Guerra
sin tregua a la corrupción y la impunidad
La impunidad y el latrocinio público deben ser combatidos
desde todos los frentes posibles y por todas las instancias de la Justicia dominicana.
La corrupción administrativa, la impunidad, la
delincuencia y el irrepesto a las leyes dominicanas y a sus instituciones campean por todos los
rincones de la sociedad dominicana.
El principal exponente de ese escenario desolador y
abusivo lo representa, y constituye el colectivo de delincuentes de todos los niveles, que permean a la sociedad dominicana.
La clase política parasitaria enclaustrada especialmente
en partidos políticos pequeños completan esas dos bandas de forajidos que cobran sin
trabajar y roban al erario público sin contemplación ni escrúpulo.
Un dirigente político minoritario, si no llega a un cargo público convertido en
un parásito improductivo, en poco tiempo alcanzará esa categoría, por su búsqueda insaciable de enriquecimiento
ilícito dentro de la administración
pública.
Resulta extraño ante la opinión pública que un dirigente político que sea
nombrado en un cargo público, no se haga rico de la noche a la mañana. El
gobierno central nombra a esos supuestos servidores públicos y no se le da seguimiento ni lo monitorea, y ellos, aprovechan la oportunidad para
desfalcar las finanzas de los presupuestos gubernamentales.
Con la presencia del gobierno dominicano actual, parece se
inaugura una nueva era administrativa caracterizada por la honestidad y responsabilidad dentro del tren
administrativo del Estado dominicano.
Apoyemos sin reservas
las iniciativas del Ministerio Público, que por primera vez, ejerce sus
funciones como mandan las leyes constitucionales del país y trabaja sin tregua en la persecución
del latrocinio público, la corrupción y la impunidad, que se cobijan bajo
asociaciones de malhechores que trafican con todo lo que encuentran a su paso.
El narco tráfico, el lavado de activo, el sicariato, y la
ejecución del crimen por encargo están a la orden del día en la RD, pero al mismo tiempo, tenemos a un MP que persigue esos delitos, sin importar quien lo ejecuta, ya no
hay delincuentes cuellos blancos que puedan evadir su responsabilidad, ni generales o
políticos autoritarios, que puedan desafiar a las autoridades y salir ileso de
las imputaciones que que recaen sobre ellos. El presidente de la República reitera. " el que cometa un
delito, que pague el, es decir que se terminó el tiempo, de las" vacas sagradas".
Demos un espaldarazo al gobierno de Luis Abinader y al Ministerio Público que realizan un trabajo eficiente, persiguiendo a los delincuentes, hasta llevarlos a los tribunales para que reciban una condena justa y necesaria. (PNS).
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