Pobreza
y primitivismo son realidad en Haití: Estampa del Masacre retrata situación de penuria
Por Luis Godofredo Pichardo
Ciudad de Dajabón, ( PNS Noticias.Com)._ El domingo 9 de junio fue día
soleado en la Línea Noroeste. Iniciamos un largo recorrido que nos condujo de
Santiago a Loma de Cabrera, pasando por las ciudades de Navarrete, recorriendo
el territorio de la comunidad de Esperanza, Maizal, Boca de Mao, y la ciudad de
Valverde.
En esta humilde casita nació el cantante Fernando Villalona, un 7 de mayo en la pequeña ciudad fronteriza de Loma de Cabrera, que bordea la zona fronteriza con Haití |
Pero nuestra meta en el recorrido era visitar
la frontera profunda, y pasando por Santiago , Las Matas de Santa
Cruz, nos adentramos en los pinales serranos, llegando por la tarde al
emblemático municipio de Loma de Cabrera, cuna del cantante Fernandito Villalona, donde conversamos con parroquianos, tomamos fotos de la casa paterna del artista y hasta bailamos junto a un ex músico de Villalona, que perdió el estribo por la adicción al alcohol y que hoy vive de las dádivas públicas, recorrimos el histórico pueblo, pasando por su tradicional iglesia católica, la que cuenta con un diseño victoriano, un estadio de beisbol moderno, y por el único lugar de esparcimiento, un viejo y destartalado bar a la orilla del río donde yacen los recuerdos del Mayimbe en su niñéz.
Con Gerardo López, un amante del periodismo y la investigación, su esposa Virginia, y con
Joel (alias el Campeche), y con Carmen Luisa García, hicimos el recorrido
fronterizo, que finalmente nos llevó a la ciudad de Dajabón, desde donde se hilvanó el presente reportaje.
Al llegar a la ciudad de Dajabon, paso
obligado para el turismo y el comercio hacia Haití, descubrimos varias marchantas vendiendo whiky brasileño de contrabando, de la marca Challenger, a buen
precio y hasta adquirimos par de botella para probar su calidad.
Un estilo de vida y pobreza, lavanderas secan su ropa sobre la arena del río Masacre, en territorio haitiano |
Como era domingo por la tarde, estaba el
comercio dominico-haitiano en víspera del intercambio que se realiza todos los
lunes en la plazoleta de la nueva Aduanas, donde se vende y se compra de todo.
Aunque el mercado es libre y las mercancías fluyen de ambos lados, los
artículos más buscados y vendidos son los comestibles, como el arroz,
habichuelas, los plátanos, los guineos (bananos), el pollo en pie, los huevos,
las frutas y mercancías de toda clase, como prendas de vestir, tanto masculinas,
como femeninas y aunque la calidad de la mercancía no puede considerarse de
primera, está al alcance del consumidor promedio.
Pero la otra cara de la moneda, y no nos
referimos al intercambio monetario de ambos países, lo representa la
vergonzante situación de pobreza y primitivismo que representa el cuadro de los
que habitan las riberas del río Masacre, en pleno siglo XXI, se observa un
paupérrimo estado de miseria que espanta y que conmueve al más indolente de los
mortales.
Bañistas, ropa sobre la arena, y las madamas que lavan y se refrescan en las tranquilas aguas del río Masacre |
Jóvenes de ambos sexo bañándose desnudos en
las tibias aguas tropicales del río Masacre, sin que las autoridades
fronterizas de ambos países intervengan, las mujeres lavando la ropa de sus
vástagos y sus esposos, secándolas sobre la arena del río, que por esta época
conserva un apreciable caudal de agua, no potable desde luego, la contaminación
se advierte desde muy lejos, por la desforestación de la ribera acuífera y por los
desperdicios que se vierten sobre el lecho del Masacre.
Así se observa al vecino Haití, desde la República Dominicana, en la ciudad de Dajabón |
Por por otro lado hay signos alentadores que indican que algunas cosas están cambiando en el hábitat de los residentes ribereños del Masacre, a la distancia, desde el punto que divide la frontera dominico-haitiana, pueden observarse algunas nuevas construcciones modernas, en los alrededores de la ciudad de Juana Méndez, aparentan ser nuevos residenciales y construcciones municipales realizadas por el gobierno de Haití.
En la panorámica sendos animales pastando, un muro de protección y al fondo nuevas construcciones bordean la polvorienta ciudad de Juana Méndez |
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