Lo que nuestros lectores
debe saber:
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La banda criminal que
mantiene en cautiverio a 17 misioneros,
16 estadounidenses y uno canadiense, incluyendo varios niños en Haití, mantiene
silencio luego de avisar que si no le
pagan 17 millones lo matan a todos.
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El mundo observa
con preocupación la situación calamitosa
de Haití, con un ejército y cuerpo policial de seguridad rudimentario, sin
preparación ni equipos adecuados para combatir la delincuencia que arropa a la
pequeña nación caribeña.
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No se vislumbra otro
camino que no sea una intervención militar de la ONU, o cualquier otra potencia
occidental.
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La situación de Haití
es explosiva y el único país que muestra su preocupación es República
Dominicana, por su cercanía a través de una frontera porosa de menos de 400
kilómetros de longitud.
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Desde el siglo pasado
se ha estado gestando una invasión pacífica y silenciosa hacia el territorio
dominicano. Se estima en millones de haitianos entre legales e ilegales.
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Pero RD es una nación
en vías de desarrollo que lucha por su propia superación, es libre, soberana e
independiente. Como vecinos los dominicanos se han convertido en el único
protector real del vecino país.
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El estado dominicano
en este momento está financiando gran parte de la alimentación del pueblo
haitiano, pagando sumas millonarias por atender a las parturientas haitianas
que gestan en su territorio y cruzan la frontera para alumbrar gratuitamente en
los hospitales dominicanos. Ellas ocupan las camas de las parturientas
dominicanas que a veces tienen que alumbrar la criatura en pleno piso, porque
las camas no alcanzan para los nacimientos haitianos.
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Esta situación tiene
que parar ahora, o en un futuro cercano va a provocar un conflicto entre vecinos que podría provocar un enfrentamiento
armado, el que no deseamos ni en RD ni en Haití.
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Las grandes
`potencias incluyendo a las Naciones Unidas tienen que entender cuál es la
situación del Estado dominicano y el clamor de su pueblo, queremos a los
haitianos de vecinos, pero no de invasores. ( PNS).
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