La Metralleta/La Columna de
Don Godo
Los dominicanos de la década de los sesenta
no conocíamos lo que significaba la
democracia, teníamos 31 largos años que nos gobernaba una tiranía, es decir,
que la generación a partir de 1930 no entendía ni conocía lo que era vivir en
el sistema político de la democracia representativa.
El autor de esta Columna nacido en 1937,
conoció durante su niñez, su pubertad y juventud los rigores de la tiranía que
encabezaba el sanguinario Rafael
Leónidas Trujillo, un ex militar campesino oriundo de San Cristóbal, en la
región sur de la República Dominicana.
Este tirano fue encumbrado a las alturas del
poder por los devaneos del liderazgo político del 1930. Alcanzó la presidencia
de la República después de participar en diversas conspiraciones y componendas,
con ayuda de los caudillos de la época
que traicionaron al presidente Horacio Vásquez que fue reelecto presidente y
colocaron al vicepresidente Rafael Estrella Ureña, como presidente sustituto,
luego de derrocarles, pero Estrella Ureña, que ascendió por una conspiración,
sólo duró cuatro meses en el poder, enero-abril de 1930.
A partir de ese momento escaló el poder
Rafael Leónidas Trujillo, un conspirador empedernido, que de su ingreso en la
milicia como soldado entre los años 1922 y 1923, fue ascendiendo de escalafón
hasta llegar al rango de general del Ejército dominicano.
Aquí están los protagonistas políticos de la era de Trujillo, del golpe del 25 de septiembre de 1963, y de la Revolución de Abril de 1965 |
Al parecer en la soldadescas norteamericanas habían
algunos “caza talentos”, que buscaban colocar un hombre fuerte al frente del
gobierno y el estado dominicano, y el hombre ideal para esa tarea era
precisamente el cerebro endemoniado del militar que ellos habían avizorado y
preparado para tales fines. Así Trujillo, sin escrúpulos, ni comedimientos de
ninguna clase ayudó a derrocar al presidente Vásquez, que era un político
liberal y puede decirse que hasta demócrata, ayudó a nombrar a Rafael Estrella,
al que luego mandó a fusilar para hacerse con el poder.
El fatídico 25 de septiembre de 1963 fue la herencia que dejó el asesinado
dictador, los sectores oligárquicos, ultra conservadores y derechistas que
mantuvieron a Trujillo en el poder por tres décadas fueron los mismos que
derrocaron a Juan Bosch.
Los hacendados dominicanos, los hateros y los
terratenientes, no podían convivir con un sistema como el que se había
propuesto fomentar el profesor Bosch, un demócrata a carta cabal.
Todavía se comenta en el pueblo que el
sietemesino gobierno bochista ha sido el más democrático que ha tenido el país,
yo pienso que fue el primero que instauró la democracia dominicana en el siglo
XX, pero quizá el más democrático lo fue el que encabezó Antonio Guzmán
Fernández a partir del 1978.
Ciertamente que había una gran diferencia
entre los perfiles personales de Bosch y Guzmán, el primero era escrito,
político e intelectual, el segundo campechano, bonachón y sencillo, pero con
estos últimos atributos logró democratizar las instituciones armadas de la
nación y dio un ejemplo de honestidad y solidaridad con el pueblo cuando se
privó de su vida porque no pudo resistir los conatos de corrupción que
comenzaban a aflorar en su gobierno.
Francisco Alberto Caamaño Deñó al centro en Ciudad Nueva dirigiendo la Revolución fusil en manos |
Juan Bosch fue ejemplo de dignidad, austeridad
y dignidad. Sus herederos políticos se corrompieron y hasta opacaron su
personalidad y su obra redentora en la política dominicana.
Todavía
hay despistados que andan preguntando cuales fueron los motivos por lo
que se produjo la Revolución del 65 y que se logró con ella. A esos dominicanos
obtusos hay que recordarles quienes fueron los que dirigieron el movimiento de
derecha extrema y quiénes lo instigaron.
Hay nombres imborrables de aquella época, los
miembros del Consejo de Estado, Reid Cabral, Viariato Fiallo, Ornes Coiscou, y
toda la derecha organizada con la ayuda de un sector importante de la Iglesia
Católica.
Los dominicanos y dominicanas que cayeron
abatidos en la Revolución de Abril son héroes y mártires de nuestra nación.
Francisco Alberto Caamaño, el líder, Rafael Fernández Ramírez, y miles de
valientes compatriotas que tuvieron el valor y la entereza de salir a defender
la patria y la dignidad, primero de un grupo de militares y civiles dominicanos
que quisieron alzarse con el santo y la limosna y de los invasores que
vinieron a ultrajar y mancillar nuestra
nacionalidad.
A todos nuestro homenaje de lealtad y agradecimiento en este día sobre todo, al
profesor Juan Bosch y a Francisco Caamaño Deñó.@
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