El Cuadrante del
socialismo chavista bolivariano
fracasó estrepitosamente
LGP Columnista-Analista del
Servicio Panamericano de Noticias
El eje del chavismo bolivariano cayó en un océano de ineficacia, frustración y dudas.
Venezuela, Ecuador, Bolivia,
y Nicaragua, fueron los cuatro países
que se aferraron ciegamente al discurso bolivariano del fenecido Hugo Chávez
Frías, Cuba le hizo el juego y se solidarizó con Chávez, pero jamás siguió la
orientación de Miraflores. Cuba mantiene la proa al frente del castrismo de
Fidel, Raúl Castro gobernó, pero los cambios no fueron perceptivos.
Esto era lo que Hugo Chávez creía |
Obviando los defectos que pueda tener la
doctrina chavista-bolivariana, hay que establecer, que el presidente Hugo Chávez, si equivocó, al
elegir como su sucesor a un hombre que como Nicolás Maduro, no tenía ni tiene
la capacidad de dirigir a una nación como Venezuela y menos aún encabezar y
dirigir un colectivo ideológico como el que representa el chavismo-bolivariano.
Nicolás Maduro, heredó el poder pero no encuentra caminos que lo lleve a buen destino |
La crisis de la población ecuatoriana, creada y
fomentada por la política neo-liberal del economista Rafael Correa. Acusado por la justicia de su
país de diversos delitos, tanto económicos como de corte políticos.
La situación política y económica de Bolivia
que viene de lejos, no puede culparse de
todos los males bolivianos al indígena
Evo Morales, quien como presidente ha hecho más de lo que se esperaba. A este
gobernante boliviano hay que darle crédito por su solidaridad con sus colegas
del cuadrante chavista-bolivariano, además de que es un eterno enamorado de la
presidencia de su país, cumple tres períodos de gobierno, pero está empeñado en
el cuarto, porque se acostumbró al cuadrante.
Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega |
Ideológicamente ninguna de
estas naciones podían ni se pueden mantenerse de la esperanza, de un
chavismo-bolivariano, desfasado y obsoleto.
El propio Simón Bolívar,
tropezó tanto en su campaña liberadora y
de reconciliación regional, que terminó abatido y vencido, y quizás no se
suicidó, no por falta de tiempo, sino de
valor y vergüenza.
En cuanto a la proyección ideológica y política de Hugo Chávez, éste no
era un ideólogo político, ni pertenecía
a una familia de alta sociedad. Su clase social era la más baja, pero se alistó
en los cuerpos castrenses venezolanos, alcanzó el rango de alto oficial, y en
los cuarteles conspiró y desarrolló su
apetencia por la gobernabilidad de los venezolanos.
Enfocando el tema de la forma más realista, Chávez era un
militar ambicioso, que organizó un golpe de estado militar para alzarse con el
poder.
Su condición de militar y de
político castrense nunca cambió, como tampoco,
cambió su vocabulario, lo que no le permitió que el pueblo de Venezuela
lo avizorara como un estadista, sino no como un militar de cuarteles que terminó su carrera política tranquilo a la hora de su muerte.
Los gobernantes del círculo
del cuadrante chavista-bolivariano nunca consideraron a Chávez como un
estadista de fuste, más bien como comandante militar, al frente del gobierno de su país.
Lamentablemente los pupilos
de Chávez en Sudamérica terminan con muchas penas y poca gloria, porque
abrazaron una ideología fuera foco en la era de la globalización, que no tiene
ninguna relación con los idealismos del pasado
Nicolás Maduro, su heredero,
el peor gobernante que ha tenido
Venezuela, Rafael Correa, prófugo de la justicia de Ecuador, Evo Morales,
buscando una cuarta reelección y dando palos a ciega en Bolivia, y Daniel
Ortega, el nuevo emperador de Nicaragua, quien
tiene la soga al cuello.
De manera, que visualizando el chavismo-bolivariano como
doctrina socialista-democrática e ideológica, tiene muy poco que exhibir en el escenario
latinoamericano del siglo XXI. ( PNS):
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