Actualidad
dominicana
Reporte del Servicio
Panamericano de Noticias
Nueva
tendencia del PRD busca un liderazgo nuevo
La formación de un nuevo grupo dentro
del Partido Revolucionario Dominicano (
PRD) es la consecuencia de la lucha grupal entre las facciones que dirigen Miguel Vargas
Maldonado y el ex presidente Hipólito Mejía. Ambos se han descalificado para
dirigir al partido blanco.
El PRD es un partido político de raíces
controversiales y su liderazgo se ha dividido en diferentes ocasiones y distintas
épocas. Desde su fundación en 1939, en La Habana, Cuba, hubo disidencia y
caudillismo patriarcal.
Con su estilo chabacano cabó su propia tumba política |
Pero los tiempos han cambiado, en esas etapas
de lucha interna y a veces fraternas, entre los liderazgos de Juan Bosch, José
Francisco Peña Gómez y Ángel Miolán, entre otros, las diferencias se resolvían
a lo interno del PRD, pero en el siglo XXI, los trapos se lavan en cualquier
batea y las desavenencias se debaten a través de los medios de comunicación.
El PRD cuenta con una pléyade de hombres y
mujeres consagradas a su causa, solidarias con los principios estatutarios del
partido y demócratas de pura sepa.
La componenda política arruinó planes del PRD |
El problema lo plantea la brecha
generacional. Los jóvenes que emergen y se enrolan al PRD no quieren depender
de un liderazgo natimuerto, de unas ideas caducas y de un sistema unipersonal o
vitalicio. Viéndolo así, ya no es posible pensar en que un truculento Miguel
Vargas, un hombre de negocio exitoso, pero sin carisma de un político que pueda emerger como líder mayoritario de
un partido como el PRD, con ideas, prácticas y trayectorias democráticas. Vargas
ha demostrado que es un neófito en política y que no goza de popularidad, en
una palabra, no es un prospecto atractivo para un proyecto
político presidencial.
Hipólito Mejía, de quien hemos escrito muchas
cuartillas y a quién lo hemos valorado como un político chabacano, pero
populista, truculento también en sus ideas cavernarias, y más se acera y proyecta como un político de
mentalidad trujillista y dictatorial, que como un gobernante democrático.
En su gobierno del 2000 al 2004 tuvo luces y
sombras, más sombras que luces, fue un sustentador de de la corrupción del
Estado, aunque no ha podido comprobarse
que enajenara bienes públicos para su propio provecho. Aunque a simple vista se
pudo ver como prosperaron sus negocios y sus amigos y colaboradores.
En definitiva el ex presidente debe ser
descartado como una opción para encabezar un liderazgo renovado con hombres y
mujeres de la presente generación que ayuden a transformar al partido del buey
que más hala en una opción de gobierno segura y confiable, que inspire
confianza en la mayoría de los dominicanos.
Abinader es mejor andar solo que mal acompañado |
La falla estructural y falta de liderazgo de
Hipólito es la misma que presenta Miguel Vargas, con la diferencia que este
último no tiene experiencia en el manejo de la administración pública y es un
burócrata acostumbrado al derroche y al manejo fácil del dinero.
La iniciativa de crear un grupo alterno y que
se proyecta rumbo a la mayoría perredeísta es un acierto de sus gestores, pues
si no surge una fórmula rápida, eficiente y convincente, el PRD desaparecería
del escenario político dominicano.
Ojalá que el nuevo grupo perredeísta estimule
y organice un referendo a nivel nacional que permita celebrar una convención
para elegir una figura nueva dentro del PRD, si se cometiera el error de elegir
a Vargas o a Mejía como presidente de la organización se estaría cavando la
fosa para enterrar la esperanza de tantos dominicanos que desean que el PRD
vuelva al poder y que se convierta en una sólida institución opositora al
gobierno de turno.@
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