Venezuela se divide y desaparece su democracia tradicional

Panorama Internacional

Por Luis Godofredo Pichardo

¿El chavismo bolivariano sería capaz de resucitar el comunismo ortodoxo en América Latina?

Simón Bolívar, nacionalista e independentista y
Hugo Chávez, militar- golpista y nacionalista
 seguidor de los ideales de Bolívar

  La experiencia y el tiempo transcurrido indican que no es posible que  el engendro  político que inventó Hugo Chávez Frías, cuando era presidente de Venezuela sustituya al comunismo como ideología política regional o universal.

  La ideología bolivariana que tuvo mucho impacto en su época y resonancia universal en el siglo XVIII, no pasaba de ser una doctrina castrense con la estrategia de un militar aguerrido, valiente y nacionalista.

  Simón Bolívar no se coronó de gloria por el éxito de sus contiendas que algunas se convirtieron en batallas de fracasos, sino por el amor a sus tierras y por la defensa de los campesinos que la poblaban. El nacionalismo de Simón Bolívar nunca se ha puesto entre duda, es decir, nunca hubo cuestionamientos históricos ni los habrá sobre los ideales del libertador de Sudamérica, su postura nacionalista y en defensa de los nativos estuvo por encima de todos los intereses mezquinos que tuvo que combatir.

 

Nicolás Maduro, presidente heredero de Chávez,
un fiasco político, Inepto, olvidadizo y sin capacidad de gobernar,
 por eso mantiene a Venezuela sumida en una gran crisis social

Pero hay una distancia  ideológica enorme entre  el pensamiento  político y democrático  de Simón Bolívar y el de  Hugo Chávez, los dos fueron militares, pero en distintas épocas y con distintas formaciones.

  Hay que recordar como fue que Bolívar se enroló a las campañas para combatir al colonialismo español, fue una decisión espontánea y una actitud verdaderamente nacionalista en defensa de su patria, pero no quebrantando los principios de institucionalidad, como lo hizo Chávez, que desde los cuarteles atentó contra el orden constitucional y democrático prevaleciente en Venezuela, el golpe militar que encabezó Chávez contra el presidente Carlos Andrés Pérez, lo descalifica para colocarse en la misma posición con la que combatió Bolívar a sus enemigos.

  Los españoles eran invasores y colonialistas, los segundos eran autoridades constituidas legalmente bajo la Constitución vigente en Venezuela. Es por ello que hay que diferenciar las figuras de ambos gobernantes, aunque  el fin que buscaran Bolívar y Chávez, en el fondo fuera el de instaurar un régimen diferente al prevaleciente en sus respectivas épocas.

 

Hugo Chávez, militar, golpista, gobernante populista
y seguidor ideológico del libertador Simón Bolívar

No puede negarse la inclinación de Chávez a la defensa de los intereses nacionales y a la preservación de la soberanía nacional venezolana, pero nunca podrá compararse con  la personalidad del libertador Bolívar, la personalidad de Chávez, fue diametralmente distinta, y aunque Chávez trató de presentar a Bolívar como una reencarnación suya, eso sólo existió en la mente díscola de un militar con agallas, visionario e idealista, pero al estilo Chávez, y no al estilo republicano-bolivariano.

   Chávez quiérase o no fue un militar golpista y cimentó su estilo de gobernabilidad en el militarismo, su doctrina castrense buscó aplicarla hasta que tuvo existencia y tuvo dominio y liderazgo militar

  La Revolución bolivariana que Chávez trató de inculcar en Suramérica, ayudando en el establecimiento de gobiernos en Ecuador, como el de Rafael Correa,  y el de Evo Morales, en Bolivia, no fue suficiente para germinar  una ideología nueva que desembocara en una teoría política Chavez-Bolivariana y que fuera capaz de capitanear una nueva corriente política que  sustituyera al comunismo ortodoxo al estilo soviético-cubano, ese comunismo expiró y  no hay manera de que vuelva a resucitar, al menos como lo conoció América Latina y el mundo.

  La teoría chavista-bolivariana murió junto a Chávez, y el futuro del gobierno de Venezuela, junto al heredero de Chávez, Nicolás Maduro, es totalmente incierto.

  La plataforma que dejó Chávez está  repleta de obstáculos y con muchas debilidades, los vaivenes del gobierno de Nicolás Maduro tendrán que conducirlo  directamente al fracaso. Como gobernante, Maduro es un fiasco, su discurso altisonante y díscolo le resta todo tipo de credibilidad, y ello queda demostrado en la preocupación que muestra la comunidad internacional, cuando se habla de estabilidad política en Venezuela.

  Aunque Nicolás Maduro cuenta con el respaldo de Rusia y un buen crédito de la China continental, no es menos cierto que el petróleo resulta insuficiente para cubrir los compromisos internacionales y financiar la pobreza creciente de los venezolanos.

  Con Estados Unidos en su contra, y con una balanza de pagos deficitaria, la crisis económica que se le viene encima lo va apabullar. Hablamos de una Venezuela dividida, en crisis profunda, pasando hambre por falta de alimentos, y con una inmigración creciente que desestabiliza la producción nacional, todo, o casi todo lo que se consume en Venezuela es importado desde el extranjero, y las divisas comienzan a escasear.

  El futuro para el pueblo venezolano no es nada halagador, y la proyección del gobierno es una apuesta al fracaso, hay crisis, hay caos, hay persecución política, hay división entre los venezolanos. Que Dios proteja a ese pueblo hermano que tanta ayuda provee a sus vecinos y asociados.@