La
Metralleta de Don Godo
Por Luis Godofredo Pichardo
/Redacción de PNS Noticias
¿El retorno de la guerra fría…o el forcejeo por el poder hegemónico?
Crimea parece convertirse en la manzana de la
discordia entre Rusia y Estados Unidos, los dos protagonistas principales de la
pasada guerra fría que terminó en 1987 y que llegó a su fin con la Perestroika
que puso en vigencia Mijael Gorbachov, un líder reformista ruso que creyó en la democracia y buscó un
acercamiento occidental, la
reconciliación política con Washington.
Los disturbios acontecidos en Ucrania donde
han muerto centenares de ciudadanos
luchando contra un gobierno autoritario como lo fue el de Víktor Yanukovich nos recuerda tiempos de
la guerra fría que quedaron en el pasado. La intolerancia de Yanukovich que aún gobernando bajo un régimen pseudo
democrático reprimió con la fuerza pública las multitudinarias manifestaciones
que se originaron en Kiev la capital ucraniana fue la que motivó a los
residentes de Crimea a separarse de Ucrania, y de paso ha enfrentado de nuevo a
los bloques de poder hegemónicos que se reparten el mundo.
Como era
de esperarse, la rebelión cruzó
la frontera internacional, en Occidente causó muchas primicias periodísticas y
titulares en los principales diarios occidentales y en Rusia la oportunidad de
retornar a las viejas y estratégicas maniobras de la extinguida guerra fría.
El Kremlin aprovechó el desorden que se
desarrollaba en Kiev, y fue preparando el terreno a nivel internacional para su
intervención en la península ucraniana de Crimea, la cuál se anexionó el pasado
16 de marzo en un dudoso Referéndum, que los medios de comunicación moscovitas
aseguraron que la población de Crimea aprobó con alrededor de un 80%.
Indudablemente
que Víctor Yanukovich, como presidente de Ucrania no tuvo un buen desempeño y
se le avizoró desde La Metralleta de Don
Godo, como un gobernante autoritario, sin un liderazgo arraigado dentro de sus
entornos electorales y definitivamente el pan se le cayó de las manos.
Estos son los gobernantes de Occidente, en una reunión del G-8, Rusia le tumbó el pulso en Crimea |
Esa es la
gran diferencia entre el liderazgo de los presidentes estadounidense y ruso.
Vladimir Putin, y Barack Obama, el
primero es un político aristocrático que goza de gran prestigio y popularidad
entre los institutos armados de su nación y en el entorno político-electoral de
toda la nación caucásica, mientras que
Barack Obama, el líder principal de Occidente es un diplomático
cauteloso, que teniendo que enfrentar diversos conflictos en el mundo exterior,
se convierte en un político que busca evitar nuevos conflictos para su nación
norteamericana.
El saludo del oso...Vladimir Putin saluda a Viktor Yanocovich, el primero era presidente de Ucrania, el segundo de Rusia, el último invadió a Crimea, territorio ucraniano y el primero tuvo que abandonar el Gobierno en Kiev |
Recuerdo
haber discutido recientemente con un amigo de muchos años de relaciones
amistosas la nueva interpretación que se le otorga a la denominación de los
imperios en el mundo de hoy y del porqué
de la hegemonía del poder absoluto.
Soy de los
que creo, que el imperialismo es una teoría que está en decadencia y en extinción y que lo que
prevalece en el mundo de hoy es la globalización universal, teoría, método, o
aplicación, o cómo quiérase llamárseles es la nueva
ideología que aglutina todo el poder en el mundo y la que otorga también la
hegemonía en las grandes naciones o potencias en la que se divide el mapa geográfico de la política
mundial.
Washington
pierde liderazgo mundial por titubeo diplomático
El mundo
cambiante de hoy no resiste media tinta, titubeos, o debilidad militar, eso es
lo que se refleja en la política exterior estadounidense a través del mundo.
Estoy de acuerdo que se evite la guerra, el conflicto bélico, o las relaciones
y enfrentamientos que dañen la buena vecindad.
Pero hay que mantenerse alerta y dispuesto a evitar que el adversario crea que
tenemos miedo, o que no somos capaces de defendernos en el momento de una agresión.
En Occidente
estamos preparados militarmente, tecnológicamente y con grandes recursos
económicos a nuestro favor. No aspiramos a que se desate una conflagración
mundial, pero sí debemos cuidarnos de que cualquier político mequetrefe llegue
a creer que nos somos capaces de defendernos o pensar que somos cobardes.
En el caso de
Crimea, debió ponerse al servicio de Ucrania todo el poderío militar
occidental. Los países de la Europa Oriental sufrieron demasiado con la
ocupación soviética comunista que ocupó indiscrimidamente a las principales
naciones de la región y si hoy han logrado su libertad ha sido en bases a
grandes esfuerzos militares, aportando millares y millares de seres humanos en
contiendas bélicas sangrientas y viendo
destruirse su riqueza natural y su patrimonio de nacionalidad.
La señal que
envió Occidente a la Rusia de Vladimir Putin es de debilidad. Y eso
definitivamente no conviene a los intereses del bloque occidental. Ojalá, la
OTAN, Washington, y todo el bloque de Occidente reaccione y busque rápidos
correctivos.@
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