Nuevo
Mundo & Panamerican News Service una iniciativa de los años 70
Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor de PNS Noticias/ Nuevo Mundo/ & Ventana Católica/ Blogspot
He contado la historia de mis actividades
periodísticas en artículos anteriores de esta misma serie y he recreado los
lugares y ambientes donde se han desarrollado.
Por allá al término de la década de los
sesenta y comienzo de los setenta, tenía una ebullición en mi carrera de periodista, y quería hacer muchas
cosas y que las mismas salieran bien, pero había algo que obstaculizaba mi
iniciativa, falta de recursos económicos, en cambio, me sobraba la fuerza de voluntad.
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| Esta imagen representa la iniciativa de la revista Nuevo Mundo |
Lo inscribí en una oficina de registro en
Albany, la capital del estado de Nueva York. Había dado un paso de avance, ya
contaba con un emblema, pero no tenía capital de trabajo suficiente para
costear el entinglado de la publicación que había elegido como un proyecto.
Organicé un pequeño grupo de accionistas en
Nueva York y comenzamos a imprimir la revista Nuevo Mundo, el entusiasmo era
grandioso, tanto el que me arropaba a mí, como al resto de los pequeños
inversionistas, todo marchaba tal y como lo habíamos programado, pero yo quise
extender el proyecto hacia la República
Dominicana y viajé a Santiago de los caballeros, allí
contacté a un reducido grupo de amigos y
formamos la compañía Nuevo Mundo, C.X.A., entre los nuevos socios se encontraba
el impresor Julio Jeréz, Antonio Jiménez, Edilio Raposo Luna, Antonio M.
Aracena y otros periodistas y colaboradores,
pero estos últimos no en calidad de socios, sino de empleados y colaboradores.
Compramos maquinarias nuevas en Nueva York y
adquirimos una prensa casi nueva de un socio de apellido Peña, que había tenido
una imprenta en Jarabacoa. Don Julio llevó consigo también parte de su equipo
de imprenta como capital de trabajo.
El proyecto periodístico marchaba muy bien y
estábamos listo para lanzar la primera edición de la revista, pero de repente
se dio una lucha interna en la dirección de la compañía, el grupo que se formó
en Santiago se oponía a que se imprimiera la revista, esgrimiendo la
preocupación de que el mercado de Santiago no estaba preparado para ese tipo de
publicación. Desde el inicio del proyecto yo era el candidato para dirigir la
revista, y ello era natural, pues había concebido el proyecto y la iniciativa, en el forcejeo clandestino, el grupito de
Santiago me desplazó, y hasta pensaron
en sustituirme con un colega amigo.
El grupo opositor lo encabezaba el Sr. Edilio
Raposo Luna (ya fallecido) y no hubo forma de hacerlo cambiar de parecer, y
como mi iniciativa y la de los accionistas de Nueva York era hacer una revista,
al fracasar la inciativa, optamos por retirarnos del
proyecto. La iniciativa naufragó y regresé a Nueva York, comencé a editar la
revista de nuevo, pero ya no contaba con recursos ni credibilidad, los
accionistas que había enrolado en el proyecto perdieron su dinero, al igual que
yo, pues al liquidar la compañía se debía más de lo que tenía en sus activos y
la gente de Santiago recogió los cachivaches que había llevado como compensación a sus
aportes.
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| Todavía sigo soñando y añorando un periodismo decente, informativo e imparcial |
Actualmente mantengo en las redes sociales:
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