Las relaciones
internacionales de Estados Unidos en la
era de Donald Trump… un fiasco del siglo XXI
No soy ducho en relaciones
internacionales y menos aún en materia de
diplomacia internacional, pero
siempre procuro mantener me al día en ambas direcciones, porque en definitiva, estas actividades rigen el comportamiento de
la sociedad universal y sirven al mismo
tiempo para estrechar lazos de amistad entre las naciones y para lograr una
efectiva cooperación económica, política y cultural.
DT, pone histérica al mundo globalizado |
Desde que el nuevo
presidente de Norteamérica comenzó a descollar en la política, como columnista percibí, que era un desconocedor de la ciencia política
y que no dominaba en absoluto las relaciones humanas, aunque debo reconocer que
es un manipulador de las relaciones públicas y de los medios de comunicación.
Donald Trump, como candidato
republicano, se cansó de insultar,
menospreciar y amenazar a los medios de comunicación y a los periodistas en
general. Lo sigue haciendo desde la
presidencia, ahora en la representación de su secretario de prensa Sean Spicer,
quien en más de una ocasión ha sugerido a los medios informativos que se calle
la boca.
Sean Spicer el nuevo zar de la prensa de la Casa Blanca |
Ahora el secretario de prensa de la Casa Blanca recomienda a los
medios de comunicación que se callen la boca, como si se tratara de un mandato dictatorial,
al que los medios tuviesen que resignarse, pero no es así, ni Donald Trump,
presidente de los Estados Unidos, ni Sean Spicer, están por encima de la
constitución estadounidense, el primero fue elegido para gobernar cuatro años y
el segundo es un simple empleado adulón, que al parecer aborrece a los medios
de comunicación.
El mensaje de Trump en campaña y ahora de
Spicer como jefe de prensa va dirigido a
coartar la libertad de prensa, a
manipular a los periodistas que procesan
la información de la Casa Blanca y del presidente Trump, y a censurar a los
periódicos y medios televisivos, así como los n radiofónicos que procesan la
información que diariamente se difunden por los Estados Unidos y el
mundo.
Josh Earniest es el vocero de prensa de Trump |
Josh Earnest, es asesor de
prensa de la administración Trump, es
otro de los periodistas ultraconservadores que siguen la misma corriente de
Spicer y buscan afanosamente censurar a los periodistas y ridiculizar a los
medios más importantes de la nación americana.
El periodismo es denominado
el cuarto poder. Y en el caso específico
de los lectores, y editores estadounidenses es una tradición que se respeta en todos
los gobiernos y en todas las época/ No conozco el historial periodístico de
Sean Spicer, ni el de Josh Earnier, pero debo creer que son periodistas con
formación profesional y lo son, los primeros que deben entender son ellos que
el ejercicio del periodismo no puede confundirse ni ligarse con la politiquería,
y que su deber como periodistas es difundir la verdad y nada más que la verdad.
El hecho de que un melagomaníatico .haya escalado la
presidencia de Estados Unidos no significa que todo debe cambiar a su voluntad,
para eso existe la Constitución norteamericana que habla muy claro acerca de
deberes y derechos de sus gobernantes.
La
presencia de Trump en la Casa Blanca enturbia las relaciones internacionales de
EU con el mundo.
Adelanto, que si Trump no cambia de rumbo y vuelve a
encausar a Estados Unidos por el camino de la democracia plena y se decide a
seguir por el encierro proteccionista que plantea con su ‘nueva era’ su gestión será
un fracaso total.
Europa preocupada. El
principal socio occidental de
Norteamérica está reaccionando incómodo a
la política proteccionista de Donald
Trump y plantea que la política
proteccionista que propone Trump es insostenible en el mundo globalizado de hoy.
Incluso algunos líderes
europeos van mucho más lejos cuando plantean, que si Trump continúa en esa línea aislará a
los Estados Unidos, pero el resto del mundo seguirá globalizado y con una
economía neo-liberal.
El presidente francés
Francois Hollande está impulsando iniciativas europeas para enfrentar la
amenaza del proteccionismo estadounidense. Trump en sus diatribas insultó recientemente a la
canciller alemana Ángela Merker y lo mismo ha hecho con Taiwán, con Corea del
Norte, con China y con Japón, el único país que aparenta estar blindado en la
política errática de Trump es Rusia, desde su campaña recién concluida. Y ahora, ya ejerciendo la presidencia, dice que quiere mejorar las relaciones con ese
país.
Trump no esconde su admiración por Vladimir Putin,
y aunque persiste la denuncia a nivel
internacional de que Moscú hackeó las cuentas de los demócratas en la pasada
campaña electoral, para ayudar a Trump a que superara a Hilary
Clinton en las pasadas elecciones, ni Putin ni Trump han puesto interés en desmentir
la investigación que realizó la inteligencia de los Estados Unidos.
América Latina no está en la agenda de Trump. Y parece
que quedará aislada de la nueva administración republicana.
Desde hace décadas, gobierno
tras gobierno de Estados Unidos ignoran a la América Latina, como un socio
estratégico, y aunque es el vecino más
cercano, no le importa un pepino lo que
ocurra en el Hemisferio Occidental, aunque sí saben que es el continente de la esperanza y
que es su primer granero sustituto, luego de que en sus tierras de Norteamérica
comiencen a escasear los víveres, las frutas, los vegetales, los cítricos y
otros renglones que produce el agro latinoamericano a granel.
Todavía es temprano, pero
hasta la fecha Donald Trump no habló de América Latina, el Caribe, o el resto
de los países subdesarrollados. Por esta razón y otras por llegar, los
latinoamericanos deben de prepararse para intercambios comerciales con el mundo
entero, desterrar cualquier intención proteccionista de la economía y seguir trillando el camino de la
globalización, aunque reconocemos que hay muchas cosas por corregir.
El Medio Oriente en la mirilla de la acción bélica y del
yugo imperial
Aunque hay países del
oriente próximo y lejano que piensan que la llegada de Trump puede serles
beneficiosa, están equivocados. Trump no es político, es negociante, y todo lo
canaliza a través de su óptica comercial. Israel, que tiene una política ultra
conservadora, puede ser que se beneficie
de algunas de las medidas que tome la Casa Blanca, pero el resto de los países
árabes y musulmanes tendrán que cargar con un fardo pesado.
Siria, aunque termine su
guerra fratricida no puede esperar concepciones de Washington en una
administración presidida por Donald Trump. Lo mismo ocurre con Irán, con Palestina,
con Turquía, con los Emiratos Árabes, en una zona explosiva como la del Medio
Oriente, pienso que las cosas empeorarán.
China en la mirilla de Washington por su rápida expansión
y por su política de invadir y poblar militarmente los mares que Estados Unidos
piensa que son internacionales.
Si el presidente Trump logra
su objetivo de impedir las entradas
libres al territorio de Estados Unidos, construir un muro fronterizo una
longitud de tres mil kilómetros entre
México y su territorio, el gran beneficiario sería la economía china, en expansión en América Latina y el resto del
mundo.
México no se doblega y rechaza pagar un muro que no sería de su propiedad ni tampoco lo desea.
Los expertos económicos
hablan de una inversión que oscila entre los 12 y 15 mil millones de dólares,
el flamante presidente de Estados Unidos se propone hacerlo pagar a los
contribuyentes mexicanos. Ya Trump firmó la orden de construcción, la primera
reacción del gobierno mexicano fue la de cancelar una reunión entre Enrique Peña Nieto
y el presidente estadounidense Donald Trump.
La reacción de los mexicanos
es unánime tanto dentro de su territorio, como fuera de él, un rechazo total y un ambiente de adversidad a la nueva
administración de los Estados Unidos, que ha dicho que cobraría el costo del
muro anti-inmigrante colocando un 20% a las exportaciones mexicanas. @
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