El impuesto cero a la canasta familiar en la RD
La inflación mundial que ronda entre 5 y 10% en la mayoría de los cinco continentes, es uno de los flagelos que azota a la humanidad.
República Dominicana, ubicada en el cuadrante caribeño no escapa a esa realidad. Pero además hay, que agregarles que todavía se combate la pandemia del Covid 19, que azota nuestro planeta desde hace más dos años. Este flagelo mundial de transmisión ilimitada, malogró la economía mundial, porque paralizó la producción.
En realidad no se ha producido escasez de alimentos, pero sí desabastecimiento. Paralizado el transporte mundial de mercancías desde los cuatro puntos cardinales, los grandes barcos de cargas anclado en los principales puertos del mundo, permitió el amontonamiento de grandes cúmulos de mercancías.
Este fenómeno acompañado una recesión económica mundial, ha puesto entre la espada y la pared a todas las economías, a las de las naciones desarrolladas, subdesarrolladas y tercermundistas.
Los dominicanos nos encontramos en el cuadrante latinoamericano y caribeño. Debido a la presente crisis mundial, el costo de los alimentos de primera necesidad se elevaron a un nivel que son inalcansables para la gente de menores recursos. Los pobres en todas las sociedades, son los que pagan los mayores impuestos a través de la canasta familiar y otros consumos.
La ley que se aprobó hoy en primera lectura en la Cámara de Diputados, elimina los impuestos a 54 productos de consumo familiar, esta nueva ley priva de ciertos privilegios a grandes comerciantes y a fabricantes, que poco les importa el bienestar de la clase empobrecida.
Los partidos políticos oposicionistas de RD, se oponen a la eliminación del impuesto, por el mero hecho de complacer a sectores comerciales y empresariales, que de una forma u otra son contribuyentes de esas lacras sociales. Definitivamente, los partidos políticos son un mal necesario para mantener el equilibrio de la democracia. La rebelión y abandono del Hemiciclo de los bloques opositores, ni es nuevo, ni será el último. Esa clase parasitaria sigue en la vagancia y entorpeciendo la función pública administrativa. ( PNS).