Por
Luis Godofredo Pichardo/Editor-director del Servicio Panamericano de Noticias
Habrá finalizado la carrera política del Dr. Leonel Fernández? El silencio y la pasividad lo evidencian |
Pero
aún todavía la suerte no le cambia: continúa su vida rutinaria trasladándose en
un viejo y destartalado vehículo de procedencia europea, mucha gente le conoce
por su relación de profesor y nativo de una barriada popular capitalina como lo
es Villa Juana, pero iluminado quizás
por una estrella de buena
suerte, se enrola al Partido de la Liberación Dominicana ( PLD) y desde
ese momento su vida comienza a cambiar, se encuentra cara a cara con el
profesor Juan Bosch, quien le pide que le acompañe en la boleta como su
vicepresidente, acepta el reto, a Bosch el presidente Joaquín Balaguer, le arrebata la victoria y como dictador del
momento se atribuye una victoria electoral
que nunca obtuvo, ahí termina la carrera política de Bosch.
Y comienza la del doctor Fernández quien se
postula y gana la presidencia y salvando un período que ganó el PRD, gobierna hasta el 2008, dedicado a sus
estudios y a la superación personal desde sus años de pubertad escaló un cimero
peldaño, pero la ambición de poder y la falta de credibilidad de sus promesas
lo arrinconaron y actualmente es un símbolo de su partido, pero si apoyo de la
alta dirigencia y con un proselitismo frustrado.
Residiendo en Nueva York, cuando aún era un niño cursó sus estudios de escuela superior, donde aprendió el idioma
inglés, al parecer, en forma fluida, allá compartió su estadía en la ciudad de los
rascacielos con su familia materna. Luego se traslada a Santo Domingo y vuelve
a su entorno nativo, al barrio capitalino de Villa Juana, desde allí
ingresa la Universidad Autónoma de Santo
Domingo ( UASD), graduándose de abogado y la institución posteriormente lo
emplea como profesor, y es partir de ese momento que ingresa a las filas del
Partido de la Liberación Dominicana ( PLD) y comienza ascender por su
preparación intelectual y por su desenvolvimiento en la política.
Ya para mediado de la década de los noventa,
el profesor Juan Bosch y Gaviño lanza su aspiración presidencial por el PLD,
partido que fundó en 1973 y elige al doctor Fernández como su compañero de
boleta en el cargo de vicepresidente.
La mutual perdió la oportunidad de llegar al
Palacio Nacional, pero no por falta de votos: se cree que el régimen de Joaquín Balaguer le
arrebató la victoria y esa creencia es muy sólida y las evidencias también,
recordemos que Balaguer era un gobernante de formación trujillista y un nato
dictador que aspiraba llegar a la política monárquica que no existía en la RD, pero que estaba de moda en el viejo continente. Sus obras
literarias que fueron muchas y de mucha bibliografía universal lo delatan y lo
presentan como un genuino admirador de Napoleón Bonaparte, el general francés
de mil batallas..
El ex presidente Fernández goleado y tracionado. Parece que la influencia del poder, cuando gobernó
por 12 años a los dominicanos le
hicieron perder la noción del tiempo y se confió demasiado en el equipo
político que estructuró a su alrededor. Pensó. Quizás, que tenía todo el
control de su partido, y la solidaridad de sus compañeros, pero erró en su
evaluación, las huestes políticas proselitistas o partidarias están con el que
gobierna, con el que está arriba, y la fidelidad del amiguismo pasa a un
segundo plano.
El doctor Fernández frenó las aspiraciones de
muchos compañeros de partido que entendían que tenían capacidad y recurso para
llegar al solio presidencial, uno de esos compañeros lo fue el economista
Danilo Medina, a quien mantuvo aislado por espacio de ocho a diez años, y en
política quien la “ hace la paga”, al parecer, Medina esperaba ese momento, y hoy cuatro años
después de que Fernández abandonara el poder, no tiene partidarios, aunque
funge como presidente del PLD, y sorpresivamente su mujer ha logrado ir dos
veces de compañera de boleta con Danilo Medina, como una compensación
partidaria.
¿ Se extinguen las vacas sagradas en la
política dominicana? Parece que sí, en primer lugar desaparece el enigma de
la dictadura o de los dictadores. En un segundo plano desaparece también el
caudillismo o el caudillaje, y por otro lado,
los partidos políticos tradicionales parecen haber entrado en una
crisis moral que lo condena a su
desaparición y lo deja convertido en entelequias que ni arrastran ni convencen
al electorado. Es verdad, que en cada uno de los partidos políticos dominicanos
hay mentalidades trujillistas, caudillistas y retrógadas, pero son especies en vías de
rápida extinsión.
Vislumbro el futuro mediato del doctor
Fernández, con capacidad suficiente para
mantener su rutina intelectual a un nivel superior que el coeficiente común de los
dominicanos y que siendo un cultivador como lo es del las letras y nuestro
idioma siempre tendrá un asiento de asesoría en el plano internacional que le
mantendrá muy activo y le permitirá también disfrutar placenteramente de su
fortuna personal, que es cuantiosa, pero de muy dudosa procedencia.@
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