L
a Pluma de Luis
Godofredo Pichardo
La Columna del Editor del
Servicio Panamericano de Noticias
Los medios de comunicación en USA. En Estados Unidos existe la libertad de prensa desde
hace más de 200 años, y el cuarto poder que posee la prensa tiene un poder real
dentro de la sociedad y está consignado en la Constitución de la Unión
Americana.
Pero libertad de expresión
estadounidense tropieza periódicamente con obstáculos que tratan de colocar
políticos de turno o intereses creados de empresas y empresarios.
Empero, esa actitud no se
convierte en un valladar que se interponga entre los medios de comunicación,
los periodistas y sus deberes ciudadanos. Tanto las autoridades civiles como castrenses,
así como los medios comunicativos se
respetan mutuamente y cada sector busca cumplir con sus obligaciones.
La libertad de prensa
norteamericana es reconocida por todos y cada uno de los poderes con que se
administra el gobierno federal y los gobiernos locales. Estadounidenses.
Donald Trump busca amordazar a la prensa USA |
Trump llamó mentiroso al NYT y después de eleigo fue a ellogiarlo |
La realidad es a la inversa,
quien es un mentiroso confeso, es Donald Trump, el político, el acosador y mala paga, fue él quien se inventó toda clase de historia para
desacreditar a su oponente demócrata, a la ex senadora Hilary Clinton, y hasta
conspiró con el gobierno ruso, según una investigación de la inteligencia
estadounidense, en la que aparentemente planificó un hackeo generalizado al
Partido Demócrata de los Estados Unidos, a su candidata presidencial y a
funcionarios del gobierno de Obama.
Diplomáticos rusos expulsados por Obama |
La corrupción dominicana tiene atrapada a la prensa nacional. La historia de corrupción y sobornos viene desde lejos
en la República Dominicana, y si le ponemos fecha habría que decir que comenzó
a mediado del siglo XX y ya corre al siglo XXI.
Es posible que en la era de
Trujillo se dieran casos aislados de corrupción en la prensa y con algunos
periodistas con soborno por que cobraban salarios de miseria, pero eso no fue
una constante, porque a Rafael Leónidas Trujillo había que colarle el café bien
claro.
El periodista o medio
de comunicación que se atreviera a hacerle trampa a Trujillo, sabía que se le
clausuraba el medio o se metía a la cárcel al periodista, sin importar su
abolengo familiar ni importancia social que poseyera en el momento de desviar
la información.
¿Tres mil periodistas asalariados del gobierno dominicano?
Es demasiado, para la matrícula dominicana. Si ello es
cierto y parece que lo es, es tan corrupto el gobierno, como los periodistas
que acepta esa condición de indignidad.
Con los periodistas ocurre lo mismo que con los policías. Ambos saben que se pagan bajos salarios, pero no por
ello, deben los policías engancharse a delincuentes como han hecho centenares
de agentes del orden público, ni los periodistas aceptar sobornos, coimas, o
compra de conciencia, como está haciendo el éxodo que labora como bocina del
oficialismo.
El periodista conoce sus deberes para la sociedad y para su dignidad humana. Un
periodista que contrate el gobierno para no hacer nada, pero que reciba la paga
de un salario que costean los contribuyentes,
está obligado a callar la verdad, a defender lo indefendible, y a conspirar
contra la sociedad, desvirtuando los hechos que debían publicarse tal y como
acontecen y no alterar su contenido a favor del gobierno que lo mantiene en su
calidad de empleador.
A este tipo de periodista
corrupto y corruptor ahora se le llama o denomina: “bocinas”, en el pasado
reciente se le identificaba como ‘programeros’, y forman un ejército de
adulones y mentirosos asalariados que contaminan el ejercicio digno del
periodismo. La mayoría son contratados por el gobierno de turno al inicio de
las campañas electorales, pero al término de las mismas son dejado cesantes, y
vuelven a enfrentarse a sus penurias cotidianas.@
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