Retornaba de Venezuela y RD, ya graduado de periodismo en la Academia Americana, de Caracas, Venezuela |
Reinicio del
periodismo en Nueva en 1967York (9)
Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor de PNS Noticias/Revista Nuevo Mundo/ & Ventana Católica/ Blogspot
Yo había residido en la ciudad de Nueva York
desde 1961 hasta el 1963, que fue cuando tomé la equivocada decisión de
retornar a RD sin haber legalizado mi estatus en los Estados
Unidos. Era el otoño del 63 y había una efervescencia revolucionaria diseminada
en la colonia dominicana y un ambiente bélico-revolucionario en la República Dominicana.
Para esa época tenía la cabeza un poco
caliente, porque había visto como terminaron los últimos años de la tiranía
trujillista y hasta había participado en algunas actividades que para esos
tiempos eran prohibidas por atentar contra la estabilidad del régimen gobernante,
pero además, después de la caída del
régimen de Rafael Leónidas Trujillo, la mayoría de los dominicanos, al menos de
boca, no de intención, éramos
“revolucionarios”. En la sociedad dominicana de hoy hay mucho más trujillistas
de los que imaginamos.
Como
antitrujillista me alegré de la caída del dictador y me enrolé en las filas del
Partido Revolucionario Dominicano (PRD) a partir del mes de julio de 1961, como
un ente partidario tenía que afectarme en gran medida, el derrocamiento del
gobierno constitucional que encabezó el profesor Juan Bosch y encontrándome en
la ciudad de Nueva York al momento del golpe de estado quise volar y aterrizar
en mi país, pues entendía que en algo podía coadyuvar si estaba cerca de los
acontecimientos.
Mi error… no esperar mi visado de residencia.
Junto a mi hermano menor fui convocado a presentarnos en una de las oficinas
del Servicio Nacional de Inmigración estadounidense, así lo hicimos después de
recibir una visita de cortesía que nos hicieran dos inspectores del control
inmigratorio neoyorquino.
Nos trataron con cortesía y hasta con cierta
consideración, mi hermano fue invitado a salir del territorio norteamericano y
lo hizo con elegancia y agradecimiento, pagó su boleto de avión y retornó a
nuestro país. En cuanto a mí respecta me dieron un chance y me exhortaron a
legalizar mis papeles y seguir trabajando y estudiando. Cuando fui a solicitar
permiso a Inmigración para retornar a RD me recomendaron que esperara a que me
saliera mi residencia, pero la fiebre política que sudaba en esos días me
empujaba hacia el país, rechacé la oferta y luego lo lamenté, tuve que esperar
casi cuatro años para que me concedieran la tarjeta verde
Reiniciándome de nuevo en el periodismo en
NYC. Mi vocación se había estancado un poco a raíz de los acontecimientos
políticos acaecidos en RD, pero tuve un buen despertar, me activé y comencé a
escribir para diversos semanarios estadounidenses y para los principales
diarios de nuestro país, llegando a representar a los cuatro periódicos más
importantes de la época como jefe de redacción y corresponsal en la urbe
neoyorquina. Listín Diario, Ultima Hora, Periódico El Sol y La Información.
En dos décadas de periodismo neoyorquino
alcancé los mejores niveles del reporterismo y hasta me convertí en editor y
fundador de la revista Nuevo Mundo y de PNS Neas. Con ambas iniciativas sentí
grandes satisfacciones como emprendedor y contribuí al adecentamiento del
periodismo latinoamericano en Nueva York y Estados Unidos.
Me considero, junto a unas pléyades de
colegas y amigos ser uno de los pioneros del periodismo hispano que se realiza
en la actualidad en la gran manzana.
La Revista
Nuevo Mundo vio la luz
pública en varias ediciones, me vi. Obligado a suspender su edición por el alto
costo y poca rentabilidad, en cuanto al PNS News (Servicio Panamericano de
Noticias) todavía 44 años después,
disfruto de su compañía, a través de ese servicio de prensa que antes
distribuía vía correo y a través del teletipo, hoy difundo las noticias
locales, regionales y del mundo a través de PNS Noticias Blogspot, y las
revistas digitales Nuevo Mundo y Ventana Católica.
Nuevo Mundo y PNS News fueron fundado en 1970
en una oficina que teníamos instalada en la calle 52 en su primera etapa, y
luego en la 54, ambas en la avenida Broadway, todavía recuerdo momentos felices
de aquella época de oro del periodismo latinoamericano en Nueva York.@
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