Jueves, 7 de mayo de 2020
La crisis que está ocasionando la
pandemia de este siglo ventiuno, denominada coronavirus o covid-19. Y que
posiblemente comenzó en la ciudad china de Wuhan, en la provincia de Hubei,
entre septiembre y octubre del 2019 y no como difundió el gobierno chino,
que había comenzado tres o cuatro meses después, es decir, a principios del
2020.
Un grupo de estudiantes franceses
dijeron a las autoridades galas que visitaron a Whuhan-China en septiembre 2019
y que allí enfermaron y comenzaron a sentir los síntomas del virus covid 19.
Estados Unidos y Europa están
reclamando a China dos cosas fundamentales de la presente crisis pandémica
mundial, la primera, que sabiendo los chinos que tenían ese virus
mortal, no lo informaron a tiempo para evitar una rápida expansión del
contagio como ocurrió poco tiempo después. Virus que cuenta con un
inventario de 3.7 millones de infectados y más de 270 mil personas fallecidas
Washington a través del presidente
Donald Trump, del Pentágono y los Servicios de Inteligencia de Estados Unidos,
alegan y quizás con razón, que el virus se escapó de un laboratorio de
Whuhan, pero investigaciones independientes, agregan otros detalles, y
plantean que pudo haber escapado de un laboratorio o un
mercado popular en Whuhan, ya que el animal que se cree introdujo el
virus en los humanos, es un oso muy conocido y popular de los denominados
" hormigueros", porque vive trepados en los arbustos en busca de
alimentos, y que aparentemente los chinos lo consumen como carne exquisita
Estados Unidos afirma que Beiging
retuvo la información, para pertrecharse de los insumos necesarios para
combatir el virus mortal. Parece que en esta información estadounidense hay
algunas pizcas de credibilidad, porque China, después de controlar el
foco inicial en su territorio, está invadiendo de insumos al resto de la
humanidad.
La Unión Europea que había mantenido
cierto silencio en relación al tema, ahora le reclama a Beiging, lo que
antes le reclamó el presidente Trump.
Detener la información en China sobre
la peligrosidad del virus, ha tenido un costo increíble en las pérdidas
humanas para todo ser viviente en las centenares de naciones que han sido y
siguen siendo golpeadas por el contagio y las muertes que ocasiona el
covid-19, si diéramos como buena y válida la versión estadounidense, no
debía ser covid-19, sino 20...
Pero hay algo más interesante.
La pandemia ha puesto en evidencia que no es tan fuerte y poderoso el
capitalismo, tampoco el comunismo asiático, antes los embates de una tremenda
recesión económica o una hambruna, que pronostican los expertos y los
organismos económicos internacionales, por falta de empleos a los
trabajadores en su ciclo de mayor producción.
La Organización Mundial del Trabajo
( OIT) con sede en Ginebra, alerta de centenares de millones de
trabajadores que pueden perder su trabajo, y no volver a
recuperarlo.
Todo lo expuesto, nos alelanta que
tendremos que enfrentar una crisis sin precedentes, en lo que tiene que ver con
la riqueza, la pobreza y las clases sociales. Ya comenzó a resurgir en el mundo
entero, la cultura del pedigüeño, y en materia de pedir y simular hambre,
la clase pobre no tiene competencia.
Los dominicanos lo estamos viviendo en
adelanto. La cuarentena y el aislamiento personal comenzó hace menos de ocho
semanas, y el Gobierno dominicano y sus instituciones iniciaron un plan
de ayuda alimentaria y del complemento del 50% del salario que ganan los
trabajadores despedidos o suspendidos, pero en la medida que se alarga la
cuarentena, el toque de queda, y el cierre comercial y de la producción
alimenticia, día a día. Surgen grupos, sindicatos, asociaciones y todo el que
tiene boca para pedir está solicitando ayuda del Estado.
El pedigüeño tradicional no se toma
vacaciones, porque entre más, pide, y más le dan y le favorecen,
más se esfuerza, porque le sigan otorgando beneficios, aún sin
necesitarlo, pero si deja de hacerlo, cree que ha perdido una batalla que
estaba a su favor. ( pnsnoticias@gmail.com).
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