Mi
autoexilio en Venezuela en las Memorias
de Don Godo (4)
Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor de PNS Noticias/Nuevo Mundo & Ventana Católica, Blogspot.com
Luis Godofredo Pichardo. protagonista de estas memorias |
Mi viaje a
Venezuela en 1965 fue una excelente decisión
Cuando decidí viajar al exterior me formulé
varias interrogantes. No era la primera vez, pero sí era un escape necesario y
urgente. Luego de reflexionar y analizar mi conciencia decidí que era a
Venezuela donde deseaba ir. Varias personas me habían aconsejado alejarme un
poco de la política local dominicana, y según algunos de mis consejeros en
cuanto antes era mejor.
Se preguntarán los lectores y quiénes eran
esas personas interesadas en el destino de un periodista principiante, y político frustrado. Pues eran nada más y nada menos,
que algunos militares de alta graduación que conocí y que fui
interrogado por ellos en el periplo vacacional que pasé en el cuartel de la
policía que estaba ubicado en la calle
El Sol y 30 de Marzo, frente al Parque
Duarte y en la cárcel San Luis, de mi ciudad natal de Santiago de los
Caballeros.
Estaba comenzando a descollar en el
periodismo y buscando un puesto fijo de trabajo que no lo tenía, pero por mi
condición de activista político del Partido Revolucionario Dominicano ( PRD)
fui rechazado en más de una ocasión,
cuando busqué enrolarme a una redacción periodística del género
electrónico o impreso, porque como activista político no tenía imparcialidad ni
credibilidad.
Así es el mercado laboral periodístico,
cuando alguien milita en un partido político reconocido. O el militante hace pública sus actividades
queda inhabilitado para ejercer el periodismo a nivel laboral.
Angel Miolán, fue mi amigo, mi guía ppolítico y mi protector |
La
intervención de Ángel Miolán en la Embajada venezolana. Desde julio de 1961, yo conocía al profesor Miolán, él era cerebro
de la maquinaria del PRD que había llegado al país en esa fecha , junto a
Nicolás Silfa, y Ramón Castillo, los tres desafiaron el poder militar de Ramfis
Trujillo y la maquinaria de la tiranía trujillista que estaba intacta y en su apogeo, ellos se atrevieron a venir en
comisión a la muerte de Trujillo y a
esos tres personajes de la historia dominicana le debemos más de medio siglo de
democracia, porque eso fue el PRD en el pasado,
una escuela de la democracia dominicana.
El profesor Miolán me tenía mucho cariño
junto a los compañeros Canoabo Polanco, Antonio M. Aracena, don Antonio
Jiménez, Germán Polanco y a una pléyades de perredeístas ilustres que nos
entregamos de cuerpo entero a recorrer el país en 1961 para restablecer la
democracia y la libertad en nuestro país y es lo que disfrutamos en la
actualidad.
Miolán, no sabía que yo había pasado un mal
momento con mi detención y falsa acusación politiquera. Decidí visitarlo en
Santo Domingo, en ese momento vivía en el Ensanche Osama, me recibió con
gentileza y mucho cariño, yo había ido junto a mi amigo René, a quién yo había
convencido con anterioridad que viajáramos junto a Venezuela, porque él, al
igual que yo esperaba visa norteamericana, pero con residencia, y ese proceso se toma su tiempo y tiempo, era lo que no teníamos, al menos yo, René no
era político.
Cuando le conté mi odisea al profesor Miolán,
bajó la cabeza y de pronto…, me dijo-
Pichardito- cuente conmigo, lo de la
visa a Venezuela es un hecho, yo tengo muchos amigos en Venezuela, cuándo
quieres viajar, -añadió-. Respondí rápido, en cuanto antes mejor. Usted trajo
su pasaporte me preguntó, no compañero, está en mi casa, en Santiago, pues vaya a Santiago y traígalo
de una vez. Hice lo que me recomendó el compañero Miolán, pero yo no le hablé
de que tenía un amigo que deseaba viajar junto a mí, y en el camino, René me
dijo, Pichardo, pero tu no le hablaste al profesor de mí, y le dije es verdad,
pero no te preocupe, que yo le llamo y resuelvo, lo llamé al día siguiente, y
me dijo suban los dos con sus pasaportes en regla.
En 48 horas tramitó la Embajada venezolana
nuestras peticiones, el compañero le dijo que éramos perseguidos políticos y
que corríamos peligro. Cuando fuimos a recoger los pasaportes ya visados,
llamé al compañero y me mandó un
dinerito para el boleto de avión, no a mi amigo, él tuvo que comprarlo. A nuestra llegada a
Caracas, fuimos recibido en calidad de
amigos refugiados, nos hospedaron en el
Hotel Excelsior, en el exclusivo sector
de El Silencio, el gobierno de Acción Democrática, cubrió todos los
gastos, hasta no entregaban el dinero para la lavandería, puede decirse que
estuvimos a cuerpo de rey por un período de varios meses.@
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