Ámbitos 5, Sevilla, 2º semestre de 2000
Los géneros periodísticos informativos en la actualidad internacional
Dra. Pastora Moreno Espinosa ©
Profesora Titular de Redacción Periodística
Universidad de Sevilla
RESUMEN
En la presente investigación haremos un estudio
somero de los géneros periodísticos informativos para, con
posterioridad, analizar la presencia de dichos géneros en las secciones o
los temas internacionales de los periódicos: El País, ABC, El Mundo y
La Vanguardia.
ABSTRACT
This article is a shallow study of the journalistic
goods and analyses the presence of this goods in the sections or the
international topics of the newspapers: El País, ABC, El Mundo, La
Vanguardia.
Palabras claves: Prensa/Redacción periodística/Líneas editoriales.
Key Words: Press/Writting/Editorial Lines.
El periodismo, como método de interpretación de la
realidad social, se sirve de géneros periodísticos que cumplen
diferentes funciones para responder a las necesidades sociales. Dentro
de las necesidades informativas de los receptores de un medio, la
función de la noticia puede distinguirse perfectamente de la del
reportaje, la crónica o de la de todos los géneros de opinión.
En la presente investigación haremos un estudio
somero de los géneros periodísticos informativos para, con
posterioridad, analizar la presencia de dichos géneros en las secciones o
los temas internacionales de los periódicos: El País, ABC, El Mundo y
La Vanguardia.
Según Martínez Albertos, «podrían definirse los
géneros periodísticos como las diferentes modalidades de la creación
literaria destinadas a ser divulgadas a través de cualquier medio de
difusión colectiva». (1) Y se refiere al periodista como un operador
semántico, o dicho de otro modo: la interpretación periodística de la
realidad se expresa a través de una gama de modos y convenciones, que
son los géneros periodísticos. Los códigos de la comunicación
periodística, añade, se plasman así en unos estilos y géneros propios de
un lenguaje que se diferencia claramente de otros tipos de lenguajes
(el literario, el administrativo, etc.).
Además de esto, los géneros periodísticos son géneros
que reflejan el acontecer de un suceso y su interpretación, es decir,
la información correspondiente y su comentario o valoración por el
periodista. Para Javier del Rey «los géneros periodísticos serían como
una red que el colectivo profesional de los periodistas lanza sobre eso
que llamamos «el mundo», para racionalizarlo y explicarlo, y la teoría
y sus categorías -la de que existen los géneros periodísticos, y la de
que son estos, y no cualesquiera otros-, expresarían ese esfuerzo para
conseguir que la malla sea cada vez más fina» . (2)
La distinción entre los diferentes tipos de géneros
es una convención social. Javier del Rey afirma que la realidad no nos
ofrece un editorial, una noticia, una crónica o un reportaje. La
realidad es más modesta y se limita a estar ahí. Lo demás -la noticia,
el reportaje, el editorial y la crónica- lo pone el medio para recoger
la complejidad de lo que acontece y exponerlo a los receptores. Los
géneros periodísticos producen orden y concierto en el material
informativo, y avalan la legalidad de la comunicación. (3)
Los géneros periodísticos son el resultado de una
lenta evolución histórica ligada a la evolución del mismo concepto de lo
que se entiende por periodismo. A lo largo de la historia del
periodismo cada uno de los géneros no ha tenido la importancia que en la
actualidad nosotros le damos. La aparición histórica de los géneros
periodísticos está estrechamente relacionada con las distintas etapas
del periodismo en cuanto hecho cultural. Según el profesor Angel Benito,
«en líneas generales puede afirmarse que el periodismo posterior a
1850 supone una serie de conquistas de primera magnitud: la conquista de
todas las capas de la sociedad, de casi todos los países de la tierra y
de todos los temas (...). El periodismo de este siglo largo -1850-1973-
puede dividirse en tres etapas bien definidas. Periodismo ideológico,
periodismo informativo y periodismo de explicación. Esta clasificación,
que responde a los últimos estudios de prensa comparada realizados en el
mundo, se funda en la consideración de los fines que en cada uno de
estos tres períodos se han propuesto los profesionales de la
información». (4)
Por tanto, Angel Benito distingue en el periodismo a partir de 1850 tres etapas bien definidas:
A. El periodismo ideológico llega hasta el fin de la
primera guerra mundial. Se caracteriza por ser un periodismo al servicio
de ideas políticas y religiosas. Es un tipo de prensa con muy pocas
informaciones y muchos comentarios, realizada sobre todo por literatos.
En ella impera la opinión sobre la información y tienen importancia el
artículo, el comentario y el ensayo.
B. El periodismo informativo aparece hacia 1870 y
coexiste durante cierto tiempo con el periodismo ideológico. Se centra
más en la narración o relato de los hechos que en las ideas, como la
etapa anterior. Tienen más importancia los géneros informativos: la
noticia, la crónica y el reportaje.
C. El periodismo de explicación aparece después de la
segunda guerra mundial. Supone un reciclaje de las dos etapas
anteriores, motivado, sobre todo, por la aparición de la radio y la
televisión y las consecuencias sociales que de ello se derivan. El
periodismo de explicación aborda los hechos en profundidad y utiliza
equilibradamente los géneros básicos, (relato y comentario), situándolos
en una nueva perspectiva mediante la cual el lector encuentra los
juicios de valor al lado de la narración de los hechos de forma
inmediata. Pretende, por tanto, informar y crear opinión a la vez.
Por consiguiente, de acuerdo con su forma discursiva, los géneros periodísticos pueden clasificarse en dos grupos:
1. Los que dan a conocer hechos, que utilizan la forma expositiva, descriptiva y narrativa.
2. Los que dan a conocer ideas, que usan fundamentalmente la forma argumentativa.
Esteban Morán Torres (5) sostiene en su libro
"Géneros del periodismo de opinión" que el género interpretativo tiene
como elemento principal las ideas. En el periodismo de opinión, el
objetivo prioritario se centra en la implantación y mantenimiento de
unos determinados principios.
La información en prensa ha quedado en las últimas
décadas desbordada por la instantaneidad que ofrecen los medios que
aportan rapidez de transmisión. Si el éxito de la comunicación se basara
exclusivamente en la rapidez de la transmisión de noticias, la prensa
sería ya del pasado. Pero los periódicos ofrecen una serie de ventajas
de importancia sobre los medios audiovisuales, como la interpretación de
los hechos y la explicación de las causas, antecedentes y consecuencias
que puedan derivarse.
Morán Torres, asimismo, piensa que en el periodismo
podemos encontrar dos vertientes principales: la interpretación
(opinión) y la información. Y aunque es necesario realizar un gran
esfuerzo para conseguir la máxima simplificación a la hora de clasificar
los géneros periodísticos, este autor distingue cuatro géneros
informativos y cuatro de opinión:
- Informativos: noticia, entrevista, crónica y reportaje.
- De opinión: artículo editorial, comentario, columna y crítica periodística.
Y reconoce que se trata de un ordenamiento
discutible, pero que elimina una serie de ambigüedades y complicaciones
que caracterizaban a los cuadros de géneros periodísticos que se han
aplicado en determinadas obras de consulta.
Juan Gutiérrez Palacio mantiene en su obra "El
comentario periodístico: los géneros persuasivo" (6) que los géneros
periodísticos son modos convencionales de captar y traducir la realidad.
Las reglas por las que se rigen son bastante flexibles y admiten muchas
variedades. Para él, lo fundamental es que cada uno cumple una función
distinta y cubre un sector del amplio arco que va desde la noticia hasta
el editorial. Destaca cuatro géneros periodísticos: información,
reportaje, crónica y artículo o comentario, cada uno con su propia
técnica de trabajo.
Por tanto, el número de géneros en cuestión depende
de los diferentes autores. Nosotros distinguimos: la noticia, la
entrevista, la crónica y el reportaje, entre los géneros informativos y
el editorial, el artículo, la columna y la crítica, entre los de
opinión. Reseñaremos, a continuación, exclusivamente los géneros
periodísticos informativos para aplicarlos a la actualidad
internacional.
GENEROS INFORMATIVOS. ASPECTOS TEORICOS.
1. La noticia
Es noticia todo aquello que ocurrió o que va a ocurrir y que, a juicio del periodista, tendrá gran repercusión social.
Según Mar Fontcuberta (7), etimológicamente noticia
procede de la palabra nova que significa cosas nuevas. Su propósito
consiste en informar de un acontecimiento noticioso oportunamente,
aunque Carl Warren (8) considera que noticia puede ser aquello que le
interesa publicar al director de una redacción.
Uno de los autores más clásicos del periodismo, Emil
Dovifat, afirma que la noticia constituye una «comunicación sobre los
hechos surgidos en la lucha por la existencia del individuo y de la
sociedad» y considera que deberá ser:
«1. De utilidad y valor para el receptor.
2. Nueva, es decir, recién transmitida.
3. Ser comunicada a través de un tercero y, por
consiguiente, expuesta a la influencia subjetiva de éste. Esta
influencia, que abarca desde el error inconsciente hasta la orientación
consciente de la misma, está destinada a provocar en el receptor una
determinada decisión». (9)
Martínez Albertos define la noticia como «un hecho
verdadero, inédito o actual, de interés general, que se comunica a un
público que pueda considerarse masivo, una vez que haya sido recogido,
interpretado y valorado por los sujetos promotores que controlan el
medio utilizado para la difusión". (10)
Para investigar una noticia el periodista tiene en
cuenta varias preguntas: ¿Qué?, ¿Quién?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?,
¿Por qué? y al responder a ellas se obtiene información completa. La
respuesta al qué se refiere al suceso, al acontecimiento que se
considera de interés como para comunicarlo. El quién completa la
información aclarando la persona que es el sujeto de la acción. También
las demás preguntas precisan detalles en relación con el suceso y
completan la noticia.
La estructura de la noticia depende, en general, del
espacio y del tiempo disponible al que deberá ajustarse el periodista.
Así con relación al espacio y el tiempo la forma más común de la
información es de pirámide invertida.
En la entrada, las primeras líneas, se escriben los
detalles más importantes de la información de manera que con sólo leer
esta parte, el lector se entera genéricamente de lo que sucede.
Posteriormente se desarrolla el suceso, para dar paso a todos los datos
secundarios que en un momento dado pueden llegar a suprimirse sin que
pierda sentido el contenido de la noticia.
2. La entrevista
La entrevista es el
género mediante el cual un profesional de la información, el periodista,
entra en contacto con un personaje público, el entrevistado, del que se
presupone interés periodístico, bien por sus declaraciones, por su
cargo o por su propia personalidad.
Por consiguiente, la entrevista tiene como propósito
dar a conocer mediante la reproducción de la imagen, una situación, un
hecho, etc.
No obstante, hay que tener en cuenta que existe una
pluralidad de intereses reales que se parapetan tras el acto concreto de
conversar, sin que ello implique minimizar el interés de todo texto
periodístico: conectar con el público lector. Y es que la entrevista es
algo más que una simple conversación que agota todos sus objetivos en el
propio placer de la interlocución y posee una finalidad concreta que
trasciende la efímera satisfacción del momento conversacional.
Ahora bien, nunca se debe tomar esta diferenciación
en sentido estricto, porque siempre es posible encontrar excepciones que
vienen a confirmar esa regla. Entre esas excepciones se encuentran los
entrevistadores que, desenfadadamente, aprovechan una conversación
casual con un personaje popular para esbozar su entrevista periodística.
Desde otro ángulo, hay que entender la entrevista
como un sistema de comunicación en el que el entrevistador haría las
veces de emisor, el público-lector se constituiría en el receptor, y el
medio que acogiera la publicación haría las funciones de canal. En este
sistema, la entrevista periodística no sería otra cosa distinta a un
metalenguaje que diese cuenta del auténtico mensaje de ese sistema.
Por tanto, por entrevista no hay que entender sólo el
momento conversacional entre dos interlocutores, previamente puestos en
contacto, sino el texto final que el periodista redactará con
posterioridad a ese encuentro, porque, aunque su finalidad primaria es
describir, también se apoya en el relato para dar mayor interés al
mensaje o puede ceñirse al esquema de preguntas y respuestas. A veces
una forma puede servir de eje central y la otra a modo de refuerzo; la
elección depende en este caso del periodista, más que del propio género.
Así, la entrevista puede escribirse siguiendo un orden cronológico y
respetando la estructura básica de preguntas y respuestas y también se
puede redactar en forma de relato, en cuyo caso no se sigue el orden de
preguntas y respuestas tal como fueron hechas, y tampoco se incluyen en
el texto.
Montserrat Quesada distingue entre entrevista
informativa y entrevista de creación. Según ella, «la entrevista
informativa es la que centra toda su atención y remite todo su interés a
las declaraciones de determinados personajes públicos, pues son éstas
las que aportan el indispensable ítem de actualidad y justifican la
oportunidad de su publicación». (11) Por el contrario, la entrevista de
creación es aquella otra en la que «intervienen muy esencialmente las
dotes personales de quien la realice: observación, ambiente, creación y
recreación, mundo de resonancias y de sugestiones, más prosa propia que
ajena, dirección, en fin, de orquesta» . (12)
Según Siegfried Mandel, en lo que concierne a su
estructura puede ser variable, pero la forma más frecuente es aquella
que se inicia con «una cita indirecta, una aseveración interpretativa,
un resumen o, a veces, una cita directa. Al principio de la nota, por lo
común en el primer párrafo o en el segundo, se identifica al
entrevistado, se demuestra su capacidad o autoridad en el tema de la
entrevista y se aclara la ocasión e importancia de la misma. El cuerpo
de la entrevista es una combinación de citas directas e indirectas,
diseminadas con frases o párrafos explicativos de transición». (13)
Otra técnica para la redacción de entrevistas es
transcribir las preguntas y respuestas en el orden que se llevaron a
cabo, o bien escoger la opinión que se considere más importante, empezar
con ella y luego seguir el orden de preguntas y respuestas. En
cualquier caso, la estructura de la entrevista consta de tres partes
fundamentales:
1. La presentación o entrada.
2. El desarrollo, con las preguntas y respuestas o el relato.
3. El cierre, que puede ser un comentario, la última respuesta o el final del relato.
3. La crónica
El género de la crónica
procede de la literatura más clásica, la de los escritores griegos y
romanos que con este vocablo designaban las narraciones de aquellos
hechos bélicos que eran contados por sus propios protagonistas o
testigos siguiendo un orden temporal. Y es que el tiempo es la primera
dimensión que encierra el concepto de crónica, cuya expresión formal
procede del término griego cronos, que significa tiempo.
Hasta el nacimiento del Periodismo tal y como hoy lo
entendemos, crónica era propiedad exclusiva del mundo de la literatura y
de la historia. En ellos se manifestaba como un relato rico en recursos
expresivos y valoraciones personales cuyo resultado último se hallaba
en muchos casos más cercano al mundo de la ficción que al de la
realidad.
La entrada de la crónica en el quehacer periodístico
es un hecho que sólo tiene lugar en los países latinos. Los periodistas
que adoptan el modelo de la crónica se ven obligados a realizar sobre
ella una serie de modificaciones, a fin de reconducir el género hacia el
terreno de la información de actualidad sin renunciar a su carácter
personal e interpretativo. Por este motivo la mayoría de los autores que
han estudiado el género de la crónica coinciden en otorgarle un cúmulo
de características que intentan conciliar las propiedades ambiguas de un
género híbrido por naturaleza. De entre estos rasgos destacamos tres:
limitación del suceso en el tiempo y en el espacio, la necesidad de
testimoniar el relato con la presencia in situ del informador y la
inclusión de juicios valorativos procedentes del cronista en la propia
narración de los acontecimientos.
Llegados a este punto, nos hacemos eco de la
definición que nos da Mariano Cebrián Herreros, quien considera que la
crónica es «la información sobre unos hechos ocurridos durante un
período de tiempo desde el lugar mismo o próximo a donde han ocurrido
por un informador que los ha vivido como protagonista testigo o
investigador y que conoce las circunstancias que lo rodean». (14)
Lo que parece ser el principal motivo de controversia
en la crónica es su carácter híbrido, esa ambivalencia del género que
hace que la información de los hechos reales y noticiables se mezclen
continuamente con la interpretación y el comentario que de ellos hace el
cronista.
Pero la combinación de estos elementos no es
aleatoria. Toda valoración que se haga en la crónica debe quedar
supeditada a la exposición e información de los hechos. Es esta premisa,
que se impone como una norma insalvable en algunos libros de estilo
como el del diario El País (15), la que distingue a la crónica de
cualquier otro género periodístico.
No obstante, la visión personal que siempre aporta
esa especie de «notario de los hechos» (16) en que se convierte el
cronista es la que permite al medio diferenciar su oferta informativa de
la de otros medios que se surten exclusivamente de las noticias de
agencia o que están supeditados a las versiones de los hechos que dan
las emisoras o periódicos más acreditados.
El valor testimonial que el cronista otorga a la
narración, y toda la carga subjetiva que ello trae consigo, es, si el
cronista está bien compenetrado con su medio de comunicación, una forma
de interpretar la realidad que la emisora, el periódico o la revista en
cuestión, pretende difundir. De no ser por la originalidad y la novedad
de los datos que aporta el cronista y por la interpretación personal que
de los mismos efectúa, las empresas periodísticas se ahorrarían gran
parte de su presupuesto utilizando en la elaboración de sus servicios
informativos los datos que todos los días aportan las agencias.
La crónica es el principal ingrediente periodístico
para hacer que las secciones informativas de los periódicos o emisoras
se conviertan en escenarios para la narración original y novedosa.
Pero no es nuestra intención dar a entender que la
crónica es un género para el comentario. Lo cierto es que la mayoría de
los profesionales que ejercen este tipo de periodismo coinciden en
destacar lo poco conveniente que resulta recargar la crónica con juicios
de valor.
Otra de las características de la crónica es su
regularidad que da lugar a que un mismo autor, un mismo tema o un mismo
espacio de referencia se repitan con frecuencia. Esta repetición termina
creando en el lector de la crónica un vínculo de familiaridad que sólo
es comparable en periodismo al que se establece entre los columnistas y
su público. El beneficio es mutuo: el destinatario se conforma al oír
esa visión de los hechos que en tantas ocasiones le ha agradado; el
cronista se permite la libertad de escribir en un estilo llano, directo,
desenfadado, como si se tratase de una correspondencia epistolar entre
viejos amigos. El autor de crónicas se convierte así en algo mucho más
importante para el lector que un reportero ocasional, se transforma en
un confidente.
Como todo género periodístico, la crónica se presta a
la clasificación en grupos, a la división en categorías, hasta
configurar un amplio abanico de variantes en las que el aspirante a
cronista puede realizarse. Y en este sentido, todos los estudiosos de la
crónica aluden, directa o indirectamente, a la diferenciación postulada
por Lorenzo Gomis (17) entre crónicas que cubren un lugar y crónicas
que cubren un tema. Dentro de las crónicas que se hacen para informar de
todo cuanto suceda en un lugar concreto están las crónicas de
corresponsal y las crónicas de enviados especiales. Al segundo tipo, es
decir, a aquellas que se elaboran atendiendo a la especialización que el
cronista manifiesta en un determinado tema, corresponden las crónicas
judiciales, las deportivas, las de sucesos, las taurinas, las de
sociedad, las crónicas parlamentarias...
La crónica posee un valor testimonial, ofrece la
visión de unos hechos que el informador ha presenciado, una visión
avalada por la autoridad del periodista, según la especialización
temática del acontecimiento, el dominio que se tenga de la técnica de
confección y el conocimiento que éste evidencie sobre el lugar donde se
ha producido. Es inevitable, además contextualizar y documentar todas
las informaciones. Según Cebrián Herreros, el cronista es «un
historiador del lugar, un notario de los hechos especialmente
cualificado, un profesional que recodifica una realidad de la que ha
sido testigo con la intención de transmitirla a un público disperso y
heterogéneo. La redacción final responde a impresiones aprehendidas por
el cronista y a las consideraciones generales diseñadas por el medio,
sean formales, técnicas o estilísticas.
La extensión de la crónica no es fija. Suele tener
variaciones asombrosas y su límite puede determinarse, en última
instancia, por el espacio que se le otorgue en el periódico.
La estructura de la crónica es la siguiente:
1. La presentación o entrada.
2. El relato, que incluye detalles que permiten al lector «vivir» el suceso.
3. La conclusión, que no es un juicio conclusivo puesto que no hay razonamiento, sino que se trata del final del relato.
4. El reportaje
El reportaje es un
género que puede incluir otros géneros en su estructura narrativa,
especialmente la entrevista. Es un género narrativo en el que se combina
la narración con la descripción.
El término reportaje procede del francés
«reportage», pero por los estudios efectuados parece probable que el
tronco común a todos los idiomas se encuentre en el término latino
«reportare» con el significado de contar, anunciar, traer o llevar una
noticia. Por tanto, hace referencia al aspecto esencial de todo
reportaje que es la narración.
Sobre este género afirma Mariano Rojas Avendaño que
es el género que permite una mayor capacidad expresiva individual y la
experimentación de nuevas formas y que partiendo de la exigencia de la
objetividad y de la fidelidad a la realidad, admite plena libertad de
tratamiento. Según él, «el reportaje brilla sobremanera cuando la
sociedad pasa por momentos de tensión: guerras, huelgas, cataclismos,
epidemias, o trata de reflejar la vida diaria de un grupo o de una
persona». (18)
En opinión de Mariano Cebrián, el reportaje es una
escapada de la información rutinaria de las redacciones para buscar los
aspectos recónditos de las noticias. «Es la mirada de un reportero que
actúa con libertad de concepción y con tiempo suficiente; incluso en los
casos en que esté bastante apremiado nunca tiene que trabajar con la
celeridad del informador de un telediario». (19)
Y sobre todo, el reportaje lo que intenta no es
descubrir noticias, sino profundizar en ellas. Como ha destacado George
Hills, «no se pretende dar a conocer noticias, sino informar o hacer
recordar al público los antecedentes de una noticia o los distintos
aspectos de un problema que se considere de interés público y de
actualidad". (20)
El reportaje es una profundización que supone un
análisis y una interpretación en la presentación y desarrollo de la
información, aunque luego en la redacción dicha interpretación queda más
diluida. De todos modos, es una interpretación que no puede confundirse
con una valoración y menos aún con una opinión. (21) Hay que tener en
cuenta que el reportaje se refiere a hechos e ideas y que es
informativo, no literario.
El reportaje parte de la actualidad, pero se recrea
en ella, no necesita su inmediatez como la noticia. Puede dedicarse
perfectamente al trasfondo que existe en la inmediatez de la información
y a buscar lo permanente y lo humano. Por tanto, lo más frecuente es
que el reportaje se centre en temas de actualidad más duradera, sin
estar supeditado al tiempo, como la noticia o la crónica.
Genéricamente, es el género que permite intensificar
mejor los recursos expresivos que cada medio puede ofrecer. Al ser en
sus formas expositivas el género más libre, favorece el uso de nuevas
técnicas narrativas.
En el reportaje se comunica algo que despierta en el
lector la necesidad de actuar, por lo que en ocasiones no se trata sólo
de información, sino también de denuncia. Así, se hace la presentación
detallada del hecho para que el lector lo viva y de este modo se forme
un criterio y actúe conforme a él. Como género informativo exige una
profunda investigación documental, observación de campo y entrevistas,
pero su propósito es además interpretativo. Supone, por tanto, una
interpretación del suceso, que refleja la propia experiencia del
periodista y que hace que sea el género periodístico más extenso.
El reportaje se estructura en una presentación o
entrada que debe incluir lo más importante para captar la atención del
lector. Después, los enunciados se redactan de manera que en ningún
momento decaiga el interés. En esta parte del reportaje se pueden
intercalar diálogos textuales que incluyan modismos del lenguaje o
detalles anecdóticos que hagan más reales a los personajes del relato.
Desde luego, la redacción del final es igualmente importante porque con
él precisamente se satisface al lector. Es conveniente, entonces, cerrar
mediante una frase contundente que recoja la idea inicial o ponga de
relieve el tema central del reportaje. Se compone de tres partes
igualmente importantes:
1. Una presentación con garra.
2. Un desarrollo: el relato (información e interpretación).
3. Una conclusión, es decir, el fin del relato.
El lenguaje del reportaje se caracteriza por el uso
de enunciados y párrafos simples. La narración se mezcla con el lenguaje
informativo y expresivo (emotivo).
ORIGENES Y EVOLUCION DE LOS DIARIOS ESTUDIADOS: ABC, El País, El Mundo y La Vanguardia
EL PAÍS
Bajo la dirección de Juan Luis Cebrián, El País salió
a la calle por primera vez el 4 de mayo de 1976, aunque llevaba cuatro
años tratando de obtener la oportuna autorización administrativa, que no
llegó hasta esa fecha. En la actualidad, forma parte del grupo
mediático Prisa (Promotora de Informaciones S.A.) (22) que dirige Jesús
Polanco y compite en el liderazgo de la prensa española con el diario
deportivo Marca, aunque en Andalucía tiene una difusión menor que el
diario ABC, más implantado.
El editorial de El País es un texto de obligada
lectura diaria en los ámbitos político y económico de España, donde está
considerado como un texto de enorme influencia. Ocupa un espacio fijo,
abriendo la sección de "Opinión". El número de editoriales varía entre
uno y tres, según la importancia de las noticias comentadas.
La columna está siempre presente en la última página,
de la mano de Rosa Montero, Manuel Vicent, Joaquín Vidal y Maruja
Torres, entre otros. Estas columnas, como señalan Armañanzas y Días
Noci, son del tipo literario, haciendo referencia a temas sociales,
humanos o culturales. (23)
ABC
ABC nace y se desarrolla con la familia Luca de Tena,
responsable también de la empresa editora, Prensa Española S.A., que
tomó la dirección del periódico en algunas etapas. Esta familia poseía
hasta 1977 el 94,5% de las acciones. Este dominio accionarial se ha
diversificado un poco en los últimos años, cambiando, por consiguiente,
la composición del Consejo de Administración, aunque bajo la presidencia
de Guillermo Luca de Tena y Brunet.
ABC sale por primera vez a las calles de Madrid en
1903, como periódico semanal. El 1 de junio de 1905, ABC se convirtió en
diario, y en 1929 comenzó la edición de Sevilla. Numerosos han sido los
problemas que ha tenido que salvar ABC en sus cerca de cien años de
historia, problemas que, en alguna ocasión, afectaron a su línea
editorial. Durante la guerra civil, Prensa Española S.A., que también
editaba Blanco y Negro, quedó bajo el gobierno republicano hasta que las
tropas franquistas entraron en Madrid, en marzo de 1939. El fin de la
contienda trajo para Prensa Española S.A., entre otras cosas, la
imposibilidad de publicar Blanco y Negro. Esta situación se mantuvo
hasta 1957, año en el que la Dirección General de Prensa otorgó la
autorización solicitada insistentemente desde 1939. (24)
Como recuerdan Armañanzas y Díaz Noci, durante la
dictadura franquista "ABC se vio afectado por la supresión de la
libertad de expresión, al igual que el resto de publicaciones del país, y
sufrió continuas multas y censuras, sobre todo entre 1953 y 1958. Con
la Ley de Prensa de 1966 sufrió el primer secuestro desde la Guerra
Civil por la publicación de un artículo de Luis María Ansón titulado "La
Monarquía de todos", en el que apostaba por una monarquía
constitucional y democrática.
Si ABC había mostrado cierto talante liberal en la
época franquista, cuando esta etapa estaba muriendo no supo reaccionar a
tiempo y quedó como un diario con un lastre empresarial del que le
costó comenzar a salir. (25)
La dirección de Prensa Española S.A. trató de
encauzar el rumbo económico y periodístico de ABC con el nombramiento de
Ansón como director en enero de 1983 . (26) Desde la dirección de ABC,
recuperó la tirada y cambió el estilo del periódico con unas portadas
muy forzadas hacia temas polémicos e introducciones breves de textos de
opinión en todas las secciones. (27)
En 1985, Prensa Española S.A. enderezaba el rumbo
obteniendo beneficios –unos cien millones de pesetas- por primera vez
desde 1975, al tiempo que cambiaba la composición de su accionariado,
dando entrada en el Consejo a personas ajenas a la familia fundadora.
Además, afrontó el coste del traslado a talleres nuevos, la mejora de la
distribución, aumento y redefinición de la publicidad, adquisición de
un equipo tecnológico más acorde a las nuevas exigencias del sector, así
como el reajuste de la plantilla. Francisco Jiménez Alemán, director de
la cabecera sevillana, sucedió a Ansón al frente de ABC, y afrontó la
difícil remodelación del diseño y estructuras del diario. Su paso por la
dirección fue breve, siendo sustituido por José Antonio Zarzalejos, su
actual director.
EL MUNDO
El Mundo del Siglo XXI nace el 23 de octubre de 1989,
seis días antes de las elecciones generales y se nutre, desde un
principio, de periodistas salientes de Diario 16, periódico de
complicada viabilidad debido a las enormes deudas económicas.
Este periódico da mucha importancia a los géneros de
opinión. De hecho, a diferencia de El País, entre otros, es la primera
sección del diario, con cinco páginas en las que da cabida a una variada
modalidad de textos de opinión. El editorial varía entre uno o dos, y
los domingos se une el artículo del director, Pedro J. Ramírez, bajo el
título genérico "Carta del domingo", en el que se exponen las líneas
maestras de la política editorial de El Mundo. Diariamente, la sección
de "Opinión" se abre con la columna "Zoom", en la que escriben
colaboradores habituales entre los que se encuentran Manuel Hidalgo o
Gabriel Albiac. Las viñetas, tras el abandono de Forges –que recalaría
en El País (28)- son responsabilidad de Gallego&Rey, abriendo el
apartado denominado "Impresiones" en la página 2, y Ricardo y Nacho, en
la siguiente. Varios son los sueltos: "Vox Populi", en el que se hace
una valoración diaria de personajes de actualidad; el que firma "Erasmo"
o "La tronera" de Antonio Gala, además de otros sin rúbrica, que tienen
el carácter de un editorial muy breve. Al igual que la mayoría de
diarios, tiene un espacio denominado "Tribuna libre", en el que se
invita a diferentes firmas.
LA VANGUARDIA
La Vanguardia es un periódico de gran tradición en
Cataluña que ocupa siempre un puesto destacado en el ranking de ventas
de prensa diaria en España (OJD). Propiedad de Javier Godó, conde de
Godó, es el medio de bandera del grupo mediático del mismo nombre. Fue
fundado en 1881 por Carlos y Bartolomé Godó, y su actual director es
José Antich.
Según Armañanzas, La Vanguardia se ha situado
tradicionalmente entre ABC y El País en cuanto al espacio dedicado a la
opinión (29). El comentario, repartido por todas las secciones del
periódico, es el género de opinión más común, seguido del artículo. Los
editoriales oscilan entre uno y tres. Junto a los editoriales se ubica
la Revista de Prensa, con extractos de los diarios de mayor importancia
en el mundo. Además del apartado de Cartas al director, La Vanguardia
ofrece un espacio generoso a las columnas y artículos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario