Encrucijada: ¿La Iglesia Católica Dominicana o defiende a los sacerdotes
pedófilos o a la moral cristiana?
La Columna del Director/ escrita por Don Godo
Comienza la Prensa dominicana a cuestionar
profundamente al Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, y con él a la
Conferencia del Episcopado Dominicano. Es extraño, se preguntan algunos medios periodísticos que
siendo el cardenal López Rodríguez, un sacerdote tan capacitado, tan diligente
y astuto en la política y los negocios
que no supieras que el Nuncio de Su Santidad. Josef Wesolowski, estuviera
delinquiendo en la República Dominicana.
Una actitud soberbia y de encubrimiento mostró la Conferencia Epicospal Dominicana antes la denuncia de escándalos sexuales cometidos por sacerdotes dominicanos y el Nuncio Apostólico destituído por la Santa Sede. Hablamos de rumores públicos, hasta que la justicia dominicana no le someta a los tribunales hay que entender que son hechos supuestos |
Pero como abusó de las supuestas víctimas
en secreto en un refugio paradisíaco en Boca Chica, balneario distante unos 30 kilómetros de la capital dominicana, es posible que con esas
tácticas también lo hiciera en otros lugares antes de ser designado
representante eclesiástico en Santo Domingo. Es entendible que su práctica de
pederastia o abuso sexual infantil lograras cómplices de su área
representativa, en la persona de un sacerdote polaco también, que se hacía
llamar Alberto Gil, y que ejerció su ministerio en la comunidad de Juancalito,
en el municipio de San José de las Matas.
Los informes periodísticos en manos de la
Fiscalía de Santiago de los Caballeros, hablan de abuso sexual a diversos
menores (19 en total) cometido por el Padre Gil, como se le conoce en la
comunidad serrana.
Josef Wesolowski, el supuesto obispo pedófilo, investigado en el Vaticano |
Mientras que en los abusos sexuales de
Monseñor Wesolowski, sólo se habla de varones, es decir, de niños pequeños. Un
testigo comunitario de Juncalito, declaró en rueda de prensa que el Padre Gil
llevaba en excursiones a los niños a la residencia veraniega de Wesolowski en
Boca Chica, para ambos disfrutar de la pederastia, y agregó el declarante, que
era conductor de unos de los vehículos que trasladaban a las víctimas, que al
llegar al lugar veraniego se formaban grupos y que los niños más pequeños y más
representativos se apartaban para el Nuncio.
Este declarante espontáneo luego se retractó,
la jerarquía de la Iglesia dominicana se
movilizó y le obligó a desmentir que hubiese contado tal historia.
Con relación al padre Gil, desapareció y
nadie sabe donde se encuentra. Wesolowski fue destituído y se encuentra bajo
investigación en el Vaticano, y supuestamente en la República Dominicana.
Cuestionada la actitud del Cardenal López Rodríguez, por su silencio antes los escándalos de pederastia en la Iglesia Católica Dominicana |
Pero el papa Francisco que no está jugando y
trata de moralizar a la Iglesia y reformarla, lo llamó a capítulo, regresó de
Roma, pero no ha dicho de qué se trató
el encuentro, aunque el vocero del Vaticano Federico Lombardo, reiteró que se
investiga la conducta del ex Nuncio en República Dominicana.
Aparte de la actitud del Cardenal López
Rodríguez que guardó silencio sobre los hechos denunciados por las comunidades, donde ocurrieron las violaciones sexuales, Bonao, Juncalito, Constanza, y Boca Chica, la jerarquía eclesiástica
dominicana actuó con negligencia y reaccionó con soberbia en el momento que le
tocó hablar a través de la Conferencia Episcopal Dominicana
Que se sepa la Diócesis de Santiago de los
Caballeros no realizó ningún tipo de investigación, como tampoco la de La Vega,
y Santo Domingo, las tres jurisdicciones donde supuestamente ocurrieron las
violaciones sexuales. Que no investigaran a Josef Wesolowski se podría entender
por su alta investidura, y por aquello que establece el Concordato trujillista,
pero que no investigaran y apresaran al sacerdote polaco Alberto Gil, o no lo
hayan hecho con el padre Johnny, eso sí no tiene explicación ni justificación.
La Iglesia Católica dominicana debía pedir
perdón en nombre de nuestro Señor Jesucristo, por la ignominia cometida por estos abusadores que con la
representación del sacerdocio católico se escudan detrás de la sotana.@
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