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Favoritismo
partidario en la democracia dominicana
Las
promesas de campaña en la política dominicana se parecen a los amoríos de una pareja, cuando éstos se conocen en un resorts, un cine, o en un centro comercial.
En la primera etapa se elogian las condiciones
de los enamorados, se destacan sus condiciones y cualidades familiares,
económicas y profesionales.
Pero a veces la timidez entre la pareja, cuando se produce ese encuentro real, o
fingida bloquea el rápido entendimiento y mutuo acuerdo sentimental. La necesidad de profundizar en el
conocimiento mutuo obliga, a que uno de
los dos rompa el silencio y comience el diálogo, o examen de conciencia que llega hasta la
profundidad cada ser enamorado.
Son muchos los que esperan, pero no
todos podrán entrar a la nómina del gobierno del PRM
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Así
ocurre en la política partidaria, los
simpatizantes de los partidos políticos llegan, se orientan, manifiestan su
propósito de afiliarse, se les plantean las condiciones y obligaciones del
afiliado y se procede a su juramentación.
En
el mismo nivel que crece el noviazgo y
que posteriormente llega al matrimonio, se crea una familia, y a largo plazo se convierte en una
institución familiar.
Es
una situación muy similar a la de un afiliado que se enrola a nuevo partido político, se introduce poco a poco,
comienza a identificarse con el liderazgo, a realizar trabajo de campo, en tareas de adoctrinamiento y liderazgo y eso
le permite desarrollar su propio liderazgo, que va ganando terreno en la medida que su
trabajo se fortalece dentro la institución.
Hago
la introducción anterior para señalar, que es fácil, pronosticar cambios profundos
en un partido político tradicional, pero
difícil de llevar alas cabo en un partido
nuevo de solo seis años de existencia y con una militancia que sobrepasa el 1.5
millones de afiliados que buscan, o
necesitan un cargo público para
proyectarse o sobrevivir económicamente. Ese caso del PRM y el del presidente
Luis Abinader, buenas perspectivas, mejores intenciones, pero con condiciones
adversas.
El
liderazgo del Partido Revolucionario Moderno, especialmente, el presidente de
la República, tienen un gran compromiso con el pueblo dominicano que espera el cumplimiento
de un cambio político y social profundo,
pero que al mismo tiempo tienen que lidiar con una militancia comprometida,
exigente, y que debe ser correspondida.
De
buenas intenciones están llenos los cielos y la tierra que nos regala el Dios
todopoderoso, pero las sociedades subdesarrolladas, como la nuestra también
están plagadas de necesidades y pobreza.
Nadie
duda en el escenario político dominicano de la seriedad, honradez y del
humanismo del presidente Luis Abinader, de lo que se duda, es que bajo las condiciones
actuales de crisis sanitaria, económica y con la responsabilidad de complacer a la
militancia, a sus amigos y relacionados pueda sacar su administración hacia delante exitosamente.
Una cosa es con güira y otra con tambora y acordeón. ( pnsnoticias@gmail.com).
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