La pluma de don Godo
Por Luis Godofredo Pichardo/ Editor del Servicio
Panamericano de Noticias
Casos y cosas del diario vivir
El
lamento del viudo. Este personaje que conocí recientemente,
cuando su esposa aún disfrutaba de la vida, es pintoresco y perverso a la vez..
Ahora que perdió su media naranja, clama por una compañía fácil, es decir, por
una pareja que se ajuste a su proceder y forma de conducta, es decir, a la
esclavitud femenina.
¡Hambriento,
pero bebedor y bailador! No
hace mucho tiempo que estando de visita en la casa de un hermano, aprovechó la
ausencia de éste y de su esposa, para
llamar a una damisela de las que pululan por las calles, y sin más ni más, encendió el receptor radiofónico y comenzó a
bailar.
Así quisiera estar rodeado de féminas el personaje de esta historia, la inagen muestra un encuentro entre viudos y viudas, pero en el caso de nuestro viudo, es un desconsiderado, lo demuestra la historia reciente. |
El
último deseo. Según la versión que difundió el viudo, ella (su
esposa, ya difunta)… pidió a sus parientes que le incineraran, y así lo
hicieron, desde el mismo hospital, se
llevó su cuerpo a un crematorio.
La chapiadora. Esta es otra historia, pero
también relacionada con el viudo indiferente, que es flaco, feo, viejo, sin
dinero, y de hablar muy pausado, tan fino que apenas si se percibe. Esta dama,
que reside en la falda de una de
las cordilleras que bordean a Santiago, creyó erróneamente, que se le había presentado su gran
oportunidad, cazando al hombre de su
sueño, ella es un poco embaucadora y como trata de llevar un modelo de vida que
no se ajusta a su personalidad ni está a su alcance, comenzó a coquetear, y
hasta bebieron y bailaron, y todo iba bien, en el plan de conquista de la
Chapiadora, pero cometió un segundo error…le tomó prestado un dinerito, y con las
finanzas. El viudo no juega, pasó el tiempo, y el olvido de la Chapiadora cada día más presente
e insolente, hasta que explotó.
Escuchando
sin oír, pero siempre escuchando. Me tocó escuchar un
reclamo a uno de los miembros de la familia, y el viudo fue enfático,--yo voy
de viaje, dígale a fulana que necesito
el dinero--, realmente no sé si hubo
devolución, lo que sí sé, es que se
terminó el idilio fortuito, y el jodido viudo, ahora solitario, como las
lombrices en el estómago, tiene que lavar las ropas, plancharlas, y cocinar su
arrocito del 15 la libra, porque no creo, que pase de ahí, y según difunde Radio Bemba,
la soledad lo está aniquilando, porque construyó una casa grande y él vive,
solo, tiene que darles mantenimiento, y seguirá solo hasta que aparezca otra
desdichada para hacerle compañía. porque
quien va querer vivir con este viudo de
mierda, pobre, hambriento, mujeriego, pero sin dinero, y hasta medio ñato, es
el drama de la soledad, la perversidad y la miseria humana que se han unido en
conjunción,.@
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