Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor de PNS Noticias/Nuevo Mundo & Ventana Católica, Blogspot.com
Mi viaje a
Venezuela en 1965 fue una excelente decisión
Cuando decidí viajar al exterior me formulé
varias reflexiones. No era la primera vez, pero sí era un escape necesario y
urgente. Luego de reflexionar y analizar mi conciencia decidí que era a
Venezuela donde deseaba ir. Varias personas me habían aconsejado alejarme un
poco de la política local dominicana, y según algunos de mis consejeros en
cuanto antes era mejor.
Se preguntarán los lectores y quiénes eran
esas personas interesadas en el destino de un periodista principiante, y político frustrado. Pues eran nada más y nada menos que algunos militares de alta
graduación que conocí y que fui interrogado por ellos en el periplo vacacional
que pasé en el cuartel de la policía que
estaba ubicado en la calle Del Sol y 30 de
Marzo, frente al Parque Duarte y en la cárcel San Luis, de mi ciudad
natal de Santiago de los Caballeros.
Estaba comenzando a descollar en el
periodismo y buscando un puesto fijo de trabajo que no lo tenía, pero por mi
condición de activista político del Partido Revolucionario Dominicano ( PRD)
fui rechazado en más de una ocasión,
cuando busqué enrolarme a una redacción periodística del género
electrónico o impreso, porque como activista político no tenía imparcialidad ni
credibilidad.
Así es el mercado laboral periodístico,
cuando alguien milita en un partido político reconocido o el militante hace
pública sus actividades queda inhabilitado para ejercer el periodismo a nivel
profesional y laboral.
Honor a quien honor merece, nuestro agradecimiento al pueblo de Venezuela |
Angel Miolán envejecido, pero una reserva de la historia dominicana |
Miolán no sabía que yo había pasado un mal
momento con mi detención y falsa acusación politiquera. Decidí visitarlo en
Santo Domingo, en ese momento vivía en el Ensanche Osama, me recibió con gentileza
y mucho cariño, yo había ido junto a mi amigo René, a quién yo había convencido
con anterioridad que viajáramos junto a Venezuela, porque él, al igual que yo
esperaba visa americana, pero con residencia, y ese proceso se toma su tiempo y tiempo era
lo que no teníamos, al menos yo, René no era político.
Cuando le conté mi odisea al profesor Miolán,
bajó la cabeza y de pronto…, me dijo
Pichardito cuente conmigo, délo como un hecho, yo tengo muchos amigos en
Venezuela, cuándo quieres viajar, añadió. Respondí rápido, en cuanto antes
mejor. Usted trajo su pasaporte me preguntó, no, compañero, está en mi casa en
Santiago, pues vaya a Santiago y traígalo de una vez. Hice lo que me recomendó
el compañero Miolán, pero yo no le hablé de que tenía un amigo que deseaba
viajar junto a mí, y en el camino, René me dijo, Pichardo, pero tu no le
hablaste al profesor de mí, y le dije es verdad, pero no te preocupe que yo le
llamo y resuelvo, lo llamé al día siguiente, y me dijo suban los dos con sus
pasaportes en regla.
En 48 horas tramitó la Embajada venezolana nuestras
peticiones, el compañero le dijo que éramos perseguidos políticos y que
corríamos peligro. Cuando fuimos a recoger los pasaportes, el compañero me
entregó un boleto de avión, no a mi amigo, él tuvo que comprarlo. A nuestra
llegada a Caracas, fuimos recibido en
calidad de amigos refugiados, nos hospedaron en el Hotel Excelsior, en el exclusivo sector de El Silencio, el gobierno de Acción
Democrática, cubrió todos los gastos, hasta no entregaban el dinero para la
lavandería, puede decirse que estuvimos a cuerpo de rey por un período 15
meses.@
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