Transfugismo…diatribas y acusaciones de corrupción salpican el proceso electoral dominicano

Panorama político en Quisqueya

Por Máximo Benedicto

 Santiago, República Dominicana,  (PNS)._La sociedad dominicana se convierte en más compleja a medida que navega en la incertidumbre que produce la extrema pobreza contra la abundancia de riqueza., como dijera el pensador económico norteamericano Henry George, es imposible contemplar tanta pobreza en medio de tanta riqueza.

  Los niveles de asimilación y aceptación democrática  de la población dominicana eran mucho más altos hace medio siglo atrás  cuando comenzó la era de la democratización política,   que en el 2012, período en que se celebra un nuevo escrutinio electoral para elegir nuevo presidente y vicepresidente de la República, así como legisladores de la diáspora que reside en territorios de ultra mar.

La brecha que crea la riqueza entre pobres y ricos

Los dominicanos pobres con cultura de perdigueños

  Lo correcto y lo razonable sería que los dominicanos, especialmente los ciudadanos que están  en edad de sufragar,  hubiesen aprendido un comportamiento civilista y que observaran un patrón de conducta de madurez política, pero extrañamente, los electores,  no muestran ningún avance en esa dirección, y por el contrario, el servilismo, el transfugismo, y la venta de conciencia están a la orden del día.

  Todavía en la República los candidatos políticos tienen que regalar bolsas conteniendo una ración de la dieta diaria, con diversos alimentos, para que sus parciales salgan a la calle a respaldar sus actividades, pero ese servicio negativo a la sociedad se encarga de hacerlo el Estado a través de la Presidencia de la República, ofreciendo raciones alimenticias a millares de activistas políticos diseminados por la geografía nacional.

  En plena campaña electoral y cuando apenas faltan menos de dos meses para el día de las votaciones (20 de mayo) los candidatos que han asumido la  nueva modalidad de organizar grandes caravanas de vehículos para transportar a sus seguidores a lugares específicos y allí presentarles sus promesas y programas de Gobierno, tienen que facilitar combustibles, 
comida y bebidas alcohólicas, para que los activistas mantengan los ánimos encendidos.

Hipólito con su tradicional sombrero en los campos del sur profundo

Danilo en las campiñas del Cibao

Ya no se observan los grandes mítines y manifestaciones públicas  que se realizaban en el pasado,  en las provincias y regiones del país, ahora el sistema  es de organizar  caravanas móviles, que les permite a los candidatos concurrir con las gentes de un mismo lugar a diversos escenarios diferentes.

  Es decir, si la actividad proselitista es de Santo Domingo a San Cristóbal, o cualquier otra provincia del Sur, se llevan los seguidores de los barrios capitaleños y si la movilización es del candidato del oficialismo se utilizan todos los vehículos del Estado y se atiborran con la presencia de los empleados públicos, que son obligados a caravanear y si se niegan pierden sus empleo

  Esta práctica es utilizada en todas las provincias, regiones, o pueblos del interior, pero no se trata sólo del candidato oficial, también la utilizan como estrategia, los candidatos de la oposición, pero en desventaja, por que estos últimos no cuentan con los recursos de los primeros.

  El transfugismo político  ha sido uno de los factores que ha signado la campaña del 2012 y así se ha podido observar un éxodo permanente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), hacia el oficialismo, y uno que otros dirigentes se han ido con el candidato de la oposición.

  Se analiza la causa de estas deserciones y la respuesta es simple, el dirigente político dominicano busca siempre prebendas personales y apoya al mejor postor en el momento, en que su presencia es necesaria o sirve de soporte al candidato que le conquista.

  En ese trasiego de influencias los partidos gastan enormes sumas de dinero. Pero el que mejor paga esos servicios es el Estado a favor de su candidato, porque al final de cuenta, ni el presidente, ni sus funcionarios van a pagar nada de sus bolsillos, de ni de sus cuentas personales, ese dinero lo pagan los contribuyentes,  a través del pago de impuestos al fisco nacional.

  Otro fenómeno que ha sido muy visible en la presente campaña electoral, es las acusaciones de dinero del narcotráfico y lavado de dinero como contribución a determinados candidatos y sus organizaciones políticas, así como la acusación de corrupción administrativa a todos los niveles y en todas las instancias del Estado y la  administración pública. ( PNS).@