
contrató una distribuidora acreditada y comenzó a distribuirse en la zona
tri-estatal de Nueva York, New Jersey y Connecticut, la venta iba creciendo, y
también los costos operacionales, al parecer en Santo Domingo, en la matriz de
Listín comenzó una preocupación administrativa, no se veían los resultados
esperado a corto plazo, hasta que llegó el momento en que se ordenó su cierre y
desmantelamiento de la oficina de redacción.
Me pareció que iba a ser un éxito cuando
comenzamos aquella publicación, un equipo de gente jóvenes, con experiencia
periodística y conocimiento del área metropolitana de Nueva York. Pero fallaron
varios resortes fundamentales para
conseguir la consolidación del diario, la publicidad en Nueva York no se generó
como se esperaba, y tampoco fue reforzada desde Santo Domingo. Los periodistas
que tenemos experiencia como editores sabemos que los comerciantes y
profesionales dominicanos radicados en Nueva York y EU son unos tiñosos, no le
gusta invertir en publicidad, y cuando lo hacen, es porque tienen un compromiso
moral con los periodistas o porque han dejado de pagar servicios prestados como
propaganda a sus respectivos negocios.
Este es el formato de La Información. Se imprimió uno similar, agregando la fecha y ciudad de New York |
Con el proyecto de La Información, del cuál
estuve al frente como encargado en la gran manzana, ocurrió algo similar, el
director del periódico en esa época lo era el periodista Adriano Miguel Tejada,
un dinámico profesional, muy renovador y
buscaba relanzar al periódico La
Información a nivel nacional e internacional,
En una visita que me hizo a mi oficina y
luego a mi casa, le propuse que hiciéramos una edición en Nueva York para los
lectores latinos, que no se circunscribiera a los dominicanos, estuvo de
acuerdo, iniciamos el proyecto y lo echamos a caminar.
Las dificultades que se originaban en el
transporte aéreo me causaban un dolor de cabeza permanente, a veces salía hacia
el aeropuerto JFK hacia la tres o la cuatro de la tarde y llegaba a mi hogar de
madrugada, porque se retrasaba el vuelo, o no encontraba el almacén donde
habían enviado el sobre con el periódico ya digitado y quemado en sus respectivas páginas para ser impreso.
Cuando lográbamos, el amigo Robles y yo
encontrar el sobre nos íbamos corriendo a la imprenta en Long Island. Llegábamos tarde casi siempre, lo que
obligaba a la imprenta dejarnos para otro turno, si no estaba impresa a tiempo,
la distribuidora no recogía el periódico, se quedaba la edición sin distribuir,
lo que constituía una pérdida total para la empresa.
Esos y
otros inconvenientes nos sacaron del mercado, pero se hizo el esfuerzo,
la historia del periodismo la registró y yo la viví junto a los trabajaban
conmigo.@
/ En
las memorias de Don Godo
(23)
Por Luis Godofredo
Pichardo/Editor de PNS Noticias/Revista Nuevo Mundo/Revista Ventana Católica/ Blogspot
El proyecto del Listín USA se lo planteé a la
editora Listín Diario, en un viaje que realicé desde Nueva York a Santo
Domingo, específicamente al Sr. Matos,
quien era su administrador en esa época, lo vio realizable y rentable, me
aseguró que iban a trabajar en su planificación.
Mi iniciativa se desinfló y durante un
tiempo, mientras yo era el corresponsal del diario en Nueva York no se volvió
hablar del proyecto.
Posteriormente en un viaje que realizó Rafael Bonnelly a Nueva York hizo el
anuncio, me sorprendió, que la empresa
no me participara que se iba a concretizar el proyecto, pero con la experiencia
que tenía y los sinsabores que había pasado en mi quehacer periodístico, ni
siquiera hice comentarios. Nunca les referí a los responsables del diario nada
sobre el asunto, tampoco lo hice con Bonnelly, quien era el encargado de la
edición neoyorquina.
Me ocurrió igual con los que sacaron a la luz
el periódico El Sol. Dos años antes yo había estado en Santiago y me reuní con
un grupo pequeño de empresarios y algunos periodistas, hablamos de sacar a la
luz un diario para Santiago, barajamos varios nombres y finalmente
escogimos el de El Sol, pero el asunto
se enfrió, porque uno los que iba a
invertir de la familia Corominas, se echó hacia atrás.
El Listín USA comenzó sus ediciones
neoyorquinas en unas oficinas que fueron rentadas en la calle 23 entre las
avenidas Tercera y Lexington, en el bajo Maniatan.
Todo pintaba color de rosa, se armó un buen
equipo de redactores, reporteros y ejecutivos y el proyecto arrancó. Se
contrató una distribuidora acreditada y comenzó a distribuirse en la zona
tri-estatal de Nueva York, New Jersey y Connecticut, la venta iba creciendo, y
también los costos operacionales, al parecer en Santo Domingo, en la matriz de
Listín comenzó una preocupación administrativa, no se veían los resultados
esperado a corto plazo, hasta que llegó el momento en que se ordenó su cierre y
desmantelamiento de la oficina de redacción.
Me pareció que iba a ser un éxito cuando
comenzamos aquella publicación, un equipo de gente jóvenes, con experiencia
periodística y conocimiento del área metropolitana de Nueva York. Pero fallaron
varios resortes fundamentales para
conseguir la consolidación del diario, la publicidad en Nueva York no se generó
como se esperaba, y tampoco fue reforzada desde Santo Domingo. Los periodistas
que tenemos experiencia como editores sabemos que los comerciantes y
profesionales dominicanos radicados en Nueva York y EU son unos tiñosos, no le
gusta invertir en publicidad, y cuando lo hacen, es porque tienen un compromiso
moral con los periodistas o porque han dejado de pagar servicios prestados como
propaganda a sus respectivos negocios.
Con el proyecto de La Información, del cuál
estuve al frente como encargado en la gran manzana, ocurrió algo similar, el
director del periódico en esa época lo era el periodista Adriano Miguel Tejada,
un dinámico profesional, muy renovador y
buscaba relanzar al periódico La
Información a nivel nacional e internacional,
En una visita que me hizo a mi oficina y
luego a mi casa, le propuse que hiciéramos una edición en Nueva York para los
lectores latinos, que no se circunscribiera a los dominicanos, estuvo de
acuerdo, iniciamos el proyecto y lo echamos a caminar.
Las dificultades que se originaban en el
transporte aéreo me causaban un dolor de cabeza permanente, a veces salía hacia
el aeropuerto JFK hacia la tres o la cuatro de la tarde y llegaba a mi hogar de
madrugada, porque se retrasaba el vuelo, o no encontraba el almacén donde
habían enviado el sobre con el periódico ya digitado y quemado en sus respectivas páginas para ser impreso.
Cuando lográbamos, el amigo Robles y yo
encontrar el sobre nos íbamos corriendo a la imprenta en Long Island. Llegábamos tarde casi siempre, lo que
obligaba a la imprenta dejarnos para otro turno, si no estaba impresa a tiempo,
la distribuidora no recogía el periódico, se quedaba la edición sin distribuir,
lo que constituía una pérdida total para la empresa.
Esos y
otros inconvenientes nos sacaron del mercado, pero se hizo el esfuerzo,
la historia del periodismo la registró y yo la viví junto a los trabajaban
conmigo.@
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