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lunes, 6 de enero de 2014

Globalización desplaza viejas teorías entre ellas el comunismo ortodoxo


 Panorama Internacional
Por Luis Godofredo Pichardo/ Editor del Servicio Panamericano de Noticias
¿Hasta donde es cierto que la globalización desterró al comunismo internacional?
  Redacción Central de ( PNS)._ Como en todas las grandes transiciones, primero se ve el efecto visual del usuario-consumidor y luego las consecuencias reales del cambio que se busca introducir.
 
El mundo de hoy está simbolizado por este globo terrestre.
La globalización es la aplicación del capitalismo
 como única forma de crear riqueza y
enriquecer a los ricos aún más y más
 La Globalización no sólo desterró el comunismo como ideología, sino que lo hizo también  como sistema político de gobernabilidad. La humanidad nunca esperó que se produjeran cambios tan drásticos y fundamentales como los que se registran en la globalización mundial.
  En el pasado,  las grandes potencias imperiales luchaban unas contra las otras por mantener su propia hegemonía. Ahora la lucha encarnizada es por el aumento del capital de inversión que crean  las monstruosas multinacionales, que quitan y ponen gobiernos a su antojo.
  Hoy no hablamos del sistema político ruso, sino de la capacidad de crear riquezas, lo que Rusia criticó por más de 70 años hoy lo abraza como su tabla de salvación. El capitalismo puro y simple, la economía soviética de actualidad es tan occidental como las demás aunque quizá con algunos rasgos de diferencia, y es que Moscú trata de profundizar en la tecnología de punta para no rezagarse con relación a sus vecinos fronterizos. Toda Europa busca insertarse dentro del manto protector del capitalismo.
  Eso es la globalización, un capitalismo que funciona sin complicaciones, el que quiere lo rechaza y se queda en el anonimato y en la pobreza y el que  asume la economía globalizada y cuenta con las herramientas de producción que exigen los nuevos tiempos, ese puede hablar de progreso, de estándares de vida confortables y de poseer sistemas políticos de gobernabilidad acorde con la globalización.
  El comunismo queda en el pasado, es como un barco de guerra de la segunda guerra mundial, que en su momento rindió un gran servicio a la patria a la que servía, pero hoy es una chatarra, nadie la quiere a menos que no sea para reciclarla, pues eso significa el comunismo que prevalece en el mundo, naciones como China continental que cuenta con 1.400 millones de habitantes fue asumiendo poco a poco el sistema capitalista y en poco más de diez años ha sorprendido a la humanidad, dinamizando su economía con la que amenaza en convertirse en el líder mundial de la producción de riqueza.
  Y no se trata de un cuento ni de un chiste, es que los chinos de hoy viven y quieren seguir viviendo como en las mejores economías del mundo, con carros de lujo, viviendas confortables y alimentación de primera.
 
Esta caricatura lo dice todo en pocas palabras
China rivaliza con Estados Unidos en exportación e importación y va ganando mercados y terreno en los continentes más pobres, y desplazando a los exportadores norteamericanos.
  La marca china de producción usted la encuentra en todas partes y hay mercancía de primera y cara, y de segunda que compite con el mercado más empobrecido o exigente.
  Japón, Taiwán, Corea del Sur, la India, Pakistán, Filipinas, Indonesia, y otras naciones asiáticas siguen los mismo pasos de China y algunas las directrices de Pekín y a ello se debe la  evolución  de su económica rápida y con un crecimiento sostenido.
  Pero en el bloque asiático hay que poner a Japón como pionero del progreso del siglo XXI, antes de que China diera el paso hacia un modelo capitalista, que los chinos dicen no es occidental, al menos al estilo estadounidense, pero al estilo asiático,  como ellos lo avizoran, pero que en la práctica le ha dado tan buenos  resultados.
  El modelo económico chino es el réquiem del comunismo ortodoxo en todo el mundo. América Latina batalla por insertarse en el modelo chino y avanza, economía como la del Brasil, Argentina, Chile y México entre otras han logrado una cobertura especial y abundante en sus exportaciones de bienes de consumo hacia el mercado chino y la respuesta ha sido contundente,  una mejoría consistente  de sus respectivas economías.@
   La Globalización no sólo desterró el comunismo como ideología, sino que lo hizo también  como sistema político de gobernabilidad. La humanidad nunca esperó que se produjeran cambios tan drásticos y fundamentales como los que se registran en la globalización mundial.
  En el pasado,  las grandes potencias imperiales luchaban unas contra las otras por mantener su propia hegemonía. Ahora la lucha encarnizada es por el aumento del capital de inversión que crean  las monstruosas multinacionales, que quitan y ponen gobiernos a su antojo.
  Hoy no hablamos del sistema político ruso, sino de la capacidad de crear riquezas, lo que Rusia criticó por más de 70 años hoy lo abraza como su tabla de salvación. El capitalismo puro y simple, la economía soviética de actualidad es tan occidental como las demás aunque quizá con algunos rasgos de diferencia, y es que Moscú trata de profundizar en la tecnología de punta para no rezagarse con relación a sus vecinos fronterizos. Toda Europa busca insertarse dentro del manto protector del capitalismo.
  Eso es la globalización, un capitalismo que funciona sin complicaciones, el que quiere lo rechaza y se queda en el anonimato y en la pobreza y el que  asume la economía globalizada y cuenta con las herramientas de producción que exigen los nuevos tiempos, ese puede hablar de progreso, de estándares de vida confortables y de poseer sistemas políticos de gobernabilidad acorde con la globalización.
  El comunismo queda en el pasado, es como un barco de guerra de la segunda guerra mundial, que en su momento rindió un gran servicio a la patria a la que servía, pero hoy es una chatarra, nadie la quiere a menos que no sea para reciclarla, pues eso significa el comunismo que prevalece en el mundo, naciones como China continental que cuenta con 1.400 millones de habitantes fue asumiendo poco a poco el sistema capitalista y en poco más de diez años ha sorprendido a la humanidad, dinamizando su economía con la que amenaza en convertirse en el líder mundial de la producción de riqueza.
  Y no se trata de un cuento ni de un chiste, es que los chinos de hoy viven y quieren seguir viviendo como en las mejores economías del mundo, con carros de lujo, viviendas confortables y alimentación de primera.
  China rivaliza con Estados Unidos en exportación e importación y va ganando mercados y terreno en los continentes más pobres, y desplazando a los exportadores norteamericanos.
  La marca china de producción usted la encuentra en todas partes y hay mercancía de primera y cara, y de segunda que compite con el mercado más empobrecido o exigente.
 
Así está el mundo productivo de la actualidad
en manos de los poderosos. Los pobres sigue
rabajando para los ricos. Las teorías políticas
han sido desplazadas por el capitalismo
Japón, Taiwán, Corea del Sur, la India, Pakistán, Filipinas, Indonesia, y otras naciones asiáticas siguen los mismo pasos de China y algunas las directrices de Pekín y a ello se debe la  evolución  de su económica rápida y con un crecimiento sostenido.
  Pero en el bloque asiático hay que poner a Japón como pionero del progreso del siglo XXI, antes de que China diera el paso hacia un modelo capitalista, que los chinos dicen no es occidental, al menos al estilo estadounidense, pero al estilo asiático,  como ellos lo avizoran, pero que en la práctica le ha dado tan buenos  resultados.
  El modelo económico chino es el réquiem del comunismo ortodoxo en todo el mundo. América Latina batalla por insertarse en el modelo chino y avanza, economía como la del Brasil, Argentina, Chile y México entre otras han logrado una cobertura especial y abundante en sus exportaciones de bienes de consumo hacia el mercado chino y la respuesta ha sido contundente,  una mejoría consistente  de sus respectivas economías.@


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