El genocidio está calificado como crimen de guerra
Si se establece la veracidad de la masacre a civiles en la ciudad de Bucha, no sólo hay que condenarle a nivel global, sino enjuiciar a Vladimir Putin de inmediato a través de una acusación formal, que podría sustentarla las Naciones Unidas.
El tribunal de La Haya, si comprueba los hechos ocurridos en Bucha y en todo el territorio ucraniano debe emitir una orden de captura de inmediato, dentro y fuera de Rusia, contra Putin, y el comandante que autorizó la masacre.
Para detener a un presidente en funciones, como lo está al mando de la guerra contra Ucrania Vladimir Putin, hay que desenredar muchos nudos, pero con la cooperación de la Justicia internacional es posible.
El comandante, o equipo humano que autorizó esa barbarie merece un pelotón de fusilamiento, sin que la defensa legal implore o alegue el cumplimiento de la disciplina militar. Los primeros que saben y están conscientes de ellos son los comandantes militares.
Una orden militar emitida desde un puesto de mando, puede salir de cualquier mete perversa, de un presidente que no conozca las reglas y la férrea disciplina militar, pero un militar entrenado, con experiencia y en el campo de batalla, ordenar la muerte de civiles al azar, no tiene justificación y que la ordena merece ser fusilado.
Putin se gloría de sus hazañas de guerra, y de su odio etnico y racial, contra los ucranianos, pero el mundo, le observa y le condena, tarde o temprano, siendo presidente o retirado del cargo pagará inexorablemente, por el genocidio cometido en Ucrania y por el daño que ha hecho contra esa nación a la que el mundo civilizado apoya incondicionalmente. ( PNS).
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