La
Metralleta de Don Godo
LGP comenta
Un lector
de la Metralleta me preguntó
recientemente que diferencia había entre el Cardenal Nicolás de Jesús López
Rodríguez y el montecristeño Juan Marichal, y sorprendido le rispoté y …bueno que relación hay entre esos dos
personajes de la vida pública, la respuesta parece inofensiva y realista, pero
distante en pensamiento y acción.
El lector se refería a que López Rodríguez
proclama que es de derecha desde chiquitico, pero de la derecha que daña reputaciones, afecta
relaciones amistosas y se confabula para traicionar los mejores intereses de la
patria. Esa es la corriente política que proclama, sostiene y defiende el
purpurado principal de la Iglesia Católica dominicana.
En cambio el deportista Juan Marichal era
pitcher del béisbol, que ciertamente lanzaba a la derecha, pero con sus
esfuerzos físicos deleitaba a millones de simpatizantes que disfrutaban verlo
ganar en la gran carpa del béisbol de grandes ligas y en su lar nativo, es
decir, con la derecha de Marichal consiguió muchos amigos y admiradores, con la
derecha del Cardenal se ha granjeado más de un millón de adversarios y la lista
sigue creciendo.
Soy de derecha toda mi vida, y así seguiré: Palabras textuales en respuesta a los periodistas |
Los
resabios del Cardenal López Rodríguez
Decían
los presentadores de El Despertador por SIN, Marino Zapete y la colega Edith Febres, que gracias a Dios que Nicolás
de Jesús no tiene las llaves del Paraíso, porque si fuese él en vez de san
Pedro, el que otorga permiso para subir al cielo, los negritos, jabaos, y tipos
“carbón de palito” dominicanos jamás les verían la cara a nuestro Señor
Jesucristo.
Y no estamos hablando de los negritos y
negritas de ascendencia haitiana que nacieron en este país desde el 1929 del
siglo XX. Porque para hablar del derecho inalienable que concede la
Constitución de la República Dominicana a los nacidos en su territorio hay que
lavarse la boca con lejía.
El odio que refleja el Cardenal por los descendientes e
inmigrantes haitianos se percibe de
inmediato, cuando ofrece declaraciones a
la prensa, y él y Agripino Núñez Collado se creen con un poder ilimitado, a
veces parece que su eminencia cardenalicia se cree con más derechos y
potestades que el propio presidente de la República.
Cuando se analiza la posición de derecha
extrema de López Rodríguez hay que concluir que en República Dominicana la
Iglesia Católica no está también representada como lo debía estar en tiempos de
reformas profundas en la Iglesia católica universal.
De lejos se percibe el distanciamiento de la
Iglesia católica dominicana de la Curia Romana que administra y dirige el papa
Francisco. La Iglesia local no habla de nada de lo que está ocurriendo en el
Vaticano, ni de los esfuerzos de reformas que ha puesto en marcha el Obispo de
Roma.
Cuando Trujillo firmaba el Concordato en 1954 |
En una
nota reciente de la jerarquía católica dominicana los obispos se quejaban de la
falta de conciencia de los grupos y organizaciones laicas que critican el
protocolo del Concordato de 1954.
Y para
apoyar su posición de defensa se referían a que en algunas partes del mundo se
está firmando actas de compromiso de Concordato con la Iglesia Católica, pero
lo que no dicen los obispos en su nota de
prensa es que en República Dominicana, más que criticarse el obsoleto acuerdo
que ofrece subsidios y títulos irritantes, lo que se critica es la ventaja que
este Concordato ofrece a la Iglesia católica en materia de privilegios y dádivas estatales,
exoneraciones millonarias, cargos militares, y subsidios de diversas
naturaleza, y lo peor del caso, que quienes disfrutan de esas lisonjas son los capellanes, obispos y jerarcas, los
sacerdotes que son como los guardias raso de nuestro país, a esos, lo único que
le toca es el trabajo pastoral y la fatiga que el mismo produce.
Personalmente he llegado a conocer a
sacerdotes que tienen que recorrer grandes distancias para cumplir con sus
compromisos pastorales, y he visto algunos hasta corriendo a pie por las
calles para llegar a tiempo al ejercicio
eucarístico que le toca celebrar, y a las Diócesis locales como que les importa
un bledo, el sufrimiento de los sacerdotes pobres, porque entiéndase bien, de
que hay jerarcas ricos junto a sus Diócesis los hay y en gran cantidad.@
No hay comentarios:
Publicar un comentario