La
encrucijada del PRD a 74 días de las
elecciones
Se pone de manifiesto nuevamente la división del liderazgo en el partido blanco
Por Luis Godofredo Pichardo
Redacción Central, (PNS)._ “Yo no soy
mensajero ni barrendero del comando de
campaña de Hipólito Mejía”. Dijo Miguel Vargas frente al entorno de la tumba
del doctor José Francisco Peña Gómez, el pasado 6 de marzo y agregó que no “esperen
que me verán encima de una patana haciendo campaña, yo estoy integrado y mi
trabajo es desde la dirección del PRD”.
" No soy mensajero ni barrendero de HM |
Más explícito no se puede ser. El presidente
del Partido Revolucionario Dominicano, no está en campaña y menos aún a favor
del PRD, quizás esté dando su colaboración al candidato oficial por lo bajo y
contribuyendo con el gobierno a desacreditar los esfuerzos del candidato
perredeísta, pero si esa percepción se confirmara está en todo su derecho.
Miguel Vargas en un gesto de caballerosidad
debe renunciar de inmediato a su posición de presidente del PRD, pues su
actitud y su conducta partidaria no le permiten en lo adelante hacer un papel
decente dentro del entorno perredeísta, por mucho esfuerzo que muestre en su
dirección administrativa, se percibirás que es un traidor a los ideales del
partido blanco.
El doctor Peña Gómez que tantas humillaciones
recibió en su dilatada carrera política, días antes de morir tuvo la valentía y
la entereza de perdonar a todos sus adversarios dentro y fuera de su partido.
Vargas Maldonado, en una actitud errática
nueva vez desperdicia la oportunidad de pedir perdón a sus supuestos adversarios,
y ser perdonado a la vez por su terquedad política y su soberbia marginal.
Con la última declaración de Miguel Vargas,
generó dos actitudes contrarias al su patrón de conducta que a seguido en su
vida pública, que al decir de quienes le han tratado de cerca es una excelente
persona. En primer lugar termina de sepultar sus aspiraciones presidenciales
dentro del PRD y en segundo lugar asume la responsabilidad total
de una eventual derrota del PRD y de Hipólito Mejía.
Es difícil, por no decir imposible, que la
militancia del PRD sufrague por un elemento que se comporte como lo
está haciendo Vargas Maldonado. Aún en el caso hipotético de que la dirigencia
del PRD le perdonara y lo rehabilitara para el 2016 se puede apostar pesos a morisquetas,
como decían nuestros antepasados a que la militancia no le apoyaría.
El PRD bajo una dirección dictatorial |
La campaña de Hipólito Mejía debía desligarse de Miguel Vargas y tratar de recuperar a los dirigentes que todavía permanecen a su lado. En definitiva, quienes van a dar la victoria o la derrota son los electores que poco o nada tienen que dialogar con Miguel Vargas.
Por otra parte es una lástima que los
perredeístas tengan que ir a dirimir sus diferencias a la tumba de Peña Gómez,
y no busquen un escenario más adecuado, el extinto líder perredeísta lo
que necesita es paz y no discordia. Y si
entre los dirigentes del PRD que están
vivos no son capaces de reconciliarse entre sí, no hay que buscar soluciones a sus diatribas en
el exterior de su entorno, y menos la van a encontrar en el sepulcro de un
mártir de la política dominicana, como lo fue el doctor Peña Gómez, que dedicó
toda su vida a la reconciliación del PRD y a la nación dominicana.
La solución no está con una visita al campo
santo. Hay que buscarla en un diálogo serio que permita tomar decisiones
responsables que fortalezcan las estructuras del Partido Revolucionario
Dominicano. (PNS).@
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