La guerra fría terminó...pero dejó su secuela que perdura hasta este siglo XXI

Panorama Internacional

Por Luis Godofredo Pichardo/ del Servicio Panamericano de Noticias

¿Acaso terminó la Guerra Fría con la abolición del comunismo-soviético-europeo?

 

Los arquitectos de la reforma rusa:
Mijail Gorbachov a la izquierda autor de Perestroika en 1985
 y Vladimir Putin, promotor de un régimen
flexible que raya con la democracia 

Definitivamente no. Aunque en la práctica se  avanza en muchos terrenos, el liderazgo mundial se adelantó a proclamar la terminación de la guerra fría, cuando se derrumbó el muro de Berlín, en Alemania y se sustituyó el régimen soviético de un comunismo ortodoxo por una corriente política más flexible y sostenibles en tiempos de globalización mundial y en plena era de la informática en donde nada puede estar oculto ni vedado a la creciente comunidad cibernética mundial.

  El ideólogo ruso que puso fin a la guerra fría fue Mijail Gorvachov, quien fue nombrado secretario general del Partido Comunista Soviético el 11 de marzo de 1985.

  Inmediatamente después de su nombramiento planteó una reforma profunda en una sociedad que afrontaba una severa crisis política, económica y social. Por iniciativa de Gorvachov se inicia la Perestroika (reforma profunda del sistema comunista imperante en Rusia y en  los países satélites del Kremlin).

 Mijail Gorvachov fue nombrado secretario genera
del PCR  el 11 de marzo de 1985 y en el 86 inició la Perestroica,
o reforma político-social en Rusia

Gorvachov un ideólogo visionario de su época entendió de inmediato que la URSS no podían continuar bajo la presión de un régimen comunista-militar que centraba su interés primordial en los gastos militares y armamentos de guerra y descuidaba la producción nacional, hasta el punto que la agricultura se desplomó al nivel más bajo.

  Rusia tuvo importar trigo, soya, y toda clase de alimentos porque llegó un momento en que su agricultura se desplomó por completo y la población comenzó a pasar hambre y a demandar alimentos que había que adquirirlos en otros centros de producción  del mundo, como fueron Estados Unidos, Argentina y Brasil entre otros mercados  del mundo afectando sensiblemente la economía y elevando el gasto internacional en divisas dolarizadas.

  Esta importante decisión de Majail Gorvachov contribuyó al derrumbe del comunismo y a la terminación de la guerra fría, pero debe entenderse que esa guerra fría había sido creada por fricciones entre Washington y Moscú, y que se extendió por el mundo como un foco epidémico por la influencia de ambas potencias, tanto Rusia como Estados Unidos son las naciones dominantes desde hace más de una centuria.

  Porqué afirmamos que la guerra fría aún no concluye, pues porque hemos visto a través de los últimos tiempos como Vladimir Putin, el presidente de  Rusia tiene en sus manos un poder ilimitado que juega con él de acuerdo a como se mueva el ajedrez de la política internacional.

  La posición del presidente Putin a favor del presidente sirio, y su área de influencia en el resto del Medio Oriente le sitúa en la cima del poder político internacional. Vladimir Putin ha sido uno de los protagonistas principales de la crisis que creó el gobierno de Irán con sus armamentos nucleares, que aunque son reiterativos en el uso  con  fines pacíficos nadie se lo cree.

 

Desde este emblemático palacio en Moscú
 dirige Putin la política de esa gran nación.
El Kremlin es simbólica como la Casa Blanca en Washington

Putin está muy pendiente de lo que ocurre en Corea del Norte, en la disputa China-Japón y en lo que ocurre en América Latina, sobre todo en la inversión armamentista venezolana donde ha otorgado créditos astronómicos a esa nación suramericana.

  Pero el asunto no es sólo responsabilidad de Rusia, o de su presidente. También tenemos que enfocarnos profundamente en la política exterior estadounidense, algunos estrategas militares norteamericanos piensan que estamos en la época de Trutman, que con su famosa política del “garrote” apabullaba a todas las naciones que no se sometieran a las directrices de la Casa Blanca y de las imposiciones del Senado norteamericano.

  Todavía en pleno siglo XXI la mentalidad de los militares y estrategas de guerra estadounidenses  sigue siendo la política del garrote y su fortaleza principal descansa en la creencia de que Estados Unidos es el policía del universo.

  El mundo de hoy demanda de  las grandes potencias ponerse de acuerdo en todas las desavenencias que surjan y resolver los conflictos regionales y de vecindad  antes que se conviertan en conflictos bélicos y sociales que dañen la convivencia pacífica a la que aspira la humanidad.

  Aunque estamos convencidos de que aún quedan problemas de la guerra fría, como son el espionaje internacional no autorizado y rechazado por la mayoría, y que el mismo Vladimir Putin dijo recientemente,  que era una necesidad de Estado, y que Estados Unidos utiliza para evitar la presencia de terroristas en su territorio, lo deseable sería que se pudiera evitar incursionar en la vida privada de los ciudadanos y respetar los derechos fundamentales del ciudadano en todo el planeta.@