Panorama Mundial
Teherán/Afganistán, ( PNS)._La prolongación
del conflicto bélico en Afganistán que ya ocupa un espacio de más de diez años
ha destrozado la economía estadounidense y deja muy mal parada la defensa de la
principal potencia del mundo.
Washington ha colocado tropas cercanas a los
100 mil soldados y armamentos modernos y sofisticados, junto a equipos
militares de última generación y de avanzada tecnología, pero su estrategia es
cada vez más fallida en el escenario de la guerra. Es una situación difícil de
entender, porque se hace poco creíble que los ejércitos de la OTAN que luchan
junto a los Estados Unidos no hayan podido vencer a un ejército subdesarrollado,
mal equipado y en un terreno accidentado, como lo es el afgano.
Aviones no tripulados son los causan matanzas de civiles y militares afganos |
Ciertamente, que no se trata de una guerra
local común y corriente, ya que en ella intervienen fuerzas de guerrilla y
hasta la intervención foránea según ha podido establecerse, en distintos
escenarios y lugares donde se llevan a cabo faenas militares para combatir a
los Talibanes.
Y la dificultad principal para terminar la
guerra entre el Gobierno afgano y los talibanes es que se trata de un conflicto
con raíces nacionalistas y de adversidad y confrontación entre las clases sociales de esa nación.
El desarrollo de la guerra de Afganistán viene
de lejos, como el conflicto que la generó, debe recordarse que antes de que los
militares occidentales invadieran ese territorio, ya lo habían hecho los
soviéticos que permanecieron allí varios años y salieron derrotados y sobre
todo muy decepcionados.
Si con los rusos los afganos no pudieron
entenderse que son sus aliados tradicionales, menos se puede esperar que lo
hagan con las tropas occidentales.
En este artículo tratamos de analizar el
poderío estadounidense, las tropas norteamericanas han venido confrontando
serios problemas desde la década de los sesenta en el siglo pasado, cuando el pequeño ejército del Vietcom, es decir, las tropas de Vietnam del Norte, apabullaron al
ejército norteamericano en las selvas vietnamitas en 1968.
Más de 100 mil hombres perdió Estados Unidos
en esa guerra, aunque los biógrafos militares hablan de 68 mil bajas. Lo mismo
le ocurrió a la armada norteamericana en Irak, después de derrotar a Sadam
Hussen y su régimen a principios de la década de los noventa, cuando el
presidente George Busch
(Padre) arremetió contra Bagdad, en el primer encuentro Estados Unidos impuso su
poderío y hasta presenció el fusilamiento del dictador iraquí por un tribunal
inclinado a las tropas estadounidenses que condenó a muerte a Saldan Hussen.
Pero en la coyuntura
política actual, en que las
tropas de Washington se ven involucradas en masacres, crímenes premeditados, y en
accidentes que privan de la vida a decenas de afganos, la
situación política del presidente norteamericano Barack Obama se complica en este último año de su
administración y cuando él aspira a reelegirse para un segundo mandato.
Obama observa el fin de la guerra en Irak |
Obama prometió en su primer campaña terminar
con la guerra de Irak y Afganistán, y
cumplió la primera parte, ordenó el cese al fuego y retiro de tropas de Irak,
pero en Afganistán, en vez de disminuir se necesita cada vez mayor cantidad de tropas y alto mando militar para poder mantener el equilibrio
que en esa guerra debe mostrar Estados Unidos, que realmente no es su guerra,
sino que han ido allí ayudar al gobierno afgano contra la guerrilla talibana,
pero esta guerra ni se termina, ni la
gana ni un bando ni otro, y la
intervención occidental es rechazada por los países aliados a Afganistán y tampoco
se vislumbra que las tropas de la OTAN
puedan salir airosas de allí, por el contrario, lo que se presagia es un desastre militar.
El otro conflicto que afecta seriamente o
llega a contrariar al presidente demócrata en su aspiración reelectiva es el enfrentamiento
Teherán/Washington, por el armamentismo nuclear que está almacenando el gobierno iraní y el
desafío que mantiene contra las naciones occidentales y en especial contra
Washington y el Estado judío, la
apertura de un nuevo conflicto en el Medio Oriente, sin temor a equívocos
traerá consigo una nueva intervención militar estadounidense y la misma sería
rechazada por el electorado demócrata, que es la esperanza del reeleccionista Barack Obama.
( PNS).@
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