Mirador
periodístico dominicano
Por la Redacción de PNS
Noticias.Com
El Colegio de Periodistas Dominicanos ( CDP)
se ha convertido en la cenicienta de las instituciones gremiales en República
Dominicana, se percibe una gran ausencia de liderazgo y una terrible crisis
económica.
La ley que crea al CDP obliga a los medios de
comunicación al pago de un impuesto por concepto de publicidad ingresada de un
0.5%, pero tales medios, como son los
periódicos y revistas impresos, nunca tienen disponible el dinero que
corresponde al CDP.
Ocurre lo mismo con las emisoras y canales
de televisión comerciales, con la radio comercial y con los medios digitales,
nadie quiere pagar el 0.5%, pero menos se esfuerzan los directivos del Colegio a nivel nacional por cobrar ese impuesto que
es legal y necesario.
Motivado por esa situación, los locales del
CDP se han ido arrabalizando, nadie se preocupa por la renovación y menos por
la sustentación de los derechos de los miembros del CDP.
En los últimos años el Colegio de Periodistas
Dominicano se mantuvo activo y en crecimiento, debido a las subvenciones que otorgaba el
gobierno de Leonel Fernández, empleando a la mayoría de sus miembros, y
haciendo donaciones a granel para que pudieran funcionar el CDP a nivel nacional.
Pero esas subvenciones y dádivas funcionaron como un medio para comprar conciencias, doblegar
voluntades, corromper a los periodistas y colocarlos al servicio del estado
como tontos útiles, o parásitos sociales.
Entre las irritantes subvenciones se cuentan regalos
de apartamentos a periodistas afiliados al PLD, exoneraciones de vehículos, donaciones de terrenos, de
locales, y de electrodomésticos, estos
últimos en cantidades superiores a las necesidades del sector.
De igual manera se hizo con las pensiones del
Estado a los periodistas, de un promedio de 20 a 25 que se otorgaban anualmente en los gobiernos de Leonel Fernández, unas 15
o más se quedaban en manos de periodistas del oficialismo o de los activistas del PLD en Santo Domingo, de
sus familiares y allegados, una cantidad inferior se distribuía en las
provincias, pero no en todas, porque sólo correspondían al interior de un 30 a un 40% de dichas pensiones.
A los
periodistas de la oposición se le humilló
con las pensiones periodísticas del Estado, se concedieron algunas a
periodistas que estaban enfermos o que estaban al servicio del gobierno,
trabajando directamente, o colocando sus programas de radio y televisión al
servicio de la política estatal, o sirviendo como “ gallaretas o cachanchanes”,
desde un micrófono o una redacción periodística.
El CDP actual enfrenta una profunda crisis
económica producida quizá, por inercia, o falta de iniciativas e interés del
liderazgo actual o de sus máximos dirigentes. No hay dinero para los planes sociales del CDP, es
decir, que cuando fallece un miembro o se enferma un familiar cercano, no se le puede ofrecer ayuda, porque se alega
que no hay fondos. De igual manera con los envejecientes, con los planes de
viviendas, y con todas y cada una de las
ayudas contempladas en la función y responsabilidad del Instituto de Previsión
Social del CDP.
Lo mismo ocurre con los míseros dos mil pesos
que se otorgan a los jubilados, se les adeudan varios meses y dizque en las
últimas horas se le depositó el mes de noviembre, los dirigentes de esta última
institución son tan negligentes que ni siquiera sirven para recolectar el
dinero que tienen que pagan los medios de comunicación de el 0.5% que establece la ley de
colegiación. Parece que los pocos fondos que entran a las arcas del Instituto de
Previsión Social van a parar a los bolsillos de dirigentes y empleados, como
quien dice “ primero Dios, que sus santos”.
A propósito de esta institución deficiente e
inoperante, se dice que uno de sus directivos se escabulló con más de un millón
de pesos para un supuesto plan de viviendas que nunca existió y aunque alega
que el dinero fue entregado a supuestos ingenieros no hay evidencias deque sea cierto.
Es la segunda vez que directivos de este Instituto
roban o manipulan el dinero de la institución y no ha habido la disposición o fuerza de
voluntad para enjuiciar a los responsables y hacerle pagar por su fechoría, los
directivos conocen bien de la historia, pero la guardan como secreto de
familia, o mejor, como si se tratara de un clan familiar.
Una última inquietud que queremos plasmar en
este artículo es la práctica del CDP a nivel nacional de no cobrar la cuota de
membresía todos los meses a sus miembros, porque alegan que los periodistas son
morosos, y sin embargo, aprovechan cualquier ocasión festiva, tiempos de
elecciones internas, o la época de Navidad para solicitar a los miembros del
CDP que si no se ponen al día en la cuota no pueden participar de las
actividades, especialmente de las rifas que se celebran con donaciones comerciales..
Esta práctica más que saludable a las
finanzas de la institución es un chantaje grosero y un atropello a su
matrícula. En más de una ocasión, hemos
propuesto que se aperture una cuenta en
un banco y que su número se ponga a disposición de los miembros a través del
Internet o del portal cibernético del CDP y ello permitiría que todos los meses
entre el dinero suficiente para una operatividad normal.@
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