Mi patrimonio periodístico en La Metralleta de don Godo
Capitulo No. 01
Mi patrimonio periodístico
Comencé a emborronar cuartillas periodísticas en 1961, en el meridiano La Información de Santiago, continué en mi labor de principiante en la revista Mayra, que dirigió y fundó el doctor Caonabo Polanco. Incursioné en programas políticos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en diversas estaciones radiofónicas de Santiago, antes de emigrar hacia los Estados Unidos, donde pasé más de 20 años residiendo en forma permanente y donde cultivé el arte de escribir o de (escribidor).
A la derecha el logo de Panamerican News Service Inc. ( PNS) funda en Nueva York, EU, por Luis Godofredo Pichardo |
Ya instalado en la ciudad de Nueva York, comencé a estudiar Ciencias Económicas, Políticas y Sociales, en la prestigiosa escuela Henry George School of Social Science. Entidad afiliada a la Universidad del Estado de Nueva York, la cual tiene su recinto principal en la isla de Manhattan en la ciudad de los rascacielos.
En el Henry George School terminé todos los cursos complementarios, los que me acreditan como egresado en Ciencia Económica, Política y Social. Luego regresé a República Dominicana y desde mi lar nativo volé a Caracas, Venezuela, donde me gradué de Periodismo, en la Academia Americana 1965-1966. De nuevo emprendí vuelo a los Estados Unidos y me inscribí en el Lumen Data Proccesing Institute, para seguir mis estudios de periodismo, terminé el curso en menos de dos años a finales de 1968.
Ya había comenzado a descollar en el periodismo reporteril y laboraba para dos o tres publicaciones hispanas en la ciudad de Nueva York. A principios de la década del 70 fundé el servicio informativo Panamerican News Service Inc, Revista Nuevo Mundo Inc, y comencé a laborar como reportero de de los periódicos El Tiempo, Vanguardia, El Mundo, Revista Pueblo, La Opinión, Ultima Hora de Nueva York y New Jersey y otros medios, en los cuales colaboraba desde Panamerican News Service (PNS), que era un servicio informativo con noticias de la gran manzana y otros lugares de los Estados Unidos y el mundo.
Ampliando la cobertura de mi labor periodística extendí mis colaboraciones a ciudades como Nueva Jersey, Boston, Chicago y Miami entre otras. En el primer tercio de la década de los setenta, asumí la redacción y corresponsalía de los diarios dominicanos Listín Diario, Ultima Hora, El Sol, y La Información, colaboré para noticiarios radiofónicos, desde las oficinas de PNS que estuvo ubicada en la calle 52 y Broadway. En el tercer piso, y en la calle 54 y Broadway, en el séptimo piso.
Capítulo No. 2
El trabajo tesonero despeja las dudas
Hago acotación de las dudas y el celo por que descubrí. A mi regreso de Estados Unidos que muchos de los colegas con los que interactuaba no le daban mucho crédito al trabajo que había realizado en la gran manzana. Pero no se trata de una duda cualquiera, esta permanente en nuestro escenario periodístico, el celo y cuidado por la plaza de trabajo, obnubila la confraternidad y hasta la colaboración y termina dañando una buena amistad.
Los son y se creen veteranos del periodismo local, o forman parte de instituciones colegiales o sindicales no dan paso a nuevos colegas que lleguen de otros lares, y algo más penoso, ni siquiera se interesan en saber si su compañero de profesión es un buen profesional, o una persona que merece respeto.
Ayuda y canonjías. El liderazgo sindical periodístico se reparte toda clase de ayuda económica, de viviendas, de facilidades para vehículos y bloquean la entrada de nuevos miembros a sus instituciones si los solicitantes no “sus canchachanes”. De esta manera, los que dirigen en la capital se quedan con un 80% de todo lo que reciben a través de la ayuda gubernamental, de las instituciones benéficas o de las donaciones caritativas.
Columnas, reportajes, artículos y comentarios
Quise revisar mis papeles amarillentos (papel periódico) y descubrí que cuento con un verdadero patrimonio que evidencia mi trabajo de comunicador social en el transcurso de más de medio siglo, y que debo conservarlo para la posteridad.
Voy a identificar diversas columnas que escribí en periódicos y revistas cuando no existía el periodismo digital. Panorama Internacional, fue la primera columna que escribí desde Nueva York. Luego apareció Vía Broadway. Nueva York Criollo. Radar del Caribe. Siete Días en la, ONU.Y Rascacielos.
Conservo un inventario de artículos, reportajes y comentarios que sobrepasa el millar. Es un verdadero compendio de las distintas épocas de mi carrera en el campo de la comunicación social. En ese material seleccionado guardo el recuerdo y la memoria de cuando era reportero, de cuando he sido analista internacional y también de cuando he enfocado la problemática de nuestra comunidad de lectores.
Ese material periodístico recopilado fue publicado en las siguientes publicaciones: El Tiempo en Nueva York, Vanguardia, que se editaba e imprimía en Queen y Long Island, Ultima Hora, que se editaba en Nueva Jersey, El Mundo, que se editaba en Boston, La Voz Hispana, que se edita en Nueva York, revistas Nuevo Mundo, Pueblo, La Opinión. Temas, Carteles, Impacto, todas estas publicaciones impresas nacieron en Nueva York, aún en la actualidad hay algunas de ellas que sobreviven.
Parte del mismo material periodístico recopilado se publicó en los diarios dominicanos: Listín Diario. Ultima Hora. El Sol. La Información, revista Renovación, Revista Mayra, y otras publicaciones en donde he sido colaborador, pero que ahora escapan a mi memoria.
En la era del periodismo digital estoy más activo a nivel de difusión de noticias, artículos y comentarios. Actualmente soy editor del Servicio Panamericano de Noticias (PNS) Revistas Nuevo Mundo Digital y Ventana Católica. Blogspot, dirijo además el Latinoamerican Journalism Institute (LJI) y escribo las siguientes columnas: Panorama Internacional, La Metralleta de don Godo, Burbujas Católicas y Tribuna Libre del Periodismo.
Pienso que el cultivo del periodismo es un regalo de Dios y que la Naturaleza me privilegió al permitirme una mente fértil, sana, y productiva en el campo de la comunicación social.@
lunes, 24 de noviembre de 2014
Capítulo No. 3
Cuando visité a la CAT por primera vez era un neófito en materia de tabaco, pero no en materia de publicidad o de relaciones públicas. El Dr Jorge Blanco, cuando me iba a nombrar como director de publicidad, me dijo, Pichardo, usted conoce la filosofía de mi gobierno, en cuánto a la corrupción, le respondí que contara con mi lealtad y mi honradez, que hasta ese momento no se había resquebrajado, y aún hoy puedo afirmar y dar testimonio de lealtad y honradez, de mi persona.
Creo sin temor a equivocarme que hasta ahí llegó la doctrina filosófica anti-corrupción del gobierno perredeísta. Puedo hablar por lo que ví, escribí y por lo que investigué. Me hice la ilusión de que estaba sirviendo a una administración pública honrada, pero que decepción me llevé en mi propia nariz. En la Tabacalera de esa época donde fui a trabajar se traficaba de todo, se robaba de todo y lo peor de la situación, era que nadie sabía nada, todo el mundo estaba ciego y había una complicidad pasmosa.
La Tabacalera por dentro en la década de los ochenta
Director de Publicidad Exterior & Relaciones Públicas
Habiendo sido sido designado director de Publicidad en la Compañía Anónina Tabacalera, en Santiago, encontré serias dificultades para asumir el cargo, las autoridades anteriores habían designado a un músico de cierto abolengo familiar y querían despedirlo, en vista de esa situación, le pedí al presidente Salvador Jorge Blanco, que estaba dispuesto a esperar mi designación en el Servicio Exterior, tal y como él me lo había prometido.
El presidente Jorge Blanco al enterarse de que había rechazado una fórmula híbrida que se me propuso, me mandó a llamar y me dijo después de varios días de mi primer encuentro con el administrador de apellido Rosario, un ocano orgulloso y vanidoso, me dijo, necesito que te quede en el puesto por unos meses hasta que nombre en el cuerpo diplomático.
Acepté con regateo la susodicha fórmula, subdirector de Publicidad Exterior y subdirector de Relaciones Públicas. Este acuerdo era más bien un formulismo, los jerarcas de la Tabacalera no querían cambio de mando.
La filosofía del gobierno constitucional que encabezó el fenecido doctor Salvador Jorge Blanco, hacía hincapié en la anticorrupción, y el mismo presidente, cuando conversaba con sus amigos y colaboradores les recomendaba que en su gobierno “todo el mundo tenía que actuar con las manos limpias”.
Se hizo una costumbre del pensamiento del jurista Jorge Blanco, mientras se estaba en la campaña electoral y en los primeros tres meses de su gobierno.
Recuerdo, que cuando el Presidente me iba a designar en la Tabacalera, como director de publicidad, se presentó un obstáculo que generó fricciones entre los viejos servidores de la Compañía Anónima Tabacalera (CAT) y el propio presidente, los magnates del tabaco que se habían apoderado de la empresa estatal promovían y creían que ese era un patrimonio de su propiedad.
Bajo este techo hubo mucha corrupción y complicidad |
Se formó un grupo de leales al Presidente, una especie de comisión subterránea para vigilar los movimientos económicos de la CAT y de sus enquistados funcionarios, trabajamos con desvelo en el encargo, pero cuando le llevamos el primer informe de corrupción y latrocinio al Presidente, en su residencia de Santiago, había en la terraza donde nos recibió un amigo de Salvador, que más que un amigo, parecía un consejero o colaborador subterráneo, cuando el gobernante recibió el informe y se lo comentó a ese personaje, una persona anciana, éste le comentó no te meta en ese asunto, eso viene de muy lejos y tu sólo tiene meses gobernando.
Salvador J. Blanco quiso ser honrado y gobernar con manos limpias...pero no se pudo |
En mi tarea de encargado de publicidad exterior se me ordenó viajar a la Romana a investigar el destino de unos materiales de construcción que se habían extraviado, conversando con personas del entorno donde debían estar los materiales me informaron quien lo había vendido a otra compañía y que autor de la venta era un cantautor muy reconocido y muy considerado por el personal administrativo de la CAT.
Cuando rendí el informe se armó un reperpero que por poco me expulsan de la empresa, pero fui donde el administrador y le dije, usted es responsable de mi trabajo y si algo me sucede denuncio todo lo que hemos descubierto, incluyendo el informe privado que le llevamos al presidente.
En otra ocasión investigué otra desaparición de materiales que la CAT no sabía donde estaban, lo encontré en unos talleres en la avenida 27 de Febrero en Santiago y ocurrió lo mismo, lo silenciaron, porque los herreros propietarios del taller y quien depositó el material de construcción eran amigos y se iba a armar un escándalo.
Me ordenaron seguir unos obreros que trabajaban en la CAT fabricando unos carritos de madera que obsequiaba la compañía y en las bases de los letreros comerciales que la empresa donaba los comerciantes, a través de mi departamento, descubrí a dos o tres infelices que se robaban unos galoncitos de pintura, y algún tipo de material de poca monta y bajo precio, cuando lo informé a la administración, dijeron que había que meterlos preso, les dije, que porqué a ellos y no a los de cuellos blancos que pululaban por toda la CAT.
Como yo no tenía el control ni la autoridad para intervenir, la administración lo mandó a encarcelar. Aunque los libertaron tres o cuatro días más tarde, me pareció una injusticia y un abuso. Uno de los escándalos de corrupción más asqueantes que ocurrían en la CAT se daba con unos supuestos cosecheros de tabaco, le daban el dinero para la cosecha, éstos como eran amigos y socios de funcionarios de la CAT, nunca sembraban tabaco y empleaban ese dinero para otro cosa, la cosecha siempre se malograba y me contaron viejos empleados que ese financiamiento seguía por tiempo indefinido.
La plana mayor de la CAT nunca me aceptó y al parecer me cuidaban desde todos los ángulos y hasta me pusieron un par de cascaritas haber si yo resbalaba, una empresa de la capital quiso negociar un contrato millonario a cambio de la mordida, como era natural, me negué y desde ese momento me tenían en salmuera como dicen por ahí.
Otros empresarios me invitaron a comer y me propusieron renovar un contrato, me negué y la reacción administrativa fue terrible, me cerraron todos los caminos, pero nunca protesté, porque estaba en la CAT como si estuviese de vacaciones.@
jueves, 19 de marzo de 20
sábado, 16 de enero de 2016
Tribuna Libre del Periodismo: Diario de Escribidor
Tribuna Libre del Periodismo
Por Luis Godofredo Pichardo/Editor del Servicio Panamericano de Noticias
El Diario de un escribidor
Me dieron un golpe bajo en mi propio Proyecto Periodísco. Por allá en la década de los setenta fundé una compañía editora denominada Nuevo Mundo C.X.A., en la ciudad de Nueva York, pero con perspectivas de que se desarrollara en mi ciudad natal de Santiago de los Caballeros.
Dólar a dólar se fue consolidando un modesto capital con pequeños inversionistas dominicanos radicados en Nueva York, pero mi error fue querer instalar una industria periodística con el dinerito de obreros que apenas ganaban un salario para sobrevivir. Así la iniciativa caminaba poco y el tiempo avanzaba.
Por mi parte, había fundado la revista Nuevo Mundo de la que se habían publicado diversas ediciones, pero mis recursos eran limitados, y el costo de producción y edición eran relativamente elevados para la época en que la publicación vio la luz pública.
Decidí trasladar el proyecto hacia la República Dominicana y comencé a buscar nuevos socios en Santiago, me encontré con un reducido grupo de inversionistas de poca capacidad económica, altaneros, exigentes y tradicionalistas que secuestraron el proyecto de la publicación de la revista Nuevo Mundo, y acordaron en mi ausencia que la Editora Nuevo Mundo funcionara como una imprenta de “remiendos”. Y echar el proyecto de la revista en el olvido, de paso, sacarme de circulación de mi propia iniciativa.
El secuestro del proyecto fue posible, porque el grupo de Santiago se convirtió en mayoritario, ya que aportó algún tipo de maquinarias como capital de trabajo y eso le permitió alcanzar mayoría en el paquete accionario.
Se reunieron en secreto, hicieron una votación de Logia, y como no confiaban en que la revista se convirtiera en una publicación exitosa y suplidora de capital y tampoco en confiaban en el director, seleccionaron a un colega para que dirigiera la empresa que yo había fundado. Me enteré de la trama, porque tenía un amigo confiable y solidario que me informó lo ocurrido y de la traición del amigo mutuo, que pretendía suplantarme, pero no permití que me arrebataran un patrimonio que tantos sacrificios me había costado, dejé que el proyecto zozobrara y me fui a la capital a publicar la revista Nuevo Mundo.
Han pasado los años, Nuevo Mundo se desintegró como proyecto periodístico impreso, la mayoría del grupo inversor santiagués, murió o está en la senectud, pero no le di a mi amigo suplente ni a los conspiradores inversionistas, la satisfacción del reclamo, pero él y ellos saben que es una tarea o deuda pendiente con un amigo que nunca le ha negado la solidaridad o el aprecio a ese grupo de amigos
Contrario a lo que pensaba ese grupo de personas de visión reducida o ceguera sin límite, hoy después de varias décadas la revista Nuevo Mundo sigue viva y coleando, en las redes sociales. En el portal Revista Nuevo Mundo.Blospot, con más dinamismo, más calidad profesional, más material de lectura, y mayor proyección social, nuestro contenido informativo recorre el mundo por los cuatro puntos cardinales.
Nuestro agradecimiento a los que boicotearon el Proyecto impreso, porque esa actitud nos hizo desarrollar una paciencia extraordinaria y sembró la semilla de la fe, a ese episodio, se debe la existencia actual de Nuevo Mundo Digital, la revista del glamur, la fama y de los grandes reportajes periodísticos de diversos géneros. @
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