Río de Janeiro, Brasil, (PNS)._
La situación política en Brasil es caótica en varias vertientes, especialmente
en el campo electoral.
Brasil, la nación más grande
del continente americano tiene un gobierno atípico que va en contra todos los
pronósticos y recomendaciones de asesores, y de los principios de la
democráticos.
Su presidente, Jair
Bolsonaro, es un gobernante de extrema derecha y conservador a ultranza, sus
años de administración lo retratan como un gobernante negativo, testarudo e
incompetente
.
Bolsonaro quiere repetir
como candidato presidencial, pero su adversario principal es, el legendario líder sindical Luis Ignacio Lula
da Silva, que fue acusado de corrupción y lavado de dinero, por un grupo de
Jueces que lo adversaban, pero luego de pasar un tiempo en la cárcel, la
Suprema Corte de Justicia de Brasil, lo absorbió y lo declaró no culpable.
Lula cuenta con una agenda
electoral popular y su caudal de votos están intactos, con la fuerza electoral
del Partido de Lula, ningún otro candidato podría ganarle. Bolsonaro está
consciente de la situación y quiere involucrar a los militares en una asonada
golpista para él pescar en mar revuelto.
El influyente diario
estadounidense New York, reporta que es el momento ideal para que los militares
brasileños regresen a sus cuarteles.
Por su parte el presidente
Bolsonaro convoca para dentro de tres días una manifestación multitudinaria
para este 7 de septiembre y promete traer tantas gentes que no sabe cómo se
acomodarán.
Los militares harían bien
retirándose a sus labores castrenses y dejar que la política brasileña siga su curso
normal y cuando hayan elecciones que sean libre y con garantía constitucional.
El populismo en América
Latina está de capa caída, porque es difícil engatusar de nuevo a las masas
electorales. (PNS).
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