Panorama
Internacional
Columna escrita por Luis
Godofredo Pichardo/PNS Noticias.Com
Contribuciones
de dos mil millones de dólares empujan candidatos EE.UU.
La campaña electoral toca a
su fin en Estados Unidos y el 6 de noviembre los estadounidenses habrán elegido
a un nuevo presidente. Los dos partidos tradicionales se disputan el voto a
nivel nacional, pero serán los colegios electorales los que definan cual de los
dos aspirantes es el nuevo gobernante.
Momento crucial: Empate técnico |
Una contienda muy reñida, entre la derecha
conservadora y el liberalismo moderado.
Barack Obama que representa el sector neoliberal del Partido Demócrata,
y Mitt Romney que encarna la ultraderecha desfasada del Partido Republicano. Es
una contienda que luce empatada técnicamente y que algunas encuestas otorgan un
3% a favor del ex gobernador de Massachussets.
Durante toda la campaña y en especial en el
2012 Obama se mantuvo al frente en los sondeos de opinión, pero los titubeos de
la economía y la carencia de empleos han hecho descender la popularidad del
presidente demócrata que busca un segundo período con su reelección.
Pero el entusiasmo de los electores
norteamericanos es asombroso y aún con la profunda crisis que enfrenta la
administración, el comité de fondos de campaña del presidente ha recibido algo más de 1.000 millones de
dólares de donaciones. Romney por su parte ya ha recibido de sus parciales 995
millones de dólares para financiar la publicidad y los gastos propios de la
campaña.
Aunque todavía faltan nueve días para los
comicios, y los candidatos siguen tras los votos indecisos, la percepción de la
opinión pública es que habrá reelección y Obama seguirá por cuatro años más.
La primera dama estadounidense ha estado
haciendo campaña en los estados indecisos y más reacios al presidente Obama y
la estrategia de los planificadores y directores de la campaña demócrata parece
que están dando buenos resultados. Las encuestadoras favorecen la opinión de
que Michell, la esposa del presidente es más atractiva a los electores que su
marido y más creíble en la confirmación
de las promesas del presidente.
De toda forma, la campaña de Obama está en un momento crucial
y los estrategas de la misma lo saben y el propio presidente también, pero las
apuestas siguen a favor del triunfo demócrata, aunque el equipo presidencial se
vea obligado a trabajar horas extras.
Las empresas de opinión pública tienen la
razón, cuando reconocen el carisma,
atractivo y el encanto político de la primera dama, un ser humano sencillo
que se percibe como tal y que inspira
confianza y credibilidad.
La Casa Blanca nunca antes había tenido un huésped
como Miclell Obama, una madre cariñosa y ejemplar, sencilla y con un corazón de
entrega familiar, tal como la ha descrito el presidente, la compañera ejemplar,
la esposa maravillosa e ideal, y la madre abnegada que sabe compartir el tiempo
entre la familia, la sociedad y la política.
El crítico
voto hispano decidirá entre demócratas y republicanos
El voto latino, hispano o hispanoparlante es
crítico desde todos los puntos de vista, en cuanto a que no le asegura una
cantidad real a ningún candidato. El elector hispano es huraño y desconfiado. Son tantas y tantas
las promesas que se les han hecho que no cree en los candidatos a puestos
electivos, no sólo a la presidencia, sino también a las alcaldías municipales y
a las asambleas legislativas.
Muchos políticos estadounidenses creen
erróneamente que el latino no vota porque es asesorado por los gobiernos de
Latinoamérica y El Caribe, y esa visión es falsa, lo que ocurre es, que en
América Latina y El Caribe, la política se ha convertido en un ejercicio
gansteril, un sistema corrompido y utilizado para abusar del poder en contra de los ciudadanos electores.
Por otro lado. el hispano habilitado para ejercer el voto en
territorio norteamericano amparado en su certificación ciudadana, es un elector
frustrado por el tiempo de su indocumentación, durante el período en que era un
inmigrante con visado de turista, tenía que trabajar y trabajó, pero sabía que
estaba cometiendo una infracción, luego de muchas peripecias logra convertirse
en residente legal, pero aún se le discrimina en muchas formas y sentidos,
hasta que al final logra el sueño dorado la ciudadanía, que es el que
finalmente lo habilita para el voto.
Pero ese nuevo estatus no le arranca lo que
tiene de timorato, ni de frustración acumulada y en el momento de ejercer el
derecho al voto no se encuentra seguro de ir a las urnas, los políticos
norteamericanos todavía no sacan tiempo para reeducar al votante latino.
Se habla de 12 a 15 millones de hispanos que debieran sufragar, ya
que la comunidad a nivel nacional cuenta con 52 millones de personas, pero cada
vez que se cuentan los votos la sorpresa es mayor, Una abstención inexplicable,
pero entendible, desde el punto de vista
del marketing político.@
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