Los sobornos de Ángel Rondón. El hombre del maletín en la época culminante de la constructora brasileña Odebrecht en la República Dominicana. Este personaje, propietario de 40 empresas registradas en Industria y Comercio, fue algo así como el tesorero de la corrupción por varios años de la multinacional constructora.
La empresa que construía varias obras viales y presas para irrigación en territorio dominicano, lograba los contratos de grado a grado, ofreciendo generosas comisiones para no tener que participar en concursos donde participaran otros constructores.
Rondón es un personaje parco y hasta reservado, al acusárseles de ser el “repartidor” de los sobornos por un monto de 92 millones de dólares, declaró que ciertamente recibió el dinero, pero que era de su propiedad, producto de comisiones que recibía del consorcio carioca por sus eficientes servicios de relaciones públicas.
La falacia llegó a su fin. Cuando se le comprobó el reparto y se le incluyó en el expediente de la Procuraduría General de la República, dijo que no hicieran que él tuviera que hablar, porque se iba a caer toda la estructura gubernamental.
No fue así, lo llevaron a la Justicia, cascareó, lo encarcelaron, lo libertaron, pero nuevamente la PGDR lo incluyó en un expediente selectivo de siete imputados. Ahora dice Rondón que las pruebas contra él son insostenibles y muy débiles, dice creer que lo incluyeron por “arrastre”. Si es como dice, el imputado, va a salir libre y descargado.
Víctor Díaz Rúa y el 1.25%. Este personaje fue ministro de Obras Públicas y cobraba de soborno una comisión del 1.25% por cada obra que adjudicaba a la empresa Odebrecht. Por ese concepto la PGDR dice que recibió más de siete millones de dólares que traducido al cambio actual sumarían 35 mil millones de pesos.
Pero Diaz Rúa, al igual que Rondón, dice estar sorprendido por aparecer en el grupo de los siete imputados del PGDR, asegura que los rumores sobre su administración son falsos y hasta sugiere que se le saque del expediente.
Angel Rondón y Víctor Díaz Rúa, los protagonistas de esta entrega |
Rondón tiene la razón, pero no se atreve a denunciar a los sobornados. Cuando Ángel Rondón, con mal humor, decía en la puerta de la Fiscalía que si él hablaba caía preso medio PLD y medio Gobierno estaba en lo cierto, pero en ese momento el repartidor no pensó en su familia, en sus bienes materiales, ni en su seguridad personal.
La mafia que permea a la administración y a la familia peledeísta se parece un poco a la siciliana, pero sin pizas, pero con muchos pisos. Los que gobiernan y dirigen desde el oficialismo no lo piensan más de una vez para defender sus patrimonios producto del latrocinio público. (PNS).
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