LUNES, 26 DE MAYO DE 2014
Columna Ventana Católica: Analiza el estilo y la forma del fanatismo pentecostal
Ventana Católica
Por Don Godo / Editor de la revista católica Nuevo Mundo
La libertad religiosa: ¿Un derecho o una imposición?
El líder chino Mao Tse Tung afirmaba que las religiones eran algo así como el opio de de los pueblos. El carismático político chino lideró su pueblo desde la década de los años cincuenta hasta su muerte, cuando fue sustituido por un régimen capitalista en lo económico y socio-comunista en lo ideológico.
Es posible que el líder de la china continental tuviera la razón. Parece que las religiones operan como un sistema de atracción obligatoria.
Cuando nos arriesgamos a introducir este conflictivo y espinoso tema con la teoría de Mao Tse Tung, lo hacemos en la seguridad de encontrar comprensión en los varios pinitos colores de las religiones en el mundo de hoy.
Pero la razón fundamental de este artículo no es analizar ni profundizar en el gran laberinto de la religiosidad en pleno disfrute del siglo XXI, sino hacer acopio de la interpretación que le dan diversos grupos o comunidades y como se manifiestan las diversas culturas en sus cultos, oraciones y alabanzas a Dios.
En mi concepto personal, como militante católico y fiel creyente en Jesucristo y su doctrina, no encuentro mal que los “hermanos separados”, de cualquier afiliación u religión profesen su fe y practiquen sus ejercicios espirituales. Creo que este concepto es el que sustenta la libertad religiosa al que todo ser humano tiene derecho.
Este es el símbolo de la iglesia evangélica pentecostal |
Sin darles más vuelta al pastel, quiero tratar sobre el tema del libertinaje religioso que hoy se busca poner en práctica, especialmente en segmentos de la sociedad que todavía no alcanzan el nivel de educación requerida para lograr un buen comportamiento entre grupos étnicos o vecindarios aledaños.
En una ocasión leí en Estados Unidos que allí se practicaban más de 400 lenguas extranjeras e igual cantidad de religiones foráneas, pero ese dato no me sorprendió y tampoco pude comprobarlo a nivel personal, porque en ese momento no me interesaba en lo absoluto el tema en cuestión.
Como atesora el ciudadano común y corriente, vamos al grano y a lo que vinimos. Yo soy periodista de profesión, militante católico y ciudadano común al mismo tiempo. Resido en una barriada que lleva por nombre Ensanche Espaillat, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, y para más pinta, en la calle 2, casa número 42, consigno estos datos por si alguien se atreve a discutir los pormenores de este espinoso tema.
A sólo 20 metros de distancia de mi residencia funciona una iglesia pentecostal (de evangélicos contertidos) acostumbra decir mi vecindario, los fieles y miembros de esta iglesia al parecer profesan una fe que proclama el reino de Dios y el reconocimiento a Jesucristo, pero desde fuera se sufre el impacto del escándalo de sus prédicas cotidianas. Al parecer, este tipo de secta es populista y en ella puede ser predicador cualquier fanático que se adhiera a sus costumbres rituales.
Hemos tenido que soportar la descarga involuntaria de nuestra parte durante largo tiempo, hemos escuchado a verdaderos ignorantes predicando y recibiendo mensajes salvíficos a su manera y costumbre, y se nos ha informado extraoficialmente que la iglesia pentecostal es algo así como una escuela correccional, allí han estado predicando personas que son reconocidos con pasado delictuoso y lo que es más dañino, sin ningún tipo de preparación pedagógica o teologal.
En realidad eso no me incumbe, eso es un problema de forma y estilo de la corriente religiosa pentecostal que esa secta practica, lo que sí me incumbe, molesta y perjudica es el escándalo que cada día tenemos que soportar como vecinos de estos fanáticos religiosos que nos han tocado de frente a nuestra residencia.
Finalmente quisiera llamar la atención a las autoridades dominicanas para que legislen claro y preciso, sobre el concepto de la libertad religiosa, que se delimiten los derechos, pero también las obligaciones de las entidades religiosas. No combato ninguna religión, me defiendo de los que me agraden, esta vez a nivel de los altos decibeles que no soportan mis oídos y de la angustia que tanto me toca soportar.@
Publicado por Servicio Panamericano de Noticias/Luis Godofredo Pichardo/Director Ejecutivo en 14:30 No hay comentarios:
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