Síntomas de recesión se avizoran por todas partes.
Parece inevitable un colapso de la economía mundial en breve tiempo.
La economía de mayor
crecimiento se registró en la China continental, por más de una
década consecutiva, pero las
autoridades chinas, tanto a nivel gubernamental, como en el ámbito
del sector económico privado,
y con el aval de los economistas, admiten que la
prosperidad se ha frenado.
Pekín aduce, y
así lo ha hecho saber su presidente Xi Jiamping, que solo por el
efecto de la guerra comercial con Estados Unidos, se han perdido
cinco millones de empleos y han bajado las exportaciones chinas.
Precisamente hoy se anuncia
el término de otra ronda de negociaciones entre Washington y Pekin, que culmina
sin ningún avance para buscar una salida a la guerra de aranceles, y por el
contrario D. T, anuncia nuevas cargas impositivas a productos chinos por un
valor de 300 mil millones de dólares, situación que afecta a las
dos economías más grandes del mundo.
Xi Jiamping y el rey de España
Los gobernantes de Estados
Unidos y China, al parecer, no quieren o no
pueden bajar la guardia y cada uno desde su tribuna, trata de mantener una
posición firme y rígida, en la creencia de que le hacen un buen servicio a sus
respectivos consumidores, sin embargo el efecto es demoledor, menos compras, menos empleos y menos
circulante.
El efecto negativo de esa disputa comienza a percibirse en
Estados Unidos con el encarecimiento de las mercancías asiáticas y muchos negocios
se están yendo a la quiebra y seguirá un desmonte de pequeños
intermediarios que mantienen puestos de venta populares, para un público
limitado económicamente.
Ni Jiamping, ni Trump, se
están dando por enterado de lo que está ocurriendo en sus respectivos mercados
de consumo, y un colapso económico podría estremecer sus dos economías y surtir el efecto “ dómino” que arrasaría con el resto de
las economías del mundo y ello
de ser así , como es natural, provocaría una recesión económica mundial.
Donal Trump, presidente de EE. UU., protagonista de la guerra comercial
En
naciones de Europa, como España, Alemania, Italia, Francia, Inglaterra, y parte
de los Países Bajos, comienza el recalentamiento, y qué decir, del
Asia y el Pacífico, al igual que el Oriente Próximo,
ya suenan los tambores de advertencia,
por ejemplo, en España tuvieron que reducir el pronóstico
de crecimiento económico del 1 al 0.5%, al igual que en América Latina, que será, de
0.5% en el 2019, según lo informa la CEPAL, desde Chile en su última reunión, bajó un punto al crecimiento programado para la
República Dominicana, y advierte que será de un 5.5 en vez del 6.5% que se
había adelantado.
Naciones
como Irán, Venezuela, Siria, Irak, El
Líbano, Egipto, Haití, Puerto Rico, Cuba,
y otras naciones africanas, caribeñas,
o continentales, que no han superado el subdesarrollo y la pobreza, son
las más perjudicadas en una crisis económica global, pero ahí están los
números, los pronósticos y los presagios
de los economistas, quiera Dios,
que el liderazgo económico mundial logre un
punto de encuentro, y abandonen el hostigamiento, con
la guerra arancelaria y las sanciones económicas a los pueblos más
empobrecidos.
El
presidente Donald Trump, que se ha convertido en un verdugo proteccionista,
xenófobo y racista, no entiende el daño,
que está causando a la humanidad, las sanciones a Venezuela, solo perjudican a los
más pobres, los función arios siguen
disfrutando de las tres calientes, y las de Irán, no
perjudican directamente a los dirigentes gubernamentales, porque ellos cuentan con recursos económicos
bien resguardado, es a los consumidores
de menos recursos; es a los pueblos hambrientos, como el de Venezuela, el de Haití,
y el de Irán, a los habitantes africanos,
que tienen que venderse como esclavos para tratar de llegar como inmigrantes algún lugar donde le acojan , o las naciones que protegen al éxodo migratorio mundial. (LGP-PNS).
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