Por Luis Godofredo Pichardo/Editor del Servicio
Panamericano de Noticias
Qué se logró en la Séptima Cumbre de las Américas?
Si analizamos el
evento hemisférico desde el punto de vista político, tendremos que concluir que
se logró mucho en materia de solidaridad, pero, se resolvió poco, en lograr la unidad de
criterios para presentar a una América Latina, unida y homogénea en la búsqueda de solución de los problemas más agobiantes y comunes de la región: como son la caída de
los índices de producción económica, la salida al mar de Bolivia, el retraso
del pago de la deuda argentina, la situación candente y preocupante de Brasil,
tanto en el aspecto político, como económico.
Así como el tollo
de la política oficialista venezolana, la situación de impopularidad de
Michelle Bachellet, la inseguridad y delincuencia rampante en México, y el
proceso de negociación del gobierno colombiano con las guerrillas de las FARC.
Otro tema que transcendió poco fue la presencia de Nicolás Maduro, se percibió
desde afuera como si no se quisiera tocar esa tecla. Es cierto que hubo mucha
solidaridad con Venezuela, pero se entendió aparentemente en el seno del foro
de discusión que el presidente Maduro tiene que cambiar de rumbo y dejar sus
bravuconerías.
Y aunque el tema
de la normalización de las relaciones diplomáticas Cuba-Estados Unidos estuvo
sobre el tapete y hubo un armonioso encuentre entre Barack Obama y Raúl Castro,
fueron muchos los temas que quedaron fuera de la agenda de discusión. Fue
saludable y honesta la posición de cada uno de los mandatarios, primero tomó la
palabra el gobernante cubano Raúl Castro, y agradeció públicamente la
iniciativa del presidente Obama, reconociendo de inmediato, que el presidente
demócrata estadounidense no tiene responsabilidad en la aplicación del bloqueo
y embargo económico a Cuba impuesto por
Estados Unidos en el gobierno del
fallecido ex presidente John F. Kennedy en 1962.
Histórico
encuentro entre Castro y Obama
Un detalle que debe destacarse en el diálogo que sostuvieron los presidentes de Cuba y Estados Unidos es el respeto mutuo y la cortesía diplomática que primó en el transcurso de la conversación, que las cámaras de TV, no sé, si de mala fe o por descuido presentaron los rostros de los entrevistados en varias ocasiones como si ambos mandatarios se estuviesen preparando para subir un ring de boxeo.
Obama gesticula ante su colega Raúl Castro en Panamá |
Así los
entendieron los interlocutores que protagonizaron el encuentro y trataron en
todo momento de evitar momentos y situaciones embarazosas. Pero hay un problema
de imagen y es que las diversas cadenas
de TV que publicitan estos eventos, sin
importar el o los personajes de quien se trate, anteponen sus intereses
políticos y económicos por encima de los protagonistas de la audiencia
televisiva.
Aprobación y críticas: Estados Unidos, Cuba, Panamá, Rep Dominicana brillaron, Venezuela y Ecuador perdieron brillo y liderazgo en la Cumbre de las Américas |
Un pelo en el sancocho. Siempre habrán
adversarios y partidarios, perfeccionistas y críticos con razón o sin razón,
pero cada sector o corriente de la opinión pública se empodera de una verdad
que hacen suya y que la convierten en única, de esta manera hemos visto los
diferentes puntos de vista de la prensa continental y los análisis sopesados y
hasta distorsionados de los distintos especialistas en materia de política
continental y sobre todo en la forma política como debe tratarse la bilateridad
diplomática entre América Latina, el Caribe.
Y Estados Unidos.
Desenvollando el trompo dominico-haitiano |
No se sintió el
entusiasmo y clamor del Caricom, tampoco
del liderazgo del Caribe anglófono Excepto Cuba, y República Dominicana, no hubo una presencia deliberante o
determinante en el foro internacional más importante del Hemisferio Occidental.
Cuba por su papel protagónico con
Estados Unidos copó la atención del evento, porque se discutía la viabilidad de la
normalización de sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos y República
Dominicana que tronó en presencia de la mayoría de de los gobernantes de la
región y en presencia del presidente norteamericano.
El clamor del
presidente Danilo es correcto. Cómo un país pobre como el nuestro (el
dominicano) puede cargar con la miseria de otro país pobre, pero no hablamos de
cualquier país, hablamos de Haití, un territorio que no tiene medios de
sustentación alimentaria, y mucho menos recursos naturales, económicos, ni humanos para insertarse en el tren veloz del desarrollo. Es cierto, República
Dominicana, es decir, sus contribuyentes fiscales subvencionan en alimentos,
fuentes de empleos, asistencia hospitalaria, educación y viviendas a una
porción muy grande de ciudadanos y
ciudadanas haitianos en la que la sociedad dominicana, es y debe ser solidaria, pero no
compromisaria, no está obligada ni en capacidad de financiar.@
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