Mis estudios
de periodismo en la Academia Americana
me dieron una nueva oportunidad
Luis Godofredo Pichardo |
Por Luis
Godofredo Pichardo/Editor de PNS Noticias/ Nuevo Mundo & Ventana Católica.
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Como señalé antes llegué a Caracas, en
calidad de “refugiado-amigo”, una condición que no clasificaba para el exilio, pero en realidad yo me fui corriendo
y asustado de RD, pues terminaba de pasar algunas experiencias desagradables y
con mucho sufrimiento y peligro de muerte.
Pero, gracias a las relaciones amplísimas que tenía Ángel
Miolán con las autoridades del gobierno de Carlos Andrés Pérez y con la alta dirigencia del Partido Acción
Democrática, las cosas me salieron bien desde que llegué a la capital
venezolana, y como se dice en el argot
político nuestro navegué en mis aguas. AD y el PRD eran aliados en la
democracia continental, y me recibió en el aeropuerto de Maiquetía, el profesor
Vargas, un alto dirigente de AD y profesor en el Instituto de la Reforma Agraria Venezolana (INCE).
El profesor Vargas había estado residiendo en
RD en el gobierno de Juan Bosch, y ayudó a diseñar el sistema de reforma
agraria que el presidente Bosch quiso poner en funcionamiento en el territorio
nacional dominicano.
El funcionario y profesor Vargas me recibió
como si yo hubiese sido un hijo suyo, yo estaba acompañado de René, mi amigo,
pero él no era ni perredeísta, ni amigo de Miolán, era amigo mío, pero recibió
el mismo trato y las mismas atenciones.
En otro artículo escribí que nos hospedaron
en el hotel Excelsior, en el centro de Caracas, comimos y dormimos a nuestro
antojo, con el trajín del viaje y la persecución policial a la que fui sometido por varias semanas no había tenido mucho descanso y menos sosiego.
Simbología de la Academia Americana |
Hablé con el profesor Vargas y le dije,
quiero trabajar y estudiar, pues no estoy preparado para la vida a largo plazo.
Me respondió, cuente con eso. Voy a respaldarles y me preguntó, que usted desea
estudiar compañero Pichardo, periodismo, le respondí de inmediato, y me encomendó esperar a que él me avisara, antes
de la semana siguiente me llevó un folleto al hotel de la Academia Americana,
que estaba ubicada a dos o tres cuadras del Excelsior, allí estaba el curso que
deseaba estudiar y comenzaba muy pronto.
Me dijo que averiguara cuanto costaba la inscripción,
lo hice, visité la Academia,
y cuando le informé, me trajo los bolívares de la inscripción y el pago
correspondiente a la cuota de escolaridad.
Comencé el curso y lo terminé en marzo de
1966, con una buena cuota de experiencia por el aprendizaje que recibí de un
elenco de profesores de alta calidad, entre los que se encontraban venezolanos
y extranjeros.
Al final de esa jornada, fuimos invitado por el profesor a realizar un
curso de reforma agraria en el estado llanero del Guárico, allí vivimos
experiencias inolvidables, con un grupo de estudiantes latinoamericanos,
compuestos por varios representantes de diversos
países de El Caribe, Centro y Sudamérica,
Puedo atestiguar que la certificación en
periodismo de la Academia Americana
me abrió las puertas de muchas redacciones y me estimuló a ingresar a mi
regreso a la ciudad de Nueva York, en el famoso Lumen Data Proccesing Institute
Of New York, allí realicé un curso completo e intensivo entre 1967 y 68 que me dio la confianza y aval suficiente para
considerarme un periodista profesional y técnicamente preparado.@
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