Comentario director de PNS Noticias.Com
Editor Luis Godofredo
Pichardo
La impunidad y la
corrupción permean sociedad dominicana del siglo XXI
Los dominicanos que tuvimos
la oportunidad de presenciar algunas de las actuaciones del gobierno de Rafael
Leónidas Trujillo Molina, en su nefasta era de Trujillo, que castigó al pueblo
dominicano por 31 años de crueldad, crímenes horrendos, esclavitud y abusos de
todos género, jamás llegamos a pensar que 56 años después íbamos a vivir la
pesadilla que actualmente tiene que soportar el ciudadano común, la gente
decente, los que vivimos dentro de los parámetros del civismo racional y la
ética razonable.
Hay que hacer un poco de
historia política de la vida republicana. La república Dominicana se proclamó
libre independiente y soberana el 27 de febrero de 1844, fueron sus principales
libertadores: Juan Pablo Duarte y Diez, Ramón Matías Mella y Francisco del
Rosario Sánchez, reconocidos como los padres de la patria.
Pero es necesario reconocer
el valor, la gallardía y el patriotismo del ejército ruralista que luchó hasta
la muerte por la independencia nacional. Fueron fusilados valientes generales y
comandantes de la guerra independentista y también de la restauradora en 1863.
Durante los 56 años que
transcurrieron de la independencia dominicana desde el 1844 hasta el siglo
XVIIII se sucedieron muchos presidentes, gobernantes buenos y liberales, pero
también de la peor calaña.
Incluso a final del siglo
dieciocho gobernaba Ulises Heraux, un negro dictador que murió asesinado por
sus adversarios políticos. Luego de su muerte en 1899 se sucedieron una serie
de caudillos que eran desconocedores de la política y personas de estratos
sociales que no compaginaban con la gobernabilidad que necesitaba la república.
Esa situación de
inestabilidad creó una situación crítica en la que surgieron caudillos
campesinos que se levantaban en armas y se fortificaban con sus seguidores en
las regiones del territorio dominicano, donde ocurría el levantamiento-
No había control, no existía
una institución castrense o policial que tuviera la credibilidad y la fuerza
necesaria para lidiar con los grupos rebeldes. Eso motivaba que a cada cierto
tiempo se derrocara el gobierno de turno. El penúltimo de esos gobernantes
transitorios aunque elegido por el pueblo fue Horacio Vásquez, que gobernó
después que terminara la intervención norteamericana ( 1916-1924. Fue en ese
trayecto que aparece Trujillo, un militar de poca monta en el ejército
dominicano, pero que los norteamericanos entrenaron y le dieron la herramienta
necesaria para convertirse en el dictador histórico de la República Dominicana.
Era necesario introducir
esta cronología política republicana para poder entender lo que ocurre ahora.
Trujillo se caracterizó por
su criminalidad y empoderamiento de todo lo que era ajeno a él, desde el mismo
momento en que asumió la presidencia en 1930, los opositores políticos
comenzaron a desaparecer, unos fueron asesinados, otros tuvieron que rendirse a
su forma de gobernar y otros fueron al exilio.
El historial de criminalidad
y abuso en la era de Trujillo es harto conocido a nivel interno y externo, y
como herencia le dejó a los dominicanos, al doctor Joaquín Balaguer, quien
también gobernó por 22 años.
La era de Balaguer recoge
crímenes atroces, abusos de poder, pero hubo una diferencia grande entre los
personajes de Trujillo y Balaguer, el primero era iletrado, el segundo era un
culto intelectual, escritor sublime y puede dárseles el título de dictador de
las manos de seda.
Los gobiernos que sucedieron
a Balaguer no pueden compararse con su
estilo de gobernabilidad, Balaguer era un estadista dentro de su propia
concepción ideológica.
Ni los mandatos del Partido
Revolucionario Dominicano (PRD), tampoco los del Partido de la Liberación
Dominicana (PLD), exceptuando quizás los siete meses del profesor Juan Bosch y
Gaviño, podría dársele una connotación de similitud.
Balaguer reconoció que la
corrupción solo se detenía en la puerta de su despacho. Es decir, que reconoció
la podredumbre dentro de su administración, también lo hizo Antonio Guzmán, que
se suicidó acosado por la vergüenza.
Pero los otros Hipólito
Mejía, salvador Blanco, Leonel Fernández y Danilo Medina, han buscado esquivar la responsabilidad, a pesar
de la condena a 20 años en contra de Salvador Jorge Blanco, y las decenas de
acusaciones de enriquecimiento ilícito, latrocinio, abuso de poder e impunidad
para los presidentes Fernández y Medina-
Nadie en la República
Dominicana pensó en el pasado reciente que la sociedad iba a ser estremecida
por tantos escándalos de corrupción, de crímenes mafiosos, de sicariato y de
impunidad en la justicia. (PNS).
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