v
La enfermera que clama por su dignidad. La sensibilidad humana a veces no
tiene límites. Recientemente, el autor
de este comentario vivió un momento estresante. Una joven mujer que nos acompañaba
y manejaba nuestro vehículo, reclamó que no se minimizara su talento y su
inteligencia. Su reacción, surgió, luego de reclamarle, porqué no entró al
parqueo de un supermercado al que íbamos de compra. Ella vio el espacio
reducido y siguió de largo, la distracción nos costó la pérdida de tiempo de
más 30 minutos, pero ella con enojo decía que esa pérdida era más bien un paseo
por el entorno de la ciudad. Insistió en que su inteligencia no fuera vulnerada,
por un reclamo innecesario. Cosas veredes
de la vida cotidiana.
v
Las prestaciones que nunca llegan. Otro caso similar. El de una persona allegada a nuestro entorno,
que habiendo por varios años con una empresa, perdió el empleo, y una moderada
fortuna, ahora se contenta con esperar una supuesta suma de dinero que el ex
patrón debe pagarles por sus prestaciones. Desde que fue despedido del empleo a
la fecha cursa un tiempo de alrededor de cuatro años, el dinero que le
corresponde según su versión, y cursando
en un Tribunal de reclamo, que lo
ventila, debían entregárselo
inmediatamente, pero no se produce el desembolso, mientras él trabajador, de este comentario languidece y se hunde en
la miseria y la desesperación.
v
Un colega que le gusta lo bueno. Este personaje decidió reparar su dentadura,
visitó varios consultores dentales, descubrió que todos eran para gente pobre,
o que los profesionales no estaban a su altura. ¡Pero gracias a Dios! Encontró,
el de su preferencia, en una las avenidas memorables de la ciudad.
v
Cuándo
consultó con la encargada del consultorio dental, le explicó lo que necesitaba,
una profesional de manos suaves, como dice él, y ella le respondió, el costo del trabajo que había que hacerle.
Cuántos, respondió el colega, 255 mil pesos oro dominicanos, el colega, que le gusta lo bueno y el gourmet, quedó
sorprendido y atolondrado, pero como le gusta lo exquisito, y por no dar su brazo a torcer, respondió cuando
comenzamos. Final de la historia, el
presupuesto no alcanzaba la suma, hubo
que tranzarlo en la mitad, pero con media dentadura.
v El vendedor de agua que siempre pierde
dinero. Un vecino legendario, chofer de profesión, camionero
de 24 horas. Este personaje es un trabajador a tiempo completo, pero no cree en
nadie, para él, cualquier persona, le
puede robar o mentir, asegura que su modesta fortuna, ya se la ha distribuido a sus hijos, y por
tanto, nadie hereda en lo adelante,
v Los herederos.
Los hijos de este personaje, es cierto, que han recibido ayuda, pero es coyuntural, él
le entrega un camión de largo uso, y si se portan bien, pues se lo deja para producción,
si no, le retira el voto de confianza.
Otra modalidad es que el camionero, que le garantiza el crédito a los hijos que
optan por hacerse propietario de un camión distribuidor de agua, ellos deben
pagar la totalidad del dinero invertido, pero él afirma, que se lo regaló, esa es la forma de repartir
su herencia a sus vástagos..
v La Región Sur de RD promueve su
turismo. Hoy salió a las cinco de la mañana una excursión
hacia la región sureña que pernoctará tres días conociendo las maravillas de la
madre naturaleza. En ese viaje va de disfrute el colega perifoneador, que deja
a cargo, de su noticiario radial a otros
colegas con experiencia. El costo de las vacaciones es de 14.000 mil pesos,
pero el colega en cuestión no paga en efectivo, sino con publicidad.
v El Frontera 25.
Buscando aires puros de otoño en la Gran Manzana, sus cercanos lo ubican en la
búsqueda de la tarjeta Green Card, para luego optar, después de cinco años, respirando aire contaminado y pasando el
entrenamiento migratorio, en la capital del mundo, por la ciudadanía.
Colega, la política, es ingrata, no paga y cobra caro. (PNS).
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