La Metralleta de Don Godo
Por LGP/Servicio Panamericano de Noticias
Las encuestas dominicanas al rojo vivo. Las encuestas son el instrumento ideal para medir la simpatÃa de los electores hacia los candidatos a puestos electivos, sean éstos presidenciales, senatoriales, o municipales.
Los polÃticos que son como los pañales, que hay que cambiarlos cada cierto tiempo, por haber sido usados, probados y comprobados, se valen de los sondeos para estimular, sugestionar y autosugestionar a los electores cuando están en campaña.
En el ambiente polÃtico dominicano es costumbre utilizar decenas de empresas encuestadoras, tanto nacionales como extranjeras en tiempo de elecciones y en forma especial, cuando éstas son elecciones presidenciales.
Asà se mantiene activo al electorado y en alerta a los contrincantes en el proceso elector. Pero en estos procesos hay sinvergüenzas de parte y parte, es decir, polÃticos mentirosos y encuestadoras deshonestas. De esa manera, un candidato que hoy tiene 10 o 15% puntos porcentuales por debajo, y por encima de su adversario, mañana aparece con la misma cantidad por en su contra.
Y es que los ejecutivos y pensadores polÃticos que trabajan tras bambalinas en esas compañÃas de mercadeo, creen que los electores son borregos que actúan con el instinto animal y no como seres humanos pensantes.
Los cálculos del PLD. Durante los once meses que transcurren del 2011 se la han pasado los estrategas, dirigentes, funcionarios, lambiones y busca vida, creyendo que los números crecen como el arroz de calidad, y de esa forma, proclamaron que las simpatÃas hacia el PLD se mantenÃan a la bajas, porque no tenÃan decidido sobre quien serÃa su candidato a la presidencia.
Eligieron a Danilo Medina, no entusiasmó a los parciales del PLD, porque la mayorÃa querÃa la reelección, para seguir bebiendo de la leche que la vaca nacional produce en gran cantidad, y como Danilo que es nuevo en el ambiente polÃtico-electoral no querÃan arriesgar el moro que estaba seguro con Leonel, en la Presidencia.
Pero ya proclamado Danilo, los peledeÃstas esperaban un repunte en las encuestas, eso no se dió, y más tarde alegaban que cuando se eligiera el candidato vicepresidencial, las cosas cambiarÃan de inmediato, se eligió a la primera dama, de quién esperaban le aportara de un diez a quince puntos de popularidad, y la realidad es que eso no sucedió, y la candidatura oficial, en vez de una tendencia al crecimiento, lo que hará en adelante será un descenso suave, pero sin sorpresa de un mayor crecimiento, porque el entusiasmo electoral sobre los candidatos ya maduró y ahora lo que se busca es mantener una tendencia estable a los números que otorgan los sondeos.
Ahora que la encuestadora Gallup, otorga 5.3% a Hipólito por encima de Danilo, están con el grito al cielo, pero se está haciendo tarde para el lloriqueo, porque el dinero que dijo el presidente Fernández que iba a invertir, no se ha visto, y los electores parecen haber tomado la decisión hacia que candidato es que van apoyar.
Pero a todo esto Hipólito MejÃa no sólo tiene un sólido 5. %, sino que aventaja al candidato oficialista en todas las áreas. Y hasta en la capital dominicana le lleva una ventaja del 2%. En el Cibao de PRD a PLD el partido opositor está por encima de Danilo en un diez y un 15%. Solamente en la zona sur del paÃs aparece Danilo en una posición de empate técnico.
Y que conste, que las tarjetas de solidaridad, las que tanto cascarea el vicepresidente de la República se han ido todas del lado de la militancia morada, y los recursos que dijeron los peledeÃstas y el presidente en particular que iban a invertir, ni se han visto, y quizás ni se vayan a ver, y ello, porque los 40 mil millones de los que habló el gobernante peledeÃsta en Nueva York, solo existen en su cabeza, porque a nivel del gabinete presidencial y del presupuesto fiscal para el próximo año los ministros aseguran que no hay dinero ni siquiera para cubrir las necesidades básicas de cada Ministerio. Viéndolo de esa manera, solo hay que esperar que pasen rápido los seis meses que faltan para que termine la pesadilla, que no deja dormir a ningún dominicano pensante. (PNS).
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