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martes, 20 de marzo de 2012

Impuestos abusivos impiden a inmigrantes hacerse ciudadanos




Política inmigratoria estadounidense

  Miami//Washington, (PNS)._Una tercera parte de la población norteamericana es de origen extranjero y los latinoamericanos constituyen el grupo étnico más representativos, con más de 50 millones y con alrededor de un 10 a 12% de la población estadounidense, este grupo es uno de los más expoliados por los impuestos abusivos.
  Pero los nativos  del continente norteamericano se niegan a reconocer esa situación y le niegan el derecho a los ciudadanos extranjeros a disfrutar de los bienes y riquezas que juntos han forjado en esa sociedad de presencia y tradición anglosajona.
Este es pasaporte norteamericano






Cuando hablamos de  que una tercera parte de los norteamericanos son de origen extranjero o inmigrantes de ese país, estamos hablando del siglo XXI, y obviando la historia verdadera, porque si hablásemos de la composición social norteamericana vamos a encontrar que  más del 90% no es nativo  del territorio de los Estados Unidos, y que esa cantidad procede de Europa en mayor cantidad y de  grupos minoritarios, como los afroamericanos, los asiáticos, judíos, los latinos,   y otros grupos  representativos de diversas  naciones extranjeras que se posesionaron en  esa la tierra de liberad desde hace muchos años.
  La población indígena que es la genuina norteamericana no alcanza ni siquiera un 5% del total de la población  norteamericana con algo más de 300 millones de habitantes, los ingleses, irlandeses, italianos y otras étnias europeas componen la población tradicional luego de la colonización en el siglo XVII, pero en tiempos modernos y a partir del siglo pasado,  los latinoamericanos comenzaron a emigrar masivamente a Estados Unidos, y sólo México tiene más de 20 millones entre residentes legales e indocumentados.
  En escala descendente cada país del Hemisferio tiene una representación que en ocasiones sobre pasa el millón de habitantes, como es el caso del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que cuenta con varios millones, Cuba, República Dominicana, y El Salvador, así como  otras naciones de Sur y Centroamérica, también  las islas del Caribe, componen el bloque de más de 50 millones de inmigrantes.
  En el mundo real cada ciudadano americano tiene una descendencia extranjera, excepto las tribus indias que fueron diezmadas en la colonización y en la guerra de Independencia y que hoy quedan algunos miles de sus ancestros como un símbolo de representatividad y patriotismo.
La visa es el documento que  necesita cada extranjero para poder entrar a EE.UU
  Una introducción extensa pero necesaria,  para abordar el tema que nos ocupa en este artículo periodístico. Los anglosajones e irlandeses se han creído los genuinos ciudadanos de Norteamérica y en ese tenor le niegan derechos y responsabilidades al resto de la inmigración que convive con la sociedad estadounidense, y ello repercute en falta de viviendas, oportunidad de empleos, educación y otras necesidades de la familia.
  Estados Unidos asume cada cierto tiempo una política inmigratoria que nos recuerda la era del garrote, y es precisamente con lo que buscamos llamar la atención en este reportaje, esa política la puso en práctica terminada la colonización, luego de la guerra de secesión y en el siglo pasado la repitió por lo menos en dos ocasiones.
  Reconocemos que hoy en día ninguna nación puede darse el lujo de alojar la cantidad de ciudadanos extranjeros que están dispuestos a emigrar, y que hay que establecer controles reales. Pero también reconocemos el derecho que tiene el trabajador que vive en los Estados Unidos desde hace algún tiempo. El proceso de legalización es largo, tedioso y costoso, y en el 2012, casi ningún extranjero puede pagar el impuesto a la tarjeta inmigratoria o de residencia permanente con un costo de $ 350 dólares.
Esta tarjeta es la que asegura todo tipo de ayuda en USA
Lo mismo ocurre para renovar un pasaporte de ciudadano, el costo es elevadísimo, y en cuanto al proceso de hacerse ciudadano norteamericano, es un vía crucis por el que se debe pasar antes de lograr la  tan anhelada petición, primero hay que esperar cinco años luego de adquirir la residencia permanente sin salir del país, no haber cometido ningún delitos, no haber participado de actividades políticas contrarias a las establecidas por la Constitución norteamericana, y tener una reputación intachable.
  Todo esto nos parece muy bien, lo que no alcanzamos a entender es porqué no se organiza una reforma inmigratoria que permita un nuevo control de entrada de extranjeros, y se permita a los que ya están viviendo en territorio estadounidense que legalicen su estatus, es decir, que se patrocine una amnistía y se le conceda residencia a los indocumentados, que se agilicen los procedimientos de ciudadanía y se baje el costo los servicios, especialmente el costo de una visa de turista,  de estudiantes,  o de profesionales.

  El  caso de un envejeciente caribeño residente en Miami, que nos escribe,  revela que recibe $ 360.00 dólares del Seguro Social, los cupones de alimentos, y los beneficios del Medicaid o Medicare, pero ya no trabaja,  con 75 años de edad y tiene que pagar la renta de su apartamento, y los servicios de agua, luz y teléfono.
  Ese ciudadano inmigrante lleva más de 20 años residiendo en Estados Unidos, trabajó duramente, pero no pudo completar los 40 créditos que exige el Seguros Social para entregarles la cantidad de dinero que se le entrega a otros ciudadanos retirados, ahora a través de un programa comunitario le prometen gestionarles la ciudadanía que cuesta alrededor de 1.300 dólares, sin que tenga que pagar,  pero tiene que tener vigente su permiso de residencia y está vencido, cuesta 350 dólares, no lo tiene, ni quién se lo facilite.
  Nos parece una crueldad de parte del Estado que se le niegue esa oportunidad a un anciano que ha contribuido al crecimiento económico estadounidense. Pero ese el caso de un solo inmigrante, el problema es que hay millones que tienen la misma condición y necesidad,  la misma prioridad. ( PNS).@

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