La Columna del Editor
Haití El Infierno del Caribe
Esta Columna y su autor escriben periódicamente acerca de la ingobernabilidad haitiana, del libertinaje de la delincuencia y de la debilidad de su sistema político.
Es difícil buscarle un perfil al pueblo haitiano, porque no está gobernado por una dictadura, pero tampoco por un gobierno democrático representativo.
Cierto es que la Constitución haitiana, la carta magna de la república soberana e independiente se Haití es clara y bien definida, pero su sistema antiquísimo de primer ministro, al parecer, ya no encaja con las necesidades y exigencias de la política partidaria del pueblo haitiano.
Tanto la Justicia haitiana, como las autoridades del orden público, ejército, policía, y Ministerio Público, o no existen o no funcionan. Es una hazaña en la política haitiana, que un primer ministro permanezca por mucho tiempo en el cargo y qué concite popularidad o confianza a su alrededor.
Para la fauna política haitiana no existen políticos confiables, ni populares que logren compactar un núcleo electoral representativo. El último presidente haitiano fue asesinado al parecer por uua conjura de las gentes que le rodeaba. El crimen se investiga, pero no se esperan resultados convincentes o creíbles.
Jovenel Moise, no era un estadista en realidad, pero mantenía una estabilidad política, confiable hasta cierto espacio, pero después de su asesinato el 7 de julio 2021, se desmoronó la confianza constitucional del pueblo, dos o tres nuevos ministrtos entraron y salieron y el actual parece que gobierna en otra Isla del Caribe.
Al tiempo de la conjura en el que un comando de ex militares colombiano, en colaboración políticos haitianos, asesinó a Moise, era primer ministro Claude Joseph, del que se sospecha que pudiera ser uno de los complotados.
El actual primer ministro, es un médico de profesión, Ariel Henry, pero este señor no muestra madera de gobernante confiable, y el caos y la delincuencia se apoderaron del territorio haitiano y en la actualidad son las bandas de delincuentes armados, tipos “ guerrilla” las tienen el poder, no respetan al gobierno constituido, y secuestran a nacionales y extranjeros, como si se tratara de una competencia deportiva.
Los últimos secuestros han ocurrido en los últimos días, primero secuestraron a un diplomático dominicano de nombre Carlos Guillén Tatis, agregado a la Embajada, dominicana, en Puerto Príncipe, luego a conductor de patana, y finalmente un autobús de la Compañía Metro Tours, con 8 ciudadanos turcos, 8 ciudadanos haitianos y un dominicano, ese transporte turístico continúa secuestrado hasta que aparezca un rico bondadoso que pague su rescate.
Es decir, que la actualidad, la vida políticaen Haití, es un infierno, en la región del Caribe, en la delincuencia criminal Haití es una LTD o SA cualquiera, bien organizada y , dirigida por unas 50 pandillas bandoleras que se disputan el poder y aspiran a convertirse en gobierno haitiano en el futuro mediato.
Qué se puede esperar de un panorama tan sombrío, para un pueblo que merece mejor suerte y mayor atención, de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, la OEA, El Caricom y otra similares.
Las grandes potencias abandonaron la idea que tuvieron alguna vez de , transformar a la república haitiana en un país democrático y económicamente sustentable. (PNS).
No hay comentarios:
Publicar un comentario