Columna: La Pluma de
Godofredo
Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor del Servicio Panamericano de Noticias
Periodismo cubano del siglo
XXI busca nuevos horizontes
La Noticia Somos Nosotros. Desde Santiago de Cuba nos llega una nueva modalidad
periodística, es un híbrido del periodismo comunitario, rural y populista. En
una palabra, es el periodismo barrial,
el de los marginados que busca espacio dentro de la sociedad globalizada.
La periodista cubana Reilys
Griñán está ofreciendo un círculo conferencias o conversatorios acerca del
periodismo digital-documental, sobre sus trayectorias, especialmente, de su futuro en el transcurso del presente
siglo XXI.
En esta imagen de archivo, aparece la periodista y profesora Reilys Griñán García. segunda desde la izquierda, en una convocatoria de Oye Mi Canto, concurso que se populariza en Cuba y que tuvo su origen en Santiago de Cuba, la señorita Griñán García disertó en la filial del CDP en Santiago de los Caballeros y las universidades WAPA y Utesa, sobre el tema : La Noticia somos nosotros |
La teoría de la profesora Griñán, que ofrece su
experiencia profesional en la Universidad Oriental de Santiago de Cuba,
descansa sobre el eje de que es necesario realizar cambios profundos y
terminantes en la personalidad de cada uno de nosotros, para poder determinar
con exactitud, que la verdadera noticia periodística la representamos nosotros
los comunicadores sociales a través de nuestras investigaciones periodísticas,
sociales y científicas.
Sostiene la periodista
cubana con mucha vehemencia, que si primero no producimos un cambio de actitud
entre nosotros mismos, nunca llegaremos
a encontrar la sapiencia necesaria para enrumbarnos hacia la modernización
tecnológica, que supone la era de la
informática con sus reformas e inventos continuos que evolucionan el pensamiento cotidiano de
cada uno de nosotros.
Comparto el esfuerzo de la
periodista Griñán, pero para aplicarlo en Cuba, que telecomunicaciones son un patrimonio del
Estado, donde todo responde a un orden oficial estricto, pero en una sociedad
de consumo como la dominicana y la el resto del continente latinoamericano es
imposible avanzar en estos tiempos con ideas arcaicas y con un periodismo artesanal.
Los medios de comunicación
latinoamericanos, del Caribe, y del resto del mundo pertenecen a entidades
multinacionales, empresariales locales, o a individuos capitalistas que solo
entienden de pérdidas y ganancias. Al inversor periodístico de hoy le importa
muy poca la calidad o la seriedad del producto que ayudan a elaborar con su
dinero, porque con su inversión buscan
multiplicar sus ganancias y no producir un periodismo serio, independiente y
comprometido con los intereses de las grandes mayorías.
Reconozco el esfuerzo del
equipo que trabaja junto a la maestra
Griñán, pero en una sociedad consumista, (aunque no capitalista) como la
dominicana, el periodismo documental no tienen mucha cabida en los sectores
inversionistas.
La
televisión dominicana no es educativa, sino comercial y vulgarizada,
manejada en su casi totalidad por
empresarios y comerciantes que
desconocen por completo el concepto del periodismo comunitario o populista. Y
la televisión de los “programeros”
que en su gran mayoría son gente improvisada y analfabetos del idioma castellano,
son verdaderos apátridas de la buena
comunicación social.
Actualmente a los programeros de televisión y
radio se les llama “bocinas”, porque
en su gran mayoría están al servicio del Estado o de intereses particulares que
lo manejan como marionetas a favor de sus intereses políticos o económicos.
De todo un poco.
Sorprendente el discurso altisonante del periodista Adriano de la Rosa, que
despotricó a las redes sociales y a sus usuarios, frente a la charlista cubana,
advirtiéndoles que ella no conocía la perversidad de esos nuevos medios de
comunicación, pero que son malignos y perversos.
El problema es que Adriano, es que analfabeta
de la era de la informática, todavía no aprendió a navegar en esos medios tan
importantes en el siglo XXI, y piensa que todavía se puede peregrinar en el
periodismo, como cuando él comenzó, que era un periodismo artesanal, y sin
recursos. Incluso muy limitados en los medios electrónicos o televisivos, hay
que recordar la precariedad de la TV análoga.
Desconocer el poder de las
redes sociales y sus consecuencias mediáticas y futuras es una verdadera
tragedia para el comunicador social de hoy. Actualmente el mundo descansa sobre
las redes sociales y los periodistas que
se replegaron y no se actualizaron quedaron en la retaguardia.
Finalmente pienso
que Reilys Griñan, está realizando un gran esfuerzo, pero su proyecto de
búsqueda de socio-capital no puede encontrarlo en una nación como la
dominicana, donde los medios digitales están a la orden del día y donde la
presencia del Internet y las redes sociales registran un voluminoso
crecimiento, hay periodistas que se rezagaron y no avanzaron, pero no es culpa
del Internet, ni de la era de la
informática, tampoco de las dinámicas
redes sociales.
Perfecto Martínez sigue organizando el Club Recreativo de los periodistas |
Ciertamente, el Club
Recreativo es patrimonio legítimo del CDP, pero a los miembros que pertenecemos
a la filial de Santiago de los Caballeros no se nos puede olvidar, el esfuerzo continuo de siete años de
Perfecto Martínez, y un equipo eficiente que labora a su alrededor.
Es cierto,
que Perfecto reclama y con razón una cuota de gobernabilidad y administración,
por su condición de miembro del CDP y por ser el presidente y fundador de la
organización Periodistas en Reflexión, ya que él y su equipo fueron los que
gestionaron los terrenos que el Ayuntamiento de Puñal donó al CDP y en donde
actualmente se levantan las instalaciones de la entidad recreativa.
Pero hay que ir más lejos aún, fue ese equipo el
que gestionó toda la estructura que se levanta en el entorno de la institución recreativa.
Apoyemos
el programa que desarrolla el Club Recreativo, o de lo contrario, el mismo se arrabal
iza o desaparece, no se puede ser tan tacaño y negarse a pagar una cuota de 100
pesos mensuales, lo que garantiza a la membrecía el disfrute de todas las
actividades.
Hay que subrayar que el periodista tiene una
cultura de pedigüeño bien arraigada y
que piensa que todo lo debe recibir gratuito, por ejercer un oficio por el cual
se le paga y lo correcto sería que el escribidor que no se sienta satisfecho
que deje el oficio y se dedique a otra actividad profesional. @
No hay comentarios:
Publicar un comentario