La revista Nuevo Mundo en la calle El Conde ( 25) en las Memorias de Don Godo

Una oficina en El Conde ¡…para Nuevo Mundo…! y mi enganche en la revista Renovación (25)

Por Luis Godofredo Pichardo/ Editor de PNS Noticias/ Revistas Nuevo Mundo/ & Ventana Católica/Blogspot

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  Al desmoronarse el proyecto de editar la revista Nuevo Mundo en Santiago, como lo planificamos en Nueva York, donde comenzó su publicación, decidí rentar una oficina en la calle El Conde en Santo Domingo, y junto a mi amigo Antonio Aracena, comenzamos a buscar talleres de impresión, mientras en el ínterin instalábamos las máquinas para la digitación y el taller de diagramación.

  Eran tiempos peligros y revoltosos. Gobernaba Joaquín Balaguer y su séquito criminal en los famosos doce años de su ingobernabilidad. Tropecé con varios obstáculos en los talleres que visité, todavía no había tecnología disponible y barata para la separación de colores y yo quería imprimir una revista full color.

  La tarifa de impresión tenía un costo elevado, pero siempre se encuentra una tabla de salvación, caminando por las aceras de El Conde, descubrimos la oficina de la revista Renovación, e invité a mi amigo Aracena, a que visitáramos a don Julio Martínez, propietario de la revista  y una leyenda del periodismo continental.

  Don Julio y yo nos conocimos en Caracas, fue muy cortés condescendiente en el primer encuentro, recuerdo que me dijo que estaba vendiendo algo que tenía en Venezuela para trasladarse a Santo Domingo. Ya en la capital dominicana fui nuevamente presentado a don Julio por el amigo mutuo Ángel Miolán, quien le dijo al líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que ya nos conocíamos desde Caracas.

 

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Miolán que siempre andaba buscando protección para sus amigos y compañeros les dijo: Julito, si puede ayuda a Pichardito, que es un gran amigo mío. Don Julio le respondió: que la ayuda que podía brindarme era su amistad.  Y aún después de su muerte, me honra  su amistad.

  Cuando le visitamos en la calle El Conde, era una tarde húmeda y con mucho calor, estaba tecleando en su máquina de escribir y suspendió el ejercicio, conversamos con amplitud, se alegró de volver a verme, y luego del abrazo correspondiente me preguntó, cual era  el objeto de mi visita, le expliqué,  lo de la revista Nuevo Mundo y me dijo, le deseo  buena suerte, pero usted viene arar en un terreno árido.

  Puso su equipo a mi disposición y me ofreció espacio en su oficina, y en el medio de la conversación, surgió la idea de que yo escribieras algunos reportajes de fondo para Renovación, pero me dijo que estaba corto de fondos para pagarme, yo le respondí, que si tenía que hacerlos gratuito,  lo haría con mucho gusto. Yo retorné a la oficina que había rentado y  retomé mis planes,  recuerdo que se imprimieron entre cinco y seis ediciones, ni el tiempo, ni los recursos permitieron seguir.

 

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En Renovación disfruté de una  hermosa experiencia, don Julio me encargó,  realizar un primer reportaje a las instalaciones del Parque Independencia que se le estaba haciendo una remodelación, contacté con el ingeniero Cristian Martínez, encargado de la obra y me dio todas las facilidades, y hasta me brindó su amistad, el reportaje parece que quedó bien, porque la revista recibió muchas llamadas telefónicas por su publicación. Trabajé luego en varios reportajes que incluyeron uno del asesinato de Gregorio García Castro, otro de la licenciada Ruz Peña Nina, también asesinada por un rector universitario. Otro sobre la muerte de Orlando Martínez y algunos artículos sueltos.

  Cuando me despedía de don Julio, rumbo a Nueva York, me recordó que su oficina estaba a mis órdenes y que todavía le quedaba algo para seguirme pagando los reportajes que yo estaba haciendo para Renovación.

  Reitero que fue una experiencia inolvidable, Julio César Martínez era un enciclopédico del periodismo universal, y con un conocimiento vastísimo de nuestro continente latinoa